REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA   
(obtenido de la Web del Ministerio de Exteriores de Venezuela:  http://www.mre.gov.ve )
CONFERENCIA INTERNACIONAL SOBRE LA FINANCIACIÓN PARA EL DESARROLLO

Hugo Rafael Chávez Frías Presidente República Bolivariana de Venezuela

Monterrey, México 21 de marzo de 2002 

 

Excelentísimo Señor Vicente Fox, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos; Su Excelencia, Secretario de las Naciones Unidas, Señor Koffi Annan; Excelentísimos Señores Presidentes, Jefes de Estado, Jefes de Gobierno, Representantes de los pueblos del mundo, Presidentes de los Organismos de Financiamiento Internacional. Amigas y amigos.

 

Uno de los regiomontanos más ilustres y uno de los más grandes humanistas de América, ha sido sin duda el poeta Alfonso Reyes, quien escribió su "Romance de Monterrey", en el año mil novecientos once, en medio de las turbulencias de la Revolución Mexicana, y casi al mismo tiempo en que pasaban por Monterrey las tropas, entre ellas las de Francisco Madero y de Pancho Villa.

 

En aquel ilustre "Romance de Monterrey", el poeta lanzó al surco un verso que he querido recoger aquí hoy, quizás estimulado por nuestro hermano y amigo el Presidente Fox, cuando en uno de nuestros encuentros hablamos de Monterrey. Casi un siglo después digo y cito:

 

"Monterrey de las montañas,

que estás a par del río,

no se como no te amañas,

y elevas a Dios un grito,

porque se enmiende la plana

y te enderece el sentido

y diga a la naturaleza

que desandes lo torcido".

 

Desde esta tarima, con el privilegio y el honor de dirigirme a todos los pueblos del mundo, pido a los líderes y representantes aquí reunidos, que elevemos a Dios un grito, para que, como lo dijo Alfonso Reyes, enderecemos el sentido y desandemos lo torcido.

 

Y precisamente esa es la primera idea que quiero expresar aquí. En mi condición de Presidente del Grupo de los Setenta y Siete y China, y especialmente en nombre de todos los pobres del planeta, no sólo de los mil quinientos millones de pobres absolutos, así llamados del tercer y del cuarto mundo, sino también por supuesto, incluyendo a los más de doscientos millones de pobres que habitan en el primero y en el segundo mundo.

 

Muchos de ellos están pendientes de esta reunión Cumbre. Aunque estoy seguro que la gran mayoría de ellos, ni siquiera saben que estamos aquí. Pero igual ellos, su suerte y su vida, dependen en buena manera de lo que aquí hemos comenzado a debatir en el día de hoy.

 

Y esta primera idea tiene que ver con la necesidad, así lo creo, de que todos reconozcamos, pero no sólo en el papel, no sólo en la palabra hablada o escrita, sino sobre todo, en lo más profundo de nuestra conciencia, que el mundo no sólo está torcido, es algo más que eso, yo diría, con Eduardo Galeano, que "el mundo está al revés", que el mundo está patas arriba, y que además del grito de Dios y del grito a Dios, nosotros los aquí reunidos, líderes del mundo podemos y debemos hacer mucho para enderezarlo, para ponerlo al derecho.

 

La segunda idea tiene que ver precisamente con eso. Tenemos que hacer, no sólo decir, y que mejor escenario que este ocupado por líderes, Jefes de Estado y de Gobierno del mundo para tomar verdaderas decisiones, para transformar el mundo, diría más, para salvar al mundo, porque el mundo como va, en mi criterio, no es viable en el largo plazo, lo estamos destruyendo.

 

Hay un mal ejemplo. Tenemos muy malos ejemplos de cosas que hemos dicho, que hemos escrito y que no hemos cumplido. Hubo hace diez años "La Cumbre de la Tierra", en Río de Janeiro, 1992. Hoy, en una evaluación que se ha hecho de los últimos años, se indica que de aquella cumbre a este día se han continuado destrozando florestas tropicales, se han continuado destrozando suelos que fueron fértiles y hoy son desiertos, han desaparecido más de doscientas cincuenta mil especies de animales y de plantas.

 

La atmósfera sigue intoxicándose y contaminándose, el clima está sufriendo los más atroces cambios que haya experimentado en los últimos diez mil años, como lo reconocen los científicos.

 

La Cumbre del Milenio la hicimos hace año y medio. Suscribimos allí una Declaración. Habría que preguntarse año y medio después ¿qué hemos hecho? Para comenzar a cumplir esas nobles metas que nos establecíamos para el año 2015: reducir la pobreza a la mitad, que todos los niños y las niñas tengan educación gratuita, que todos tengan derecho a la vida, derecho a la salud. _¿Acaso hemos tomado decisiones transcendentales en año y medio?. No las hemos visto por ningún lado. Aún no se han tomado las verdaderas decisiones que cambien al mundo.

 

La tercera idea. Hablamos de financiamiento para el desarrollo ¿de qué tipo de desarrollo estamos hablando?. Eso tenemos que definirlo y bien oportunamente en la Cumbre de Johannesburgo en los próximos meses, porque, ciertamente, muchas veces el modelo desarrollista del norte, ha sido en algunas ocasiones causa del subdesarrollo del sur.

 

Se ha demostrado, por ejemplo, que si todo el mundo adquiriese el nivel de vida de los países más desarrollados del mundo, harían falta diez planetas similares a la tierra para poder sostener la vida de los seres del planeta. Así que es conveniente que nosotros definamos hacia donde vamos ¿de qué desarrollo estamos hablando? ¿Qué es lo que vamos a financiar? ¿Qué es lo que vamos a desarrollar?.

 

Sin duda que Naciones Unidas ha estado orientando el desarrollo. El Programa de Naciones Unidas Para el Desarrollo, es un instrumento maravilloso, que recomendamos seguir con atención a los Jefes de Gobierno, a los Jefes de Estado. Sin duda, que ese es el desarrollo que tenemos que financiar con urgencia y atender con urgencia; el desarrollo humano.

 

Como los sabemos, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo ha establecido, con mucha precisión, tres variables fundamentales para el desarrollo humano. Primero, la esperanza de vida, la salud. Segundo, la Educación; la matricula escolar y la calidad de la educación y Tercero, el nivel de ingreso real de la familia. Son tres variables sobre las cuales hay que trabajar muy duro, ¡ pero ahora mismo, no mañana!

 

La cuarta idea, que quiero dejar aquí, es una pregunta ¿qué es lo que vamos a hacer?. Hay algunas ideas muy positivas en el "Consenso de Monterrey", pero creo que tenemos que darle visión de tiempo y de espacio. Hay que comenzar por lo más prioritario y lo más urgente. Recomendábamos desde Venezuela, en la Cumbre del Milenio y en la Cumbre de las Américas, declarar una emergencia social.

 

Decíamos en América, pero creo que es válido en el mundo. Es necesario que nosotros reconozcamos que el mundo está en una gravísima emergencia social y que es necesario declararlo y actuar en consecuencia. Se me ocurre proponer que así como existe el Fondo Monetario Internacional, que hay que entender que no es la herramienta necesaria para esta batalla, por la vida de miles de millones de personas. No, el FMI no nació para eso.

 

Propongo que nosotros discutamos urgentemente la creación de nuevas herramientas. ¿Porqué no pensar en un Fondo Humanitario Internacional?, cambiaríamos sólo algunas letras -m de Monetario por h de Humanitario. ¿Cómo alimentaríamos ese Fondo Humanitario Internacional?. Pues podría ser con un porcentaje de la deuda externa. ¡Pero tomar la decisión ahora mismo! Pero no se trata del alivio de la deuda. No, esos son pañitos de agua caliente, ante una enfermedad muy grave, mortal para los pueblos pobres del planeta.

 

Un porcentaje de diez por ciento (10%) de la deuda externa del mundo en desarrollo, del mundo de los pueblos pobres, se pudiera dirigir ahora mismo a salvar a miles de millones de vida. Un porcentaje de los gastos militares, un diez por ciento (10%) de los gastos militares del mundo, salvaría a miles de millones de personas.

 

Si se dejaran de construir tanques de guerra, y aviones y bombas inteligentes etc, creo que con eso salvaríamos muchas vidas de inmediato. Un porcentaje de las confiscaciones al narcotráfico, a la corrupción internacional y algo muy importante que se ha estado debatiendo, pero que nunca se ha decidido: un impuesto mundial a las transacciones especulativas y a los paraísos fiscales que existen en el planeta.

 

Pero es momento de tomar decisiones, no sólo de hablar. Hay que hacer y es una emergencia. ¡Es una emergencia la que tenemos en el mundo!.

 

No voy a extenderme más, sólo quiero hacer un reconocimiento al Grupo de los Setenta y Siete y China para llegar después de profundas deliberaciones a un consenso que hemos traído acá. Pero detrás de ese consenso hay verdades.

 

El consenso no puede ser absoluto, no hay consensos absolutos, es imposible. Hay algunas ideas importantes, se nos pide que los países, que cada país tome la iniciativa nacional de movilizar recursos para el desarrollo. Eso es cierto, relativamente. Hay un conjunto de países en el mundo, en el cual habitan más de quinientas millones de personas que no tienen capacidad propia para movilizar un centavo para el desarrollo. Esa es la realidad que tenemos en el mundo.

 

Por otra parte, se pide que se movilicen recursos internacionales, el segundo tema de esta Conferencia y de este consenso -hay que cambiar el cómo- para movilizar recursos internacionales, es necesario cambiar el condicionamiento. El Fondo Monetario Internacional, por ejemplo, está en revisión dice su Presidente, lo celebramos. Los paquetes estructurales del Fondo Monetario Internacional, han sido muchas veces veneno mortal para nuestros pueblos.

 

Los llamados ajustes estructurales han producido rebeliones, guerras, golpes de Estado, incertidumbre y muerte a los pueblos del tercer mundo y a los pueblos del cuarto mundo. Esto hay que revisarlo urgentemente darle tratamiento especial y diferenciado a los países del mundo en función de su grado de desarrollo o de subdesarrollo.

 

(En este aparte el Señor Vicente Fox, recuerda al Presidente Chávez el tiempo para su conferencia)

 

El Presidente Chávez le contesta (...) Sí, termino Vicente. Prometo terminar en un minuto. Pero los Presidentes de los Institutos Financieros se pasaron del tiempo también ¿verdad?. Hablaron bastante, creo que los Jefes de Estado que estamos presentes, tenemos muchas cosas que decir también. Lamento mucho responderte de esa manera, venga a conversar y hablar además a nombre del Grupo de los Setenta y Siete (G-77) y China, y tenemos bastantes cosas que decir, pero en un minuto termino, lo prometo. Prometido.

 

Luego, el comercio internacional. ¿Hasta cuándo el primer mundo va seguir subsidiando su agricultura: mil millones de dólares diarios, es el subsidio a la agricultura en el primer mundo; y nos exigen a nosotros que no subsidiemos? ¡Eso no sólo es injusto, es inmoral, es verdaderamente inmoral!. Hace falta también una nueva arquitectura ética en el mundo. ¿Cómo se va a exigir lo que no se cumple?. ¿Se va a pregonar lo que no se hace?. Exigimos desde el mundo del sur, que cesen los subsidios groseros a la producción en el primer mundo.

 

Por último, vamos a cumplir con el cero punto siete por ciento del PIB, acordado hace más de treinta años, los cuales nos darían unos doscientos mil millones de dólares aproximadamente. Bastantes recursos o suficientes recursos para el desarrollo humano, lo mismo que la deuda externa.

 

Ciertamente para muchos pueblos del mundo, la deuda externa es impagable. Venezuela ha pagado en tres años, trece mil millones dólares a pesar de nuestra pobreza, de nuestro desastre y estamos pagando la deuda y lo asumimos, pero no es igual para muchos otros pueblos del mundo.

 

El Sur ha pagado en los últimos años, ochocientos mil millones de dólares en deuda al Norte, en intereses y en capital ochocientos mil millones más y la deuda continúa igual. No desciende más bien se ha incrementado. Es un monstruo extraño ese el de la deuda, se paga y se paga y no baja, sino que sigue creciendo.

 

Así que todas estas ideas a nombre de los pueblos del sur. Me tocado el privilegio y agradezco, dar estas palabras para la critica, para buscar el consenso dentro de las diferencias y marchar todos con el espíritu de Monterrey, con el espíritu de México, con el espíritu de la justicia, con el espíritu de Simón Bolívar. Hagamos triunfar la justicia y triunfará la libertad. 
Muchas gracias 

 


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