El CHILE de Salvador Allende vs. el dictador genocida Pinochet

E L   N U R E M B E R G   D E   P I N O C H E T  
26 de agosto de 2000

Lo que la CIA se niega a desclasificar sobre Chile

Peter Kornbluh
El Mostrador

 

En vísperas de la visita a Chile de la Secretaria de Estado de Estados Unidos, Madeleine Albright, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EE.UU. anunció que retendrá cientos de documentos sobre sus operaciones encubiertas en Chile durante la época de los gobiernos de Frei Montalva, Allende y Pinochet, incluyendo su injerencia en casi todos los procesos electorales en Chile entre 1962 y 1973, la millonaria ayuda del gobierno de Nixon para el diario "El Mercurio" y las sugerencias de la CIA para que Pinochet "mejorara su imagen".

Los documentos habían sido recopilados por analistas de la CIA en preparación para la desclasificación final de sus registros sobre Chile programada para el 14 de septiembre próximo. Según fuentes ligadas al Proyecto de Desclasificación sobre Chile, estos documentos ya habían sido revisados e incluso censurados (las identidades de sus agentes en Chile, fuentes de información y métodos de sus operaciones habían sido tachados) por analistas de rango medio de la CIA.

Sin embargo, poco antes de que estos documentos fueran entregados al Departamento de Estado para ser copiados y distribuidos, la división de operaciones encubiertas de la CIA, conocida como la Dirección de Operaciones, protestó por el hecho a través de un memorandum a Tenet, indicando que la desclasificación de estos registros –incluso los censurados- revelaría demasiado sobre sus métodos secretos para manipular el sistema político chileno en la década de los sesenta, desestabilizar el gobierno de Salvador Allende, y apoyar la consolidación del régimen del general Pinochet.

Autoridades de la Dirección de Operaciones, encabezados por el Subdirector de Operaciones James L. Pavitt, argumentaron que aun una desclasificación parcial del amplio historial de las operaciones encubiertas de la CIA en Chile revelaría demasiado sobre sus técnicas clandestinas –incluyendo sobornos, infiltraciones, agentes en los medios de comunicación y en las Fuerzas Armadas, chantaje y falsa propaganda que la CIA utiliza para intervenir en el exterior.

En una carta distribuida a senadores y representantes del Congreso de Estados Unidos esta semana, el director de la CIA, George Tenet, señaló que había "decidido retener... documentos del periodo 1962-1975", porque "en su conjunto, estos materiales presentan un patrón de actividad que tendría el efecto de revelar los métodos de inteligencia que se han utilizado en todo el mundo".

Qué contienen los documentos

Los documentos retenidos contienen un caudal de información sobre la historia de la intervención clandestina de Estados Unidos en los sistemas políticos, económicos y sociales de Chile en los sesenta y setenta.

Entre ellos, se incluyen directrices de la sede de la CIA para ayudar a la junta militar chilena a "mejorar su imagen" después del golpe; el intercambio de cables entre los enlaces de la CIA con la policía secreta de Pinochet, la DINA; informes ultrasecretos sobre los esfuerzos de la CIA por influir en virtualmente cada elección presidencial y legislativa entre 1962 y 1973, y sus evaluaciones internas sobre su "importante rol en preparar el escenario para el golpe militar del 11 de septiembre de 1973".

Como parte de estas operaciones de la CIA, y tal como se consigna en el informe del Senado estadounidense de 1975 Acciones Encubiertas en Chile 1963-1973, más conocido como el Informe Church, se menciona el pago del gobierno de Nixon de casi US$1,7 millones al principal periódico chileno, El Mercurio, entre 1971-1972.

Al respecto, el Informe Church establece (página 8) : "Lejos la mayor -y probablemente la más significativa- instancia de apoyo para una organización de los medios de comunicación fue el dinero entregado a El Mercurio, el principal matutino de Santiago... En 1971, la Estación [CIA] consideró que El Mercurio, la publicación más importante de la oposición, no sobreviviría la presión del gobierno de Allende... El Comité 40 autorizó US$700 mil para El Mercurio el 9 de septiembre de 1971, y agregó otros US$965 mil a esa autorización el 11 de abril de 1972.

"Un memorandum de la CIA concluyó que El Mercurio y otros medios de comunicación apoyados por la Agencia [CIA] habían jugado un rol importante en preparar el escenario para el golpe militar del 11 de septiembre de 1973 que derrocó a Allende".

Derecho a saber

A principios de la semana pasada, Tenet convocó a una reunión de sus principales oficiales de operaciones encubiertas para discutir sus objeciones a desclasificar los documentos, que los analistas creen son más de mil. Después de la reunión, Tenet decidió retener los registros, a pesar de la protesta del Departamento de Estado, el Consejo de Seguridad Nacional –que está coordinando el proceso de desclasificación-, autoridades del Archivo Nacional y miembros relevantes del Congreso.

"La gente en este edificio está muy molesta", dijo enfáticamente una autoridad del Departamento de Estado.

La congresista Nancy Pelosi, del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, escribió a Tenet señalando que "retener esta historia se percibirá ahora como un gran esfuerzo por ocultar el pasado del escrutinio público. La falta de cumplimiento de las directrices del Presidente Clinton sobre la desclasificación de documentos sobre Chile socava totalmente la integridad de este loable ejercicio de transparencia. Dañará la imagen moderna de la CIA, así como la credibilidad de los esfuerzos de Estados Unidos por presionar a otros países –desde Chile a Alemania y Rusia- a reconocer y reparar su propio pasado como manera de avanzar hacia un futuro mejor".

En otra carta dirigida al Consejero de Seguridad Nacional del Presidente Clinton, Samuel Berger, el encargado de archivos de Estados Unidos, John Carlin, se quejó de que la CIA "está desconociendo los compromisos específicos que asumió ante el Consejo de Seguridad Nacional y la opinión pública respecto de la desclasificación de documentos para este proyecto".

"Estoy especialmente preocupado de que un retroceso de última hora como éste minará la integridad global del proyecto y resultará en un registro público significativamente incompleto de estos hechos históricos tan importantes", agregó Carlin.

Luego de negarse a divulgar un solo documento sobre las acciones encubiertas de Estados Unidos en las primeras dos desclasificaciones de documentos sobre Chile el año pasado, la CIA cedió ante la presión pública en octubre de 1999, prometiendo revisar y divulgar sus archivos operacionales sobre Chile. La CIA se comprometió por escrito con la Agencia de Seguridad Nacional, afirmando que cumpliría con las directrices del Presidente Clinton y recopilaría sus registros históricos de sus actividades anti-Allende y pro-Pinochet.

"Cuando se complete este proceso, se desclasificarán los documentos", afirmó el año pasado el vocero de la CIA, Mark Mansfield, ante la prensa.

En conferencia de prensa el 8 de octubre de 1999, el Presidente Clinton aseguró: "Creo que ustedes tienen derecho a saber lo que pasó en el pasado y cómo pasó".

Los analistas en Washington afirman que al retener esta historia, la CIA está renegando de sus promesas públicas y está desafiando directamente a la Casa Blanca y al Consejo de Seguridad Nacional.


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