10 y
11 de Diciembre de 2003, en Plaza de Mayo - 23a MARCHA DE LA RESISTENCIA -
Asociación Madres de Plaza de Mayo
AVANZA LA SUBLEVACIÓN POPULAR, GONI ALZA LA
METRALLA
Econoticiasbolivia.com / La Fogata
La Paz, octubre 15, 2003 (11:20)
La agigantada rebelión boliviana, la mayor
sublevación civil de la historia contemporánea del Sur de América, ha
comenzado a dar otro paso en la mañana de hoy. Vecinos de las laderas de La
Paz y de los barrios de clase media están marchando hacia el centro, a
donde también confluyen ya miles de campesinos y trabajadores que llegan a
pie, a marcha forzada, por todos los extramuros de la ciudad. Todos claman
para que se vaya el presidente Gonzalo (Goni) Sánchez de Lozada, que aún
no sabe que está perdido y alza la metralla.
En las calles de La Paz rige sin excepción,
por segundo día consecutivo, un paro contundente, total, es la protesta
silenciosa contra la masacre. Hay escasez de alimentos y desabastecimiento.
No hay militares a la vista y el centro aguarda, bajo la convocatoria de la
Central Obrera Boliviana (COB), la hora del cabildo abierto y del entierro
de los caídos en el genocidio de tres días, de sábado a lunes.
En la ciudad de El Alto, a cuatro mil metros
de altura, 400 metros más que La Paz, el paro también es absoluto, aunque
con otro sello. Allí, tras combatir a piedra en cada cuadra, a palo en cada
esquina, sangrando sábado y domingo, aguantando la metralla enloquecida de
los tanques y militares carapintadas, hay ya desde el lunes otro poder, el
poder comunal.
A las zonas empobrecidas de El Alto, donde
moran 800 mil almas adoloridas, nadie entra ni sale sin la autorización de
los comités de vecinos, organizados para pelear contra las tropas, para
marchar a La Paz, para cuidar a los niños y los heridos. Allí, hay olla
común en cada cuadra, todos comparten la pobreza, todos son la autoridad
comunidad organizada. Es otro Estado, con sus propias normas, con sus
propios sueños.
Ahora lloran, ahora gritan. Están dando el
adiós a sus muertos, es la despedida, es el grito de venganza, de justicia.
"Ruego a Dios que no se aparezcan por aquí los militares", dice
uno de los padrecitos en Villa Ingenio. Hay olor a coca, olor a pobre, olor
a guerra civil.
Más abajo, en la hoyada, en todas las zonas
populares, en todos los barrios pobres de La Paz, el control también es de
las organizaciones sindicales y populares, organizadas en torno a la COB.
Todo el Altiplano, desde Oruro hasta Potosí, toda la zona occidental de
Bolivia está en manos de los campesinos y vecinos que bloquean los caminos,
grandes y pequeños. Allí también hay enfrentamientos.
En Patacamaya, en medio de la carretera que
va de Oruro a La Paz, a 100 kilómetros de la sede de gobierno, mineros y
campesinos resisten a los militares, cruzan piedras, dinamita, gases y
balines. Hay detenidos. Los tanques avanzan y frenan por un momento el
avance de dos mil mineros cooperativistas de Huanuni y de los trabajadores
que marchan hacia La Paz. "Han detenido el avance y hasta ahora, en
honor a la verdad, no hay heridos", dice la red radial Erbol a las
10:45 de la mañana. Quince minutos después, los mineros hacen retroceder a
los militares, a punta de dinamita. La batalla es intensa.
Pero el avance es incontenible en otras
zonas. A El Alto ya han comenzado a llegar los campesinos de Achacachi. Han
marchado escurriéndose entre las sombras del Altiplano. Otros llegan a La
Paz, por el sur, a pleno día. Desde el valle de Río Abajo vienen tres mil
campesinos, hombres y mujeres. Ellas lucen sus mejores trajes, trajes de
fiesta. Saben que es su cita con la historia.
Más al sur, desde la localidad de Mallasa,
una hilera de ametralladoras apunta al camino. Al fondo, surgen más de mil
campesinos y vecinos, todos jóvenes entre 14 y 20 años, todos con palos,
listos para el choque. Atrás, mucho más atrás, están las mujeres, los niños
y los ancianos. Es la segunda línea de combate.
En el centro de la ciudad de La Paz, grupos
de maestros y jóvenes gritan consignas y cantan la vieja canción de los
Packochis, de los guerreros aymaras de los tiempos de la colonia (El gran día
está llegando / todos nos levantaremos / gringo maldito, vas a morir /
sabes bien, te colgaremos).
La gente va llegando. El vocero de
comunicaciones de la COB, Arsenio Alvarez dice: "La COB y 40
organizaciones sindicales, gremiales y populares han decidido centralizar la
lucha en torno a la COB. Nadie está autorizado para negociar por su cuenta.
Hay un pacto entre la COB, (el "Mallku") Felipe Quispe, Evo
Morales y Roberto de La Cruz para profundizar la movilización, los bloqueos
de caminos y la huelga general".
De a poco, la rebelión de los pobres ha ido
superando sus problemas organizativos. El gran desfase que existía entre la
radicalidad y mayor movilización popular que se da en La Paz y El Alto con
el interior, ha ido cerrándose con el avance de la lucha popular en
Cochabamba, Oruro, Potosí y Chuquisaca. Ayer, en estas regiones, más de un
centenar de miles de vecinos ganaban las calles exigiendo la renuncia de Sánchez
de Lozada. Hoy, en la ciudad de Cochabamba, la tercera más importante de
Bolivia, el pueblo disputaba, con piedra, dinamita y palo, el control de las
calles.
En La Paz, las clases medias, azoradas por la
cruel matanza, se han soldado con las capas más pobres y rebeldes, mientras
los segmentos más prósperos se han alejado de Sánchez de Lozada, quieren
que se vaya ahora, porque más tarde los puede arrastrar en su caída.
Temen, casi están seguros que las tropas que van llegando desde el
interior, como los boinas verdes del oriente y los asesores militares
estadounidenses, no podrán con las masas insurrectas.
El Presidente parece irremediablemente
perdido, aunque aún no lo sabe. Sus ministros, autistas como él, salen de
tanto en tanto a la palestra y leen una lista de presidentes que apoyan al
millonario que ya tiene poco control sobre el país más pobre del Sur de América.
En la lista están los Lula, los Kirchner, los Toledos y muchos más, todos
ajenos, todos extraños a un pueblo ensangrentado, que hoy sepulta a sus 68
muertos y, más tarde intentará sepultar la injusticia y la tiranía.
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Dia de entierros y más masacre
Marina Ari,
Bolpress.com / La Fogata
Martes 14 de octubre de 2003: Vigilia
permanente en El Alto, los vecinos no durmieron. Valientes, aguerridos
hombres, mujeres y
niñ@s Aymaras. Se preparan
para una nueva jornada. Es día de entierros entre llantos y dolor. Cajones
humildes llevan a los mártires por la defensa de los recursos naturales.
Boleros de caballería, esos lamentos que se crearon para simbolizar la
derrota en la Guerra del Chaco, hoy son usadas para expresar el lamento de
la "masacre por el gas".
En Bella Vista donde las calles estaban
bloqueadas se inicia otra masacre hoy, están pasando los militares armados
montados en motocicletas disparando indiscriminadamente gases lacrimógenos,
persiguiendo y arrestando a la gente que encuentran.
El Mallku declaraba a Radio Francia
Internacional y decía que "yo estoy caminando hacia un cerro porque el
gobierno nos ha amenazado de tomarnos presos a las dirigentes las
resoluciones de la Confederación Sindical Unida de Trabajadores Campesinos
de Bolivia (CSUTCB), la Central Obrera Boliviana (COB) y otras
organizaciones populares es que piden la renuncia de Sánchez de Lozada
estamos con ese pensamiento y trabajando con esa visión. Sabemos que el ejército
está conformado por indígenas y que solo los oficiales y alto mando son de
la casta dominante, les pedimos se unan a su pueblo, entonces si se unen con
el pueblo de esa forrma venceremos"
Información del Hospital de clínicas. 7
muertos en la jornada de ayer por impacto de bala en la cabeza o . 2
soldados con disparos en la cabeza
Más heridos de bala, en el Hospital de clínicas
hay 24 heridos desde el sábado son 42 entonces son 66 heridos que solamente
el Hospital de Clínicas ha atendido.
El Alto y La Paz no pueden decidir que hacer
con el gas porque nosotros ya hemos decidido venderlo dice el sector de
poder en Tarija
2 muertos en Villa Esperanza, decenas de
heridos.
Marcha de cientos de personas, cabildos de
discusión, ambulancias por todas partes, ataúdes por todas partes. El
helicóptero sobrevuela sobre el lugar donde estoy, seguro que es el helicóptero
que disparaba a los jilatanakas y cullaquitas (hermanas y hermanos) de El
Alto.
Avenida Alaja en El Alto, los vecinos se
organizaron nadie pudo dormir.
En ningún barrio de El Alto ni La Paz se
pudo dormir. Se temía a los militares que venían a arrestar. Se temía a
los delincuentes que venían a robar.
Así estamos viviendo, los alteños, coraje
de Aymara, gritan en los funerales "Ciudadanos de El Alto no nos
rendiremos! Que este asesino renuncie, ya no estamos pidiendo dialogo sino
renuncia por crímenes, que se vaya, igual Sánchez Verazain (cruel ministro
del Interior responsable de la Masacre minera de Amayapampa y Capasirca y de
la Masacre de Warisata) no los queremos ver, que se vayan a sus
tierras!" y la voz del padre que acompañaba al cadáver de su hijo se
quiebra.
"Basta ya de asesinatos en nuestra
querida Bolivia, queremos otro gobierno, con el Sanchez de Lozada solo vamos
a tener luto y dolor, los restos de Miguel han partido al cementerio de
Villa Ingenio. Rogamos a los vecinos que están en la avenida Castillo
queremos pedirles que nos den paso para que pase el cadáver de este caído
por el gas. Unámonos toda Bolivia porque no queremos más gobiernos crueles
y dictadores", dice el familiar de otro de los asesinados.
12:35 hrs. del 14 de octubre de 2003.
Los vecinos de la zona sur se arman, dan
cuotas a los cuarteles para que los defiendan contra "los vándalos"
, contra "la turba", algunos están dispuestos a usar armas ellos
mismos -aunque la mayoría espera que los soldados sean quienes las usen-
pero también tienen mucho miedo.
Se incrementa el terror hacia los barrios
pobres que rodean las zonas residenciales. Los soldados comentan que tienen
servicios de inteligencia en todos los movimientos. Seguramente quieren
decir que tienen infiltrados. Pero ellos también tienen miedo.
A los soldados se les ha acabado el gas y están
cocinando a leña, sus víveres también se acaban y como decía el tata
Felipe Quispe, sus gases lacrimógenos y balas también se están acabando.
Lo terrible es como el gobierno sanguinario
del MNR, MIR, NFR, UCS, enfrentan a estos mestizos ( claramente mestizos
porque todos en la reunión tenían más o menos el color de la India que
escribe este artículo, con nosotros los Indios. Ellos ni se imaginaban que
había una Aymara escuchando asombrada lo que decían, estudiando sus
actitudes, sus temores) con los pobres e indígenas. Como ha hecho que el
temor y la rabia al otro sea tan grande que estén dispuestos a matarnos
porque "son pobres y pueden querer quedarse con nuestras casas, con
nuestros bienes". No saben como me sentía pensando si estos se dan
cuenta que soy una Aymara, seguro que me matan, me hacen daño a mi y a mi
familia.
Y lo peor es que ellos tienen dinero, armas y
al ejército y policía de su lado. En cambio los indígenas, obreros y
pobres tienen sólo pobreza, hambre, su cuerpo.
Los vándalos son ellos, los que han
gobernado siempre este país con tanta corrupción e ineficiencia, con tanto
racismo y exclusión, siempre son los mismos. Los vándalos son ellos que
masacran, que roban al pobre lo único que tiene que es su vida.
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Goni resiste en su cargo; suman 57 los
muertos y se anuncian nuevas movilizaciones
Redacción Bolpres.com / La Fogata
El presidente Gonzalo Sánchez de Lozada
resiste en su cargo con el apoyo de los militares, a pesar del pedido de
renuncia que, casi unánimemente, le plantearon diversos sectores sociales
después que la represión a las movilizaciones populares en rechazo al
proyecto de exportación de gas natural del consorcio Pacific LNG fueran
reprimidos dejando el saldo de al menos 57 muertos, al menos dos
desaparecidos, y más de un centenar de heridos. Después de una jornada de
calma, se anuncian para el miércoles nuevas movilizaciones.
"No voy a renunciar", "Vamos a
derrotar a los sediciosos", dijo en la víspera, al tiempo que partian
caravanas de tanques con destino a la ciudad de La Paz para reforzar la
guardia que militares establecieron sobre el palacio de Gobierno y otros
edificios públicos.
El gobierno le apostó al cansancio de las
movilizaciones; sin embargo, lejos de que esto ocurra, las movilizaciones
tienden a masificarse en todo el país.
"La única salida es la renuncia del
Presidente, ya no queda nada que negociar con él", dijo hoy Roberto De
la Cruz, dirigente de la Central Obrera Regional (COR) de El Alto, la
primera organización que declaró un paro general indefinido.
El pedido de renuncia del presidente,
presentado inicialmente por Jaime Solares, secretario ejecutivo de la
Central Obrera Boliviana (COB), ahora fue asumido por al menos 38
organizaciones nacionales entre los cuales se encuentran todos los comités
cívicos departamentales, las centrales obreras, campesinos, gremiales,
transportistas, maestros, universitarios, juntas vecinales y partidos políticos,
además de algunos parlamentarios de la oficialista Nueva Fuerza
Republicana, la Arquidiócesis de Iglesia Católica de El Alto.
Al pedido de renuncia se sumaron los alcaldes
de La Paz y El Alto, Juan del Granado y José Paredes, y también el
empresario Samuel Doria Medina, hasta hace poco considerado segundo hombre
del oficialista MIR.
"Después del 12 y 13 de febrero, el
pueblo le dio al gobierno una segunda oportunidad, pero fue
desaprovechada", dijo Doria Medina quien se sumó al pedido de sucesión
presidencial en los marcos previstos por la Constitución Política del
Estado (CPE).
Nuevas movilizaciones
Después de cuatro días de sucesiva
violencia, el martes fueran pocas las movilizaciones registradas en La Paz y
El Alto. "Estamos velando a nuestros muertos", dijeron varios
manifestantes.
Sin embargo, para mañana la COB convocó a
un cabildo abierto en la céntrica plaza San Francisco, ubicada a unos 500
metros de la Plaza Murillo, lugar donde se encuentra el Palacio de Gobierno.
La Confederación Sindical Única de
Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) informó que centenares de
campesinos marchan hacia La Paz, donde son esperados por 800 trabajadores
mineros del distrito de Huanuni.
Al mismo tiempo, el gobierno dispuso la
movilización de refuerzos para las tropas militares que se encuentran
acantonadas en la sede de gobierno.
Las salidas posibles
"Bolivia se encuentra ante dos salidas
posibles: la política que implicaría la exigida renuncia del Presidente o
la militar que implicaría mayor represión", dijo hoy el analista político
Álvaro García.
Sin embargo, después que el Departamento de
Estado de Estados Unidos afirmara que no reconocerá a otro presidente, el
gobierno comenzó una intensa campaña mediática para mostrar que tiene
apoyo internacional.
"Los gringos lo pueden reconocer, pero
los que vivimos aquí no lo reconocemos, no queremos a un asesino al frente
del país. Vamos a seguir en las movilizaciones hasta que ese asesino que
está como presidente renuncie", dijo Felipe Quispe, líder de la
CSUTCB.
Un apopo dudoso
Según analistas políticos, en otras
condiciones de convulsión social el gobierno ya habría dictado un estado
de sitio, aunque en la actualidad evita tomar esa medida porque se duda de
la efectivad de la medida. La última vez que un gobierno quiso aplicar una
medida de excepción para frentar una movilización campesina, fue obligado
a levantar la disposición después de constatar su fracaso.
En la víspera, los comandantes militares
anunciaron que actuarían con firmeza para frenar las movilizaciones, aunque
hoy el comandante de las Fuerzas Armadas de Bolivia, general Roberto Claros,
dijo a la local de televisión ATB que no respaldan al Presidente "como
persona", sino a "un Gobierno legítimamente constituido".
Casi al mismo tiempo, un grupo de supuestos
militares denominados "patriotas" dijeron que apoyan el pedido de
renuncia del
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Washington y la OEA, "cómplices de la
matanza" al respaldar al presidente: Evo Morales
La Paz, tomada por el ejército; se agrava la
escasez de alimentos
Seguirán las marchas hasta que caiga Sánchez
de Lozada, sostiene Felipe Quispe
Unos dos mil campesinos llegarán a la
capital; la represión ha dejado más de 70 muertos
STELLA CALLONI
CORRESPONSAL / LA JORNADA
"¡Que se vaya el Goni!" es el
reclamo de la protesta social que ya ha dejado al menos 70 muertos y
centenares de heridos en Bolivia, pero el presidente Gonzalo Sánchez de
Lozada, aunque aislado políticamente, recibía el apoyo de las fuerzas
armadas y el de Estados Unidos, sin dar señales de que pudiera abrir el
camino para una salida a la grave crisis.
La Paz amaneció este martes tomada por el ejército.
La ciudad, sede del Ejecutivo, está totalmente paralizada, en tanto la
vecina El Alto era la expresión del dramático momento que vive el país,
con los entierros de las decenas de víctimas de la represión. Algunos van
a las marchas, pero la jornada pertenece a los cortejos fúnebres, a los
funerales improvisados, al dolor y la rabia. Incluso hoy hubo otro muerto
aquí, en enfrentamientos con las fuerzas militares, según informa la
Asamblea Permanente de Derechos Humanos. El organismo habla de 71 muertos
por la represión de las protestas, pero el número podría aumentar porque
este no es el balance definitivo y hay denuncias de que algunos cadáveres
no han podido ser recuperados.
"Se anuncia que arribarán a La Paz unos
2 mil campesinos que vienen de los Yungas. Los mineros, sabemos que están
en las inmediaciones y se habla de miles, y todo esto crea tensión en forma
permanente. Aquí nada se mueve (por el paro decretado)", alerta el
diputado Antonio Peredo, del Movimiento al Socialismo (MAS), en comunicación
telefónica con La Jornada.
El líder indígena Felipe Quispe, otro de
los que encabezan las protestas que comenzaron rechazando entregar el gas a
las petroleras para su exportación, dijo que las marchas continuarán hasta
la caída de Sánchez de Lozada, según reportes radiales.
Y Evo Morales, el diputado del MAS y líder
indígena que no pudo llegar a la presidencia cuando el Goni se alió con el
otrora progresista Jaime Paz Zamora en el Congreso, acusó a la Organización
de Estados Americanos (OEA) y a Estados Unidos, que han dado su apoyo total
a Sánchez de Lozada, de ser "cómplices" de las matanzas.
El pueblo, explicó en declaraciones
divulgadas aquí por argencias de prensa, "se ha movilizado para
recuperar y defender sus intereses, como los hidrocarburos", y reiteró
que la salida que se pide es constitucional, ya que el actual mandatario
podría ser remplazado por el vicepresidente Carlos Mesa, quien ha roto con
Sánchez de Lozada.
En este sentido, encabezados por Peredo,
diputados de distintos sectores pidieron a Mesa, quien preside al Congreso,
una reunión urgente, "ya que estamos en tiempo de asamblea ordinaria,
pero no tenemos posibilidad física de reunirnos. Le pedimos la convocatoria
porque cada hora que pasa la situación se vuelve más grave, y el Congreso
sin funcionar la hace mucho más peligrosa".
Sobre la actitud de Mesa, que se distanció
de la represión pero no ha renunciado, Peredo consideró que "no se lo
ve muy fuerte, (pero) mañana puede ser otra cosa. Sabemos que hay fuertes
discursiones internas en el oficialista Movimiento Nacionalista
Revolucionario (MNR). Hay allí grupos que creen que se le debe quitar el
apoyo al presidente". Además, cuatro ministros abandonaron el
gabinete, y aunque el ex presidente Jaime Paz Zamora, del Movimiento
Izquierda Revolucionaria (MIR) dio su respaldo a Sánchez de Lozada, el
titular de Desarrollo Económico, del mismo partido, es uno de los que se
fue del gobierno. Y el líder de la Nueva Fuerza Republicana, Manfred Reyes,
ya condicionó su apoyo al presidente a "reformas profundas", tras
un encuentro entre ambos.
Peredo destacó asimismo que grupos de policías
hicieron ondear hoy banderas blancas, como un mensaje de que no estaban
dispuestos a disparar sobre la gente.
Pero Sánchez de Lozada, dueño de una de las
mayores fortunas del país y quien tiene un marcado acento anglosajón que
le hizo ganar el mote de el gringo, parece haber optado por un esquema que
recuerda a los tiempos de la guerra fría.
Mientras en días pasados habló de
"sediciosos", su vocero declaró hoy a una emisora colombiana que
quienes protestan están apoyados por "las guerrillas colombiana y
peruana". Mauricio Antenaza -el vocero- se limitó luego a instar a que
los bolivianos "depongan las actitudes beligerantes y que no se incurra
en actos de confrontación y violencia".
Son cada vez más escasos los aliados del
presidente. Una primera declaración de las Fuerzas Armadas señaló que se
apoyaba al presidente, aunque aclaró que no como persona sino como
"institución". Al parecer, esto provocó rumores sobre divisiones
en las filas castrenses, por lo que otro comunicado emitido en la noche habló
de "subordinación, acatamiento y respaldo" a Sánchez de Lozada.
Este martes, el ejército sacó sus tanques a
las calles de La Paz -como lo hizo en El Alto en el trágico fin de semana-,
una ciudad paralizada donde aumenta la escasez de combustibles y alimentos,
desierta, sin circulación de vehículos. Se dijo que un grupo intentó
entrar en la residencia privada de Sánchez de Lozada, pero fue reprimido, y
se reportaron algunos saqueos. Los hospitales están al borde del colapso y
además tres bebés habrían muerto por falta de suministro de oxígeno.
Incluso faltan los alimentos para los pacientes, además de medicamentos y
sangre para transfusiones.
La agencia alternativa boliviana Econoticias
informó que más de millón y medio de vecinos de las ciudades de La Paz y
El Alto "paralizaron todas las actividades públicas y privadas y en
silencio condenaron la cruel matanza que ensangrentó al Altiplano. En los
barrios de clase media, pena infinita y llanto. En los residenciales,
tristeza y temor. Lo mismo sucede en El Alto, a escasos kilómetros de esta
capital, donde tampoco hay transporte público, los comercios están
cerrados y no hay actividades públicas ni privadas".
"Aquí muchos lloran a su muertos,
cuidan a sus heridos y maldicen al presidente Sánchez de Lozada, que tras
anunciar en la tarde de ayer que no renunciará y recibir el respaldo del
Departamento de Estado de Estados Unidos, dispuso la militarización de la
sede de gobierno", señala Econoticias. "Un anillo de metralla y
fuego custodia palacio."
El ambiente de tregua que se vivió hoy
"se puede romper en cualquier momento", advierte Econoticias,
mientras que analistas consultados por este periódico mencionan
preparativos militares y policiales en diversos cuarteles y puntos estratégicos
de La Paz y El Alto.
El rumor de la llamada "guerra del
gas" se siente especialmente en los cerros altos, donde se levantan los
barrios más pobres, las ciudades perdidas, donde la población sólo tiene
palos, resorteras y piedras, aunque la rebelión se extiende, incluso a
Santa Cruz, una fuerte región económica.
"Aquí lo que hay es una verdadera
insurrección popular ante un presidente que defiende sus intereses de
empresario, que nunca vivió en el país (creció en Estados Unidos). Y
podemos ver los intereses que lo respaldan, porque no vimos al Departamento
de Estado correr a defender supuestamente, a (Fernando) De la Rúa cuando el
pueblo se alzó en Argentina" en 2001, indicó en Buenos Aires un
dirigente de la comunidad boliviana, cuando en la capital sus connacionales,
junto con desocupados, marcharon para protestar ante la embajada de Bolivia
en Argentina.
La red radial alternativa Erbol señalaba a
estas horas que "en la lucha por la renacionalización del gas y el
petróleo han muerto por lo menos 64 ciudadanos por balas (...) Es la mayor
matanza en tiempos de una democracia enloquecida que cada día se asemeja más
a las viejas y sangrientas dictaduras militares".
"Es una lucha de largo aliento",
sostiene el líder de la Central Obrera Boliviana (COB), el minero Jaime
Solares, quien propuso masificar bloqueos y marchas, así como la paralización
de actividades en todas las ciudades. "Todos queremos que se vaya el
gringo (Sánchez de Lozada), todos gritamos que se vaya", afirmó
Quispe, el líder aimara también conocido como el Malku.
Sin embargo, "la gigantesca movilización
popular, que mantiene cercada a la sede de gobierno desde hace casi una
semana, no ha logrado incluir con la misma intensidad y radicalidad a los
diferentes sectores y regiones. Esa es su gran debilidad", precisa
Econoticias.
Con todo, mientras, nadie del gobierno quiere
hablar con la prensa sobre el tema militar, y cuando desde el extremo norte
del país, casi en la frontera con Brasil, llegan otros dos contingentes de
conscriptos armados, "desde Cochabamba, en el centro de Bolivia, se
abre otro frente. Hay escaramuzas entre manifestantes civiles y policías en
varios puntos en la tercera ciudad del país. Cunden los bloqueos, los
cocaleros y los campesinos ya se hacen sentir en el Chapare y en varias
provincias. Hay corte de rutas, gases y balines. En el oriente, en Santa
Cruz, en la región económicamente más fuerte del país, hay
movilizaciones populares, aún pequeñas pero van en aumento. Desde el
norte, desde Yapacani viene la marcha. En Potosí, en el extremo sur del
occidente, hay movilización total", señalan las agencias
alternativas.
"Todas estas acciones populares están
mostrando que la población civil más pobre de Bolivia está haciendo un
gigantesco esfuerzo para movilizarse en todo el país, tratando así de
frenar la masacre que se avecina otra vez en el Altiplano. Es la gigantesca
sublevación de la piedra y el palo contra los tanques"
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El Alto, "la ciudad del futuro
boliviano", paralizada y ocupada por fuerzas armadas
"Esto no es un enfrentamiento, es una
matanza", acusa la radio comunitaria
Los servicios de salud en la localidad,
rebasados por la fuerte represión a manifestantes
ANDREA ARENAS ALIPAZ Y LUIS A. GOMEZ
ESPECIAL PARA LA JORNADA
La Paz. "¿Con qué nos vamos a
defender? Por favor, que este gobierno deje de molestarnos", exigía a
gritos un hombre en plena calle. "Esto no es un enfrentamiento, es una
matanza", insistió todo el día el locutor de la radio comunitaria
Pachamama. Desde las primeras horas del día las fuerzas armadas se han
desplegado por toda la ciudad de El Alto, urbe de un millón de habitantes
que tiene ya varios días paralizada por los bloqueos, las fuerzas del orden
lanzan granadas de gas lacrimógeno y disparan "de canto" contra
los habitantes. Con la consigna de hacer llegar alimentos y combustible a la
ciudad de La Paz, los militares han sembrado de heridos y muertos varios
sectores alteños.
Los servicios de salud en El Alto se han
visto rebasados por la matanza y varios heridos se desangraban sin encontrar
posibilidad de ayuda. Niños y mujeres han sido transportados por los
vecinos, inclusive en carretillas, a todo centro de salud, hospital o
consultorio en busca de atención médica. Sin embargo, en un país cuya
oferta en este rubro no alcanza a cubrir ni a 10 por ciento de la población,
la escasez de analgésicos, sueros y sangre ha impedido la adecuada atención
de poco más de 200 personas.
En las esquinas, luego del paso de los
soldados, no quedan más que algunas piedras, restos de fogatas y charcos de
sangre seca. En el sector de Río Seco, al noroeste del El Alto, las
balaceras han continuado. Pero la gente no cede un ápice en sus exigencias,
aun cuando la han obligado a replegarse, y los bloqueos han comenzado a
reorganizarse: "nosotros no tenemos armas", dijo un dirigente
vecinal del barrio de Rosas Pampa, "pero queremos que este gobierno se
vaya. No tenemos con qué defendernos, pero tenemos la justicia de reclamar
por lo nuestro. El gas es nuestro. Que se vayan y dejen de matarnos a
todos".
Morir en la ciudad "del futuro"
En esta ciudad de pobres, ciudad dormitorio y
sede de un aeropuerto internacional, se encuentra desde hace unos días el
epicentro de las manifestaciones y bloqueos que sacuden a Bolivia ya por
tres semanas. Ubicada en el extremo norte del altiplano andino, El Alto es a
La Paz lo que Ciudad Nezahualcóyotl al Distrito Federal: una urbe forjada
en dos décadas por migrantes, fundamentalmente aimaras, a un costado de la
sede de gobierno. Un alcalde populista ha decretado, con bando municipal,
que ésta "es la ciudad del futuro de Bolivia".
Pero el jueves pasado por la mañana, apenas
iniciado el segundo día de paro en El Alto, fuerzas combinadas de la policía
y el ejército comenzaron un enfrentamiento con un contingente de mineros
llegados de Huanuni, en el sur del país, para manifestarse en contra de la
posible venta del gas a través de Chile. Armados con piedras y hondas
cargadas de dinamita, los mineros resistieron durante poco más de media
hora el asalto militar, que pretendía detener su marcha hacia La Paz.
Luego del enfrentamiento, en la localidad de
Ventilla, entre El Alto y la ciudad de Oruro, quedó en el piso el cuerpo
del minero José Luis Atahuichi, de 40 años, semidestruido por una explosión
no aclarada hasta este momento. Una decena de heridos fue trasladada a
diversos nosocomios. Mientras, las fuerzas militares iniciaron una operación
de barrido en todos los bloqueos que impedían el acceso de vehículos a El
Alto en esa zona al sur de la ciudad.
Un par de kilómetros más adelante, en el
sector Senkata, comenzaron los enfrentamientos con los vecinos. Lanzando
cientos de granadas de gas y disparando, los militares consiguieron limpiar
el camino hacia la avenida 6 de marzo, cuyos seis carriles quedaron
desiertos por un par de horas... pero en medio la refriega cayó con un
balazo en la frente el joven Ramiro Vargas, de 22 años, que perdió la vida
camino del hospital.
A primeras horas de la tarde, los vecinos
volvieron a instalar los bloqueos en los barrios de Rosas Pampa, Santiago II
y Santa Rosa. Don Alberto, un hombre de bastón y cabello cano, con sombrero
de fieltro negro, nos llevó hasta una esquina de la calle 31 de Rosas
Pampa, en donde ya se reunían los vecinos para hacer una colecta: Ramiro,
uno de los miles de jóvenes que protestan con piedras y gritos, vivía a
pocos metros de ahí. En medio del tumulto, ondeaban dos banderas: la
boliviana y la wiphala (la enseña multicolor de los pueblos andinos), ambas
con crespones negros...
"¿Sabe señor periodista? Nosotros
vamos a aguantar hasta las últimas consecuencias... aquí solitos estamos
nosotros y nuestros hermanos campesinos, los que nos estamos
enfrentando", venía diciendo don Alberto. En ese momento, una caravana
de aproximadamente 20 autobuses y diversos vehículos hizo su aparición en
la avenida, custodiada por un centenar de militares y policías. Nuevamente
una lluvia de gas y de balas. La gente corrió hasta sus casas, pero era inútil,
los soldados que custodiaban la caravana se desviaron de la avenida y se
dirigieron al interior de los barrios para seguir disparando.
Media hora después, tosiendo y con los ojos
llorosos, la gente volvió a su bloqueo y persiguió a la retaguardia del
convoy con piedras y amenazas: "Los vamos a matar. Son unos perros
porque han disparado contra las casas donde hay niños". Mientras eso
ocurría, en la ciudad de La Paz, el ministro de Gobierno, Yerko Kukoc,
negaba en conferencia de prensa que los efectivos militares estuvieran
disparando a la gente. "Cómo no... mire", nos dijo indignada una
niña de 12 años, mostrando en sus manos casquillos de FAL y de las
escopetas de uso reglamentario de las Fuerzas Armadas, "Si esta mañana
a un viejito le han disparado, le han abierto el pie a bala... ahí, mire,
junto al puente".
El velorio acosado
El viernes, los vecinos de Rosas Pampa y
Santiago II velaron el cuerpo de Ramiro Vargas en plena calle, en el centro
de su bloqueo de la avenida 6 de marzo. No dejaron de gritar consignas
contra el gobierno, pidiendo la renuncia del presidente Sánchez de Lozada.
A las 16:30 horas salió una procesión hasta el cementerio general de la
zona. Cerca de 200 personas de luto y en silencio recorrieron la avenida
desierta. Antes de llegar a su destino, la procesión pasó frente al
cuartel del Batallón Ingavi, principal guarnición militar en esta zona del
país. Los militares se desplegaron por toda la acera, cortaron cartucho y
quedaron en posición de alerta.
Nadie entre los deudos dijo una palabra.
Algunos rostros se elevaron al cielo, porque en esos instantes los sobrevoló
uno de los helicópteros que patrullan y, de cuando en cuando, ametrallan a
los civiles. Justo en la esquina del cuartel, la procesión dio la vuelta
buscando la entrada del cementerio. Los militares corrieron detrás,
alarmados, pero nada ocurrió. Los ataúdes de Ramiro y una adolescente, que
había muerto intoxicada por los gases del día anterior mientras pasaba la
caravana de autobuses, fueron llevados a una capilla improvisada en medio de
las tumbas y luego de una breve ceremonia fueron depositados en sus fosas...
alrededor, la gente saludaba a los familiares y algunos comenzaban a
organizar el regreso a su barrio. Una corona de flores marchitas se quedó
tirada junto a la tumba, en su centro había una fotocopia con la foto de un
joven serio y de cabello corto.
Esa misma tarde, vecinos de toda esa zona
trataron de tomar infructuosamente los depósitos de gasolina de Senkata. Ya
todos sabían que el primer atisbo de escasez en La Paz era ése: los dueños
de las gasolinerías anunciaron que el sábado iba a terminarse el
combustible. Por ello decidieron contratacar. "Si no detienen esto,
vamos a bajar a la hoyada (la inmensa cañada donde se asienta La Paz) a
bloquearlos", adivirtió don Alberto antes de regresar a su casa esa
tarde.
El niño y la gasolina
El sábado por la mañana, mientras
reiniciaban la vigilancia en su zona, los vecinos de Rosas Pampa vieron
venir otra caravana. A lo lejos, las nubes de polvo y de gas delataban una
nueva acción militar. Se trataba de un convoy de camiones cisterna cargados
con gasolina que pretendía llegar a La Paz. "No pasan, aunque nos
maten", alcanzó a decir un muchacho antes del nuevo combate... todo se
desarrolló de manera idéntica a los días anteriores: gas, balas y gente
corriendo... hasta que, motivados más por la rabia que por su capacidad de
resistencia, los vecinos lograron reagruparse a una cuadra del puente de
Rosas Pampa.
No todos los camiones cisterna consiguieron
romper el bloqueo. Los militares, sorprendidos por la respuesta de la gente,
comenzaron a retirarse disparando al ver que su dotación de gas lacrimógeno
se acababa sin efecto. Las piedras comenzaron a caerles encima y más de la
mitad del convoy fue obligado a retroceder hasta el cercano depósito de
Senkata. Eran las 10 de la mañana. Pero este parcial triunfo no animó a la
gente. De una de las aceras comenzaron a llegar los alaridos de una mujer:
"Lo han matado, lo han matado". Alex Mollericnoa, un niño de
cinco años había recibido un impacto de "balín" (perdigones),
muriendo en el acto.
En el suelo quedaron otros 20 heridos. Y
cualquier optimista de perogrullo podría ver que "le salió
barato" a los vecinos, porque los militares que protegían la caravana
eran varios cientos y estaban fuertemente armados con FAL, ametralladoras,
escopetas y granadas de mano. A esas horas, los vecinos fueron a buscar
automóviles y carretillas para transportar a su gente hasta el hospital
Juan XXIII, pero la gran mayoría se quedó en las calles, reunida en
silencio y en un ambiente lúgubre.
Domingo sangriento
Esta mañana, visto que el convoy que venía
de los depósitos del sur de El Alto no podía llegar hasta La Paz para
surtir gasolina, los militares coparon casi todas las zonas de bloqueo en
forma masiva, disparando directamente a la gente con ráfagas continuas. Por
el noroeste entró esta vez un convoy de camiones cisterna cargados con
gasolina, algunos transportes con alimentos y otros vehículos. En la zona
de Río Seco, a la altura de una vieja tranca de peaje, fueron asesinados
vecinos durante más de dos horas de tiroteo.
En esta ocasión, el operativo de barrido
incluyó las calles aledañas a las principales avenidas de El Alto y, por
los reportes recibidos hasta las 17 horas, es evidente que la orden era
disparar a discreción. Las organizaciones de derechos humanos, las juntas
de vecinos y algunas radios comunitarias de El Alto llevan una larga lista
de muertos y heridos en diversos sectores de la ciudad.
Esta tarde, la agencia de informaciones
Bolpress reportó que el gobierno "en declaraciones realizadas mediante
sus ministros de Estado y el vocero gubernamental, Mauricio Antezana, sólo
atinó a reiterar su predisposición de diálogo con los sectores
sociales". En contraste, un vecino de Río Seco afirmó categórico en
Radio Pachamama: "No son cientos; ahora son miles de vecinos los que
están reunidos. No vamos a permitir que nos sigan matando como
corderos". Todas la vías de comunicación entre La Paz, El Alto y
otras localidades, se han vuelto a cerrar por los bloqueos. Los únicos vehículos
que transitan a estas horas son las ambulancias y algunos autos con
periodistas y médicos voluntarios.
"¿Cuántos muertos más quieren?",
lloraba una estudiante luego de la matanza del domingo, "...los
bolivianos nos uniremos... nos están matando". Hoy nadie ha mencionado
ya que se cumplen 511 años de la llegada de los españoles a América. La
lluvia y el granizo han barrido El Alto durante cerca de una hora, limpiando
el hollín y los restos de sangre en el asfalto de sus principales avenidas.
Y la gente ha vuelto a salir, a gritar y a maldecir a los militares... el
gobierno no se ha ido, ellos tampoco.
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DIA DE ENTIERROS EN EL QULLASUYU
por Grupo Informativo Katari Uta. Marina Ari
Suman los muertos y heridos, mientras
enterramos a nuestros caídos.
DIA DE ENTIERROS Y MÁS MASACRE
Por Marina Ari / La Fogata
Vigilia permanente en El Alto, los vecinos no
durmieron. Valientes, aguerridos hombres, mujeres y
niñ@s
Aymaras. Se preparan para una nueva jornada. Es día de entierros entre
llantos y dolor. Cajones humildes llevan a los mártires por la defensa de
los recursos naturales. Boleros de caballería, esos lamentos que se crearon
para simbolizar la derrota en la Guerra del Chaco, hoy son usadas para
expresar el lamento de la "masacre por el gas".
En Bella Vista donde las calles estaban
bloqueadas se inicia otra masacre hoy, están pasando los militares armados
montados en motocicletas disparando indiscriminadamente gases lacrimógenos,
persiguiendo y arrestando a la gente que encuentran.
El Mallku declaraba a Radio Francia
Internacional y decía que "yo estoy caminando hacia un cerro porque el
gobierno nos ha amenazado de tomarnos presos a las dirigentes las
resoluciones de la Confederación Sindical Unida de Trabajadores Campesinos
de Bolivia (CSUTCB), la Central Obrera Boliviana (COB) y otras
organizaciones populares es que piden la renuncia de Sánchez de Lozada
estamos con ese pensamiento y trabajando con esa visión. Sabemos que el ejército
está conformado por indígenas y que solo los oficiales y alto mando son de
la casta dominante, les pedimos se unan a su pueblo, entonces si se unen con
el pueblo de esa forrma venceremos"
Información del Hospital de clínicas. 7
muertos en la jornada de ayer por impacto de bala en la cabeza o . 2
soldados con disparos en la cabeza
Más heridos de bala, en el Hospital de clínicas
hay 24 heridos desde el sábado son 42 entonces son 66 heridos que solamente
el Hospital de Clínicas ha atendido.
El Alto y La Paz no pueden decidir que hacer
con el gas porque nosotros ya hemos decidido venderlo dice el sector de
poder en Tarija
2 muertos en Villa Esperanza, decenas de
heridos.
Marcha de cientos de personas, cabildos de
discusión, ambulancias por todas partes, ataúdes por todas partes. El
helicóptero sobrevuela sobre el lugar donde estoy, seguro que es el helicóptero
que disparaba a los jilatanakas y cullaquitas (hermanas y hermanos) de El
Alto.
Avenida Alaja en El Alto, los vecinos se
organizaron nadie pudo dormir.
En ningún barrio de El Alto ni La Paz se
pudo dormir. Se temía a los militares que venían a arrestar. Se temía a
los delincuentes que venían a robar.
Así estamos viviendo, los alteños, coraje
de Aymara, gritan en los funerales "Ciudadanos de El Alto no nos
rendiremos! Que este asesino renuncie, ya no estamos pidiendo dialogo sino
renuncia por crímenes, que se vaya, igual Sánchez Verazain (cruel ministro
del Interior responsable de la Masacre minera de Amayapampa y Capasirca y de
la Masacre de Warisata) no los queremos ver, que se vayan a sus
tierras!" y la voz del padre que acompañaba al cadáver de su hijo se
quiebra.
"Basta ya de asesinatos en nuestra
querida Bolivia, queremos otro gobierno, con el Sanchez de Lozada solo vamos
a tener luto y dolor, los restos de Miguel han partido al cementerio de
Villa Ingenio. Rogamos a los vecinos que están en la avenida Castillo
queremos pedirles que nos den paso para que pase el cadáver de este caído
por el gas. Unámonos toda Bolivia porque no queremos más gobiernos crueles
y dictadores", dice el familiar de otro de los asesinados.
12:35 hrs. del 14 de octubre de 2003.
Los vecinos de la zona sur se arman, dan
cuotas a los cuarteles para que los defiendan contra "los vándalos"
, contra "la turba", algunos están dispuestos a usar armas ellos
mismos -aunque la mayoría espera que los soldados sean quienes las usen-
pero también tienen mucho miedo.
Se incrementa el terror hacia los barrios
pobres que rodean las zonas residenciales. Los soldados comentan que tienen
servicios de inteligencia en todos los movimientos. Seguramente quieren
decir que tienen infiltrados. Pero ellos también tienen miedo.
A los soldados se les ha acabado el gas y están
cocinando a leña, sus víveres también se acaban y como decía el tata
Felipe Quispe, sus gases lacrimógenos y balas también se están acabando.
Lo terrible es como el gobierno sanguinario
del MNR, MIR, NFR, UCS, enfrentan a estos mestizos ( claramente mestizos
porque todos en la reunión tenían más o menos el color de la India que
escribe este artículo, con nosotros los Indios. Ellos ni se imaginaban que
había una Aymara escuchando asombrada lo que decían, estudiando sus
actitudes, sus temores) con los pobres e indígenas. Como ha hecho que el
temor y la rabia al otro sea tan grande que estén dispuestos a matarnos
porque "son pobres y pueden querer quedarse con nuestras casas, con
nuestros bienes". No saben como me sentía pensando si estos se dan
cuenta que soy una Aymara, seguro que me matan, me hacen daño a mi y a mi
familia.
Y lo peor es que ellos tienen dinero, armas y
al ejército y policía de su lado. En cambio los Indígenas, obreros y
pobres tienen sólo pobreza, hambre, su cuerpo.
Los vándalos son ellos, los que han
gobernado siempre este país con tanta corrupción e ineficiencia, con tanto
racismo y exclusión, siempre son los mismos. Los vándalos son ellos que
masacran, que roban al pobre lo único que tiene que es su vida.
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Bolivia, el limite entre la democracia y el
fascismo
Miguel Ángel Ferrari
Hipótesis / La Fogata
América latina y el mundo deberemos mirarnos
en el espejo de Bolivia.
Mientras la mayoría del pueblo de un país,
por diversas razones, acepta los procesos de enajenación de su patrimonio
colectivo, los gobiernos neoliberales practican la "democracia".
Cuando el nivel de conciencia de gran parte de la ciudadanía asciende,
hasta adquirir una clara comprensión de la gravedad del saqueo al que es
sometida la sociedad y se moviliza para impedirlo, el juego de la democracia
se torna súbitamente en la práctica del terror por parte de las clases
dominantes.
A este síndrome los argentinos ya lo
conocemos. Lo hemos padecido muchas veces, pero nunca como en aquellos días
de diciembre de 2001, donde las calles de nuestras ciudades quedaron regadas
de compatriotas asesinados por haber tenido la valentía de negarse a
soportar un día más, a esos dirigentes políticos serviles de los
intereses de los grandes grupos económicos y dóciles ejecutores de las
directivas provenientes desde el imperio.
Más de cincuenta hermanos bolivianos han
sido asesinados desde el 20 de setiembre, la mayoría en estos últimos días,
entre ellos varios niños, por enfrentar con decisión la política corrupta
y entreguista del gobierno encabezado por el presidente Gonzalo Sánchez de
Lozada, expresada por estos días en la implementación del proyecto de las
transnacionales, consistente en la exportación de gas natural a los Estados
Unidos sin ningún tipo de valor agregado. Los dueños de las empresas
petrolíferas y gasíferas son, con pocas diferencias, los mismos de la
Argentina. El presidente Sánchez de Lozada, sin ninguna originalidad, se
limitó a entregar menemistamente el patrimonio de su país a las
multinacionales.
Winston Churchill solía decir "la
democracia es el peor de los sistemas políticos, si exceptuamos a todos los
demás". Más allá del humor que lo caracterizaba y la profunda
repulsa que le producía la sola idea de progreso social, el dirigente
conservador británico estaba convencido de sus palabras. Pero los
conservadores del presente, que en los últimos tiempos se travistieron con
el ropaje criptofascista del neoliberalismo, parecen no coincidir con uno de
sus paradigmáticos mentores políticos. Dentro de su concepción de que
primero están los negocios, luego los negocios y finalmente los negocios,
la democracia es sólo una de las formas que se puede adoptar, según
convenga al objetivo más importante: los negocios.
Las clases dominantes bolivianas, a las que Sánchez
de Lozada las representa con bastante solvencia, por ser uno de sus
conspicuos integrantes, enriquecido él y sus antepasados con el sudor y las
enfermedades de los trabajadores mineros de Oruro y Potosí, han apostado
durante largas décadas a las dictaduras militares para acrecentar sus
patrimonios en desmedro de la inmensa mayoría de la población, sumida en
un 70 por ciento en la miseria más cruel e inhumana.
Siguiendo las palabras de Churchill, la
oligarquía boliviana o "la rosca" como habitualmente la llama su
pueblo, ha preferido a "todos los demás" sistemas políticos. De
modo que veinte años de "democracia" no son suficientes para
identificarse con ella. Es por ello, entre otras tantas cosas, que "Goni"
como llaman al presidente propios y extraños, usando un familiar diminutivo
de Gonzalo, ostenta el trágico galardón de ser el presidente surgido de
elecciones con más muertes sobre sus espaldas. Solamente en este breve
lapso de su segundo mandato carga con 33 muertes durante los sucesos del 12
y 13 de febrero de este año, cuando trabajadores, estudiantes y policías
manifestaron en La Paz contra el impuesto al salario, y más de cincuenta
hasta el día de hoy durante esta "guerra del gas", especialmente
en la ciudad de El Alto, en "el gran La Paz".
A los demócratas de mercado no se les ocurrió
abrir el diálogo con la ciudadanía para preguntarles qué opinan -por
ejemplo- de este negocio del gas donde las transnacionales reunidas en un
consorcio denominado Pacific LNG, conformado por Repsol-YPF, Panamerican Gas
y British Gas, se proponen ganar 20 mil millones de dólares en los próximos
veinte años, dejando al Estado boliviano sumas insignificantes en concepto
de impuestos y regalías. No se les ocurrió, sencillamente, porque sus
intereses no son los mismos que los de la inmensa mayoría de mujeres y
hombres comunes sumidos en la miseria por sus políticas, siempre las
mismas, ya sea en dictadura o en "democracia". Se les ocurre hoy,
cuando la presión del pueblo se les hace insoportable para seguir esquilmándolo.
En cambio, actuando con el reflejo
condicionado del perro de Pavlov, "la rosca" boliviana ante la
voluntad inmensamente mayoritaria del pueblo en las calles, automáticamente
reacciona como lo hacían las dictaduras: reprimiendo y matando.
Otro británico, pero de signo opuesto a
Winston Churchill, solía decir que "el fascismo es el capitalismo que
rechaza sus orígenes liberales -en el estricto sentido de la palabra, que
proviene de libertad- para adaptar la estructura social de producción a
aquellas circunstancias, en que la idea liberal sea política, económica y
socialmente fatal para la idea capitalista".
En buen romance, lo que el laborista Harold
Joseph Laski -de él se trata- se propone dejar en claro, es que los escasos
y poderosos beneficiarios del capitalismo están dispuestos a todo con tal
de no perder sus privilegios e incluso acrecentarlos. Si es necesario
implementar el terror para disuadir a quienes se proponen un orden más
justo, el terror se impone.
El terror que hoy impera en las calles de
algunas ciudades de Bolivia, es el mismo terror que impera en la calles de
las ciudades de Palestina, es el mismo que impera en Irak, en Afganistán,
en todos aquellos lugares donde el imperio y las clases dominantes locales
se proponen mantener un orden basado en la injusticia social, política y
económica. A tal punto es el mismo, que ni siquiera se diferencian técnicamente
en la modalidad represiva. "Hay una carnicería en El Alto", dijo
el presentador de la cadena de radioemisoras bolivianas Erbol. Según
testigos entrevistados, los disparos letales provinieron -dice un despacho
de la agencia Bolpress- de un helicóptero militar que sobrevuela la ciudad
de El Alto. Como en Gaza y en Cisjordania.
Es tarea impostergable de todo
latinoamericano expresar su solidaridad con el pueblo de Bolivia, en
momentos en que el gobierno de Sánchez de Lozada está acusando cínicamente
a los dirigentes de la Central Obrera Boliviana, de la Confederación
Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia y del Movimiento al
Socialismo (MAS); Jaime Solares, Felipe Quispe y Evo Morales
respectivamente, de estar tramando un golpe de Estado.
En realidad, quienes están detrás de la
alteración del orden constitucional son los integrantes del gobierno de Sánchez
de Lozada, mediante un autogolpe de tipo fujimorista que tendría entre sus
objetivos cerrar el Parlamento y aplicar una política donde el Poder
Ejecutivo actúe con mano dura sin el correspondiente contrapeso
legislativo.
Tampoco se descarta que los referidos líderes
nacionales y muchos de los dirigentes departamentales y provinciales sean víctimas
de una escalada represiva que termine con ellos en la cárcel o -incluso-
que les cueste la vida. Hoy ha reaccionado el vicepresidente Carlos Mesa,
diferenciándose del primer magistrado, haciendo público que no soporta
tantas muertes sobre su conciencia.
Los crímenes del gobierno de Sánchez de
Lozada no han podido parar las movilizaciones. Por el contrario, han avivado
las llamas de esta rebelión que, cada día que pasa, eleva sus objetivos
políticos. Ya no alcanza con dejar sin efecto la posible exportación de
gas, con sus multimillonarias ganancias para las transnacionales y para el
presidente y sus colaboradores (que -por supuesto- no lo hacen gratis), sino
que la exigencia ahora llega a la renuncia del primer mandatario y la
convocatoria a un referendum o de una Asamblea Constituyente con amplias
atribuciones para la refundación de la República.
Las recientes masacres han dificultado todo
tipo de diálogo. Los tres máximos dirigentes de esta ola masiva de
protesta se han negado a establecer cualquier tipo negociación con el
gobierno, por entender que esa alta instancia gubernamental ya carece de
autoridad moral para sentarse a la misma mesa de los representantes
populares.
Luego de actuar -desde el comienzo del
conflicto- con una importante dosis de soberbia, que incluso lo llevó a
decir que no renunciaría porque su esposa no quiere "dejar de ser la
primera dama", Sánchez de Lozada envió una carta a las organizaciones
representativas de la ciudad de El Alto, haciéndoles conocer el contenido
del Decreto Supremo, que lleva el número 27.210, en el que se establece que
no se exportará gas natural a nuevos mercados mientras no se realicen
consultas ni debates sobre este recurso natural. En esta misma carta, el
presidente invita a una reunión para este lunes (13 de octubre), al tiempo
que les sugiere a los dirigentes de la protesta un cuarto intermedio en las
medidas de presión que están aplicando. Horas más tarde, luego del mediodía
de hoy lunes, anunció en un mensaje a los medios que no renunciará.
El de Sánchez de Lozada es un gobierno débil,
pero cruel a la vez. Un gobierno respaldado por la embajada de los Estados
Unidos y las fuerzas armadas bolivianas, de tristes antecedentes en la
historia contemporánea. En consecuencia -en principio- no es fácil prever
una rápida finalización del conflicto, lo que anuncia nuevos sufrimientos
para los sectores populares.
Pero el pueblo boliviano continúa con su
lucha porque sabe que "sólo es digno de libertad -como decía Goethe-,
quien sabe conquistarla día a día".
Nota emitida en el programa radial "Hipótesis",
LT8 Radio Rosario, Argentina, el lunes 13/10/03
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