Secciones: Economía - Antiglobalización - Documentos, opinión, debateTítulo: NECESITAMOS UNA LECTURA IDEOLÓGICA DE LA CRISIS. Por Joan Coscubiela i Conesa Texto del artículo:
NECESITAMOS UNA LECTURA IDEOLÓGICA DE LA CRISIS
Joan Coscubiela i Conesa (*)
Última actualización 03/09/2009@12:21:47 GMT+2
No parece que se esté por la labor de analizar
las causas más políticas e ideológicas que están
en la base de esta crisis. Y ahí radica uno de
sus mayores riesgos. Que se cierre en falso, con
un reparto absolutamente injusto de sus costes,
sin reformas significativas y con las mismas
reglas de juego y valores que la han propiciado.
NUEVATRIBUNA.ES - 3.9.2009
Para la Fundación 1º de Mayo
Han transcurrido más de dos años desde las
primeras evidencias de que la crisis se instalaba
en nuestras vidas. En este período se han escrito
ríos de tinta, llenado de opiniones la red y
celebrado jornadas de todo tipo. La sociedad ha
sido sepultada por informaciones y análisis sobre
el funcionamiento de la economía, de los mercados
de capitales o los productos financieros. Pero
hasta ahora poco se ha dicho sobre las causas más
profundas de la crisis. Los diagnósticos
realizados se han limitado a identificar los
problemas del sistema financiero global y de la economía de cada país.
Se está consolidando como lugar común la idea que
las causas de la crisis hay que buscarlas en un
mal cálculo de los riesgos que comportan los
sofisticados productos financieros, en los
déficit de la regulación – se discute si es un
problema de más regulación o de mejor calidad – y
en la actuación de los supervisores nacionales –
algunos incluso se han atrevido a hablar de
“casta oligárquica” para referirse a la realidad
de algunos países en los que un pequeño grupo de
personas se reparte de manera intercambiable
cargos de dirección empresarial con otros de
regulación o supervisión el sistema financiero-.
También se han señalado con el dedo los
incentivos perversos que han recibido y continúan
recibiendo los directivos por los resultados
económicos conseguidos a corto plazo por las
empresas que dirigen. Todas ellas son razones
ciertas y a no menospreciar, pero tienen como
elemento común cargar las tintas en los
comportamientos personales y obviar las causas
inherentes a la naturaleza del sistema económico
y social dominante, sus reglas de juego y los
valores con los que han funcionado en las últimas décadas.
No parece que se esté por la labor de analizar
las causas más políticas e ideológicas que están
en la base de esta crisis. Y ahí radica uno de
sus mayores riesgos. Que se cierre en falso, con
un reparto absolutamente injusto de sus costes,
sin reformas significativas y con las mismas
reglas de juego y valores que la han propiciado.
En estos momentos en que los poderes económicos y
las elites políticas han superado la fase de
desconcierto primero y pánico después, parece
haberse entrado en una tercera etapa, en la que
se olvidan los compromisos de reformas y las
miradas vuelven a estar fijadas en la evolución
de los indicadores macroeconómicos o la
recuperación de los mercados de capitales.
Las supuestas lecciones de la crisis no aparecen
por ningún lado. Más bien al contrario, las ideas
y los ideólogos que han dado soporte al sistema
que se ha derrumbado están en pleno proceso de
contraataque. en unos momentos en que para salir
de la crisis se utilizan recursos públicos para
cambiar deuda privada por deuda pública, se está
consolidando la idea de que es normal privatizar
beneficios y socializar perdidas - una peculiar
manera de entender el libre mercado y el capitalismo como sistema social -.
Este proceso se está dando a nivel global y
también local. En nuestro país hay quien ante una
crisis desencadenada - que no causada - por el
desmoronamiento del sistema financiero, de su
función básica de canalizar ahorro e inversión y
el impacto que ello tiene en los mercados
globales de bienes y servicios, vuelve a la carga
proponiendo bajo el nombre de Pacto de Rentas un
ajuste de las rentas salariales, sin tocar el
resto de factores productivos. Obviando no sólo
que ello supondría un reparto absolutamente
injusto de los efectos de la crisis, si no que lo
último que necesita el sistema económico para
salir del agujero es ahogar más las rentas
salariales y sus derivados, porque ello supone
también taponar la capacidad de crecimiento de la
demanda agregada, que resulta clave para salir del atolladero.
Es el momento de recordar que el equilibrio que a
largo plazo suele producirse entre la retribución
del trabajo y el capital – que la teoría
económica clásica suele cuantificar en dos
tercios para retribuir el trabajo y un tercio a
retribuir el capital – se ha roto en estas
últimas décadas. Y que esta es una de las causas
más profundas de la crisis. A diferencia de otros
momentos de la historia donde las oscilaciones a
corto plazo se han venido equilibrando en el
largo, desde 1970 la retribución del capital no
ha parado de crecer en detrimento de la
participación de las rentas salariales en el
conjunto de la renta nacional. Este es un proceso
que se producido en todo el mundo desarrollado,
en EUA y en la Unión Europa, pero que en españa
tiene una tendencia aún más negativa. Desde el
punto más bajo, del 26% que se produjo en 1976,
la retribución del capital no ha dejado de subir
en el reparto de la renta nacional. Incluso,
atendiendo al bajón puntual desde el 35% de 1988
al 31% de 1992, la tendencia es al alza para la
retribución del capital, que en el 2008 ha
llegado hasta una participación del 40% y la
consiguiente reducción de las rentas del trabajo.
Sin duda la globalización sin contrapesos ni
contrapoderes ha posibilitado que los incrementos
de productividad propiciados por la innovación
hayan ido mayoritariamente a retribuir el capital
y no el trabajo. Este es un proceso que la crisis
va a modificar, pero que no puede agravarse más
con el argumento de los sacrificios compartidos
en el interno de la clase, entre los
trabajadores, sin incorporar a esta distribución
de costes también a los rendimientos del capital.
Simultáneamente a nivel global se reducen las
expectativas ya modestas de reformas apuntadas en
el marco de la reunión de Londres en abril del
2009 del G 20 o las apuntadas por la Unión
Europea. Y tampoco parece que se esté prestando
mucha atención a los trabajos de la Comisión “ad
hoc” constituida en el seno de las NNUU y que preside Joseph Stiglitz.
En estos momentos se corre el riesgo de perder
una gran oportunidad de fijar un relato, un marco
nuevo, un escenario para la economía y sobre todo
la política del siglo XXi. Y la izquierda puede
perder esta batalla de las ideas por
incomparecencia en el terreno de juego.
Preocupada como está por gestionar la crisis allí
donde gobierna y recuperar el gobierno – le
llaman ingenuamente poder – donde está en la
oposición, se está ignorando que la crisis brinda
una gran oportunidad para discutir en términos
ideológicos serios sobre qué modelo económico y
social se sale de este batacazo. Tampoco las
organizaciones sociales - ni las de viejo cuño ni
las que en otros momentos habían generado tantas
expectativas - hemos sido capaces de articular
una respuesta global, a pesar que tanto la CES
como la CSI han impulsado algunas iniciativas importantes.
Para dar una respuesta alternativa a esta crisis,
es imprescindible que seamos capaces de hacer una
lectura propia en términos ideológicos de lo que
ha pasado. Lakoff hablaría de ofrecer un marco y
un relato propios. Mucho antes, en el siglo
pasado, Gramsci ya habló de que para ganar
cualquier batalla política es imprescindible dar
la batalla por la hegemonía ideológica.
Vaya por delante una evidencia. En estos momentos
han saltado encima de la mesa problemas de
dimensiones y ámbitos distintos. La crisis que ha
adquirido dimensiones planetarias con
consecuencias de las que no se ha salvado
prácticamente ningún país ni sector, tiene
expresiones y características distintas en cada
país, en función de sus propias características.
La crisis se ha expandido como una pandemia a
través del sistema financiero que es el ámbito
económico más globalizado y está atacando los
puntos más débiles de cada economía.
En el caso de España, la crisis global ha hecho
más evidente los graves problemas estructurales
de nuestro modelo económico. Un tejido productivo
excesivamente dependiente de sectores “surfistas”
como la construcción o con mucha estacionalidad
como el turismo. Sectores que han tenido un
crecimiento desproporcionado, basado en la
disponibilidad de una gran abundancia de
determinados recursos que han actuado como incentivos perversos.
Abundancia de suelo que combinada con el clima y
otros factores convirtieron el sector
inmobiliario español en una de las inversiones
financieras más rentables del planeta. Fenómeno
incentivado por el modelo de financiación de las
CCAA y de las administraciones locales que tiene
una fuerte dependencia de figuras impositivas que
dependen de esta espiral especulativa. Factor
agravado por el hecho que el conjunto de las AAPP
han utilizado las plusvalías urbanísticas para la
financiación de las infraestructuras – grandes,
medianas y pequeñas – en substitución de unos
ingresos públicos que el sistema fiscal no les facilita.
Abundancia de mano de obra barata, propiciada por
los flujos migratorios de cinco continentes. Un
proceso estructural que no es solo el tradicional
fenómeno migratorio. Estamos asistiendo a los
inicios de un verdadero mercado de trabajo global
que las leyes y las instituciones no reconocen y
en muchos casos niegan, facilitando con ello que
sean la economía y el mercado los verdaderos reguladores de su funcionamiento.
Abundancia de dinero barato, en algunos momentos
gratis, que ha posibilitado el espejismo de una
capacidad adquisitiva que no correspondía a las
rentas percibidas por la mayoría de la población
y que ha inducido a un insoportable nivel de
endeudamiento de familias y de empresas. Que en
la medida que tiene correspondencia con el ahorro
nacional se ha construido sobre el endeudamiento externo.
Abundancia de Pimes, microempresas i autónomos
que ha propiciado la estrategia económica de
externalización de costes y el paradigma social
de la externalización de riesgos. Esta estructura
empresarial nos hace muy débiles, en la medida
que dificulta la innovación en los terrenos
tecnológicos, organizativos, formativos o de mera
gestión y nos coloca en una posición de
subalternidad en relación a los países que
disponen de empresas centrales que sí controlan
mercados y productos. Este es uno de los factores
clave para explicar los bajos niveles de
productividad de algunos de los sectores de la economía española .
El resultado último de la combinación de todos
estos incentivos perversos es la consolidación de
un modelo productivo en que las inversiones en
estos sectores obtienen altísimas rentabilidades
pero detraen los recursos privados necesarios
para la inversión en otros ámbitos de más futuro,
aunque de menos rentabilidad a corto plazo. Y es
también una de las razones por las que el sector
financiero español ha terminado gripado, como si de un motor se tratara.
Estas son las razones propias de nuestra
particular crisis y de la gravedad con la que las
causas globales le han afectado.
Pero deberíamos ser capaces de poner sobre la
mesa del debate público y analizar cuales son los
elementos comunes, las causas más profundas, las
que pertenecen al tronco común, las que explican
la profundidad y amplitud de la crisis a nivel
planetario. Y para hacerlo es imprescindible
entrar en el terreno del debate sobre el modelo
económico y social construido durante tres
décadas y la ideología que lo ha hecho posible.
Para ello debemos ser conscientes que el
desencadenante hay que buscarlo en los grandes
cambios tecnológicos que han posibilitado – como
ha sucedido en otros momentos en la historia de
la humanidad – cambios económicos
espectaculares.Comenzando por la consolidación de
un modelo económico basado en la externalización
productiva de bienes y servicios y en el
paradigma social de la externalización de costes
y riesgos, que han cambiado radicalmente el
concepto de empresa, de emprendedor, de unidad
productiva, de relaciones laborales. Cambios
tecnológicos que han propiciado estrategias de
globalización de los mercados y que han
impulsado, posibilitado y aprovechado importantes reformas institucionales.
El resultado - de momento- es que se han roto
buena parte de los equilibrios que estaban en la
base del Pacto Social de la segunda mitad del
siglo XXI que están en el origen de la
construcción más genuina del siglo pasado, el Estado social de Derecho.
Durante estas décadas se han roto los equilibrios
entre mercado y sociedad, entre economía y
política, entre capital y trabajo, entre
beneficios y riesgos y costes, entre derechos y
mercancías, entre competencia y cooperación.
Para ello ha sido clave que el mercado como
institución social haya pasado de ser un elemento
clave de la economía a ser el eje sobre el que se
pretende construir la sociedad. Basta pensar en
lo que significa que la evolución de las bolsas
mundiales sea la única información que tiene
asegurada su presencia en los informativos de
todos los medios de comunicación y todos los días
del año. O en los esfuerzos por convertir a los
ciudadanos con derechos ante las instituciones
públicas en usuarios o clientes ante los
mercados. Ello ha sido evidente en los ámbitos
sanitarios, donde además esta revolución
conservadora en el terreno socio-lingüístico se
ha hecho con el argumento nada ingenuo de que la
condición de clientes garantiza más derechos que la de ciudadanía.
En una interrelación dialéctica de causa-efecto
hemos asistido a un progresivo y constante
empequeñecimiento de los recursos públicos
gestionados por la política y un aumento
espectacular de los recursos privados gobernados
por los mercados - de ahí la ofensiva permanente
para impulsar reformas privatizadoras de los
sistemas de seguridad social o de salud. O los
casos más extremos de reducción de los espacios
de seguridad pública – me refiero sólo ahora a
los de interior - y su sustitución por seguridad
privada que en algunos países como los EUA
incluye la gestión de las instituciones
penitenciarias e incluso a amplios sectores de su ejército.
En paralelo y simultáneamente algunos de los
Derechos reconocidos en las leyes han pasado a
ser considerados como mercancías – el
aseguramiento sanitario en algunos países - o
como productos financieros – el caso de la
vivienda y los factores que como el suelo la hacen posible - en España –.
La dimensión conseguida por la economía global le
ha permitido convertirse en la gran reguladora,
en detrimento de la política y las instituciones
públicas – un caso evidente es el de la
inmigración y el mercado de trabajo - . Esta
crisis ha puesto de manifiesto la dificultad de
la política estatal para regular realidades
globales, eso que eufemísticamente se llama
“entidades con riesgos sistémicos”. ING, la
entidad financiera global, con sede en Holanda y
sometida por tanto a la autoridad reguladora y
supervisora holandesa que ha tenido que dedicar
grandes cantidades de recursos públicos, tiene un
balance que es más de 3,5 veces el total del Pib
de Holanda. AIG, la primera aseguradora mundial,
que gestiona los seguros de vida de muchos países
y que había asegurado los riesgos asumidos en la
compra de productos financieros derivados por
multitud de bancos, entre ellos la mayoría de los
europeos, que ha recibido cerca de 120.000
millones de dólares de los presupuestos de los EUA.
La configuración como alternativa a la
incapacidad de las instituciones estatales de
nuevos marcos reguladores o supervisores que o
están al margen del control político de la
ciudadanía – los bancos centrales – o son
espacios de autolegitimación ademocràtica – G-8,
G-20 -. Es el momento de recuperar la propuesta
de Jacques Delors sobre la creación de un Consejo
de estabilidad económica en el seno de las NNUU y
de generar apoyo a los trabajos de la Comisión de las NNUU y sus propuestas.
La rentabilidad de los capitales se ha impuesto
sobre la retribución del trabajo. En otro lugar
de este documento se ofrecen datos sobe la
evolución de este proceso desde mediados de los años 70.
El desequilibrio en la imputación social entre
beneficios y costes, propiciado por una
estrategia de externalización de riesgos que se
expresa al menos en cinco categorías. En términos
de clase, de género, intergeneracional, de lugar
de origen y ambiental. Son planos que en muchas
ocasiones se entrecruzan entre sí. En esta
estrategia convertida en paradigma social esta la
base de un modelo social muy ineficiente, en la
medida que permite a los que ostentan esferas de
poder económico internalizar oportunidades y
beneficios y externalizar y socializar riesgos y
costes. Son múltiples los ejemplos en el terreno
de la sostenibilidad que ponen de manifiesto que
cuando no se internalizan en igualdad de
condiciones los beneficios y los costes se corre
el riesgo de ampliar los costes de determinadas
opciones, externalizando sus consecuencias hacia
terceros, o hacia el conjunto de la sociedad.
Este es el modelo económico y social que ha
implosionado, rebotando como si de un inmenso bumerang planetario se tratara.
El avance de esta concepción ideológica de la
sociedad ha sido posible por la consolidación de
un modelo de globalización - que recordemos no es
el único posible - sin contrapoderes, ni
contrapesos políticos o sociales. O sea con
grandes déficit democráticos. Que ha permitido en
estos años una gran creación de riqueza y al
mismo tiempo una gran desigualdad en su distribución.
Una gran desigualdad social en la distribución de
la riqueza que en términos económicos ha
provocado como efecto colateral la incapacidad de
los mercados para absorber la sobreproducción de
bienes y servicios que los cambios tecnológicos,
económicos y sociales han propiciado. Y que
indirectamente ha actuado como incentivo del
endeudamiento de las familias, que han suplido
con el acceso al crédito el poder adquisitivo
para consumir que no les proporcionan las bajas
rentas de que dispone la mayoría de la población.
Este es el modelo que algunos quieren resucitar y
que no parece recomendable ni posible que suceda.
Dar una respuesta a la crisis pasa por
reconstruir con nuevas formas y nuevos espacios
estos equilibrios que están en la base del Pacto
Social que ha propiciado los momentos de más
incremento de la riqueza vía innovación de todo
tipo y hasta el último cuarto del siglo XX
también de más justa distribución de esta riqueza.
Esta reconstrucción del Pacto Social ya no es
posible hacerla ni sobre las mismas bases –
modelo de crecimiento – ni sobre las mismas
instituciones – los estados nacionales – ni con
los mismos protagonistas – excluyendo una buena
parte de la humanidad, ni negando los impactos
intergeneracionales – medio ambiente-. Sin duda
abordar este reto requiere grandes reformas en el
terreno económico, social y político. Son las
reformas que los poderes económicos no están
dispuestos a aceptar, ni en las formas más
modestas. Son las reformas que solo podremos
abordar si comenzamos por tener una lectura
ideológica y alternativa de la crisis y de su salida.
(*) Joan Coscubiela i Conesa es Presidente de la
Fundación Cipriano García y Director del
observatorio sobre Modelo de estado y Cohesión
Social de la Fundación 1º de Mayo.Artículo de www.profesionalespcm.org insertado por: El administrador web - Fecha: 07/09/2009 - Modificar
Comparte el artículo en las REDES SOCIALES: Delicious | Meneame | Facebook | TWITTER | Technorati | Barrapunto
Próximamente disponible también para * Digg * Google Bookmarks* Wikio * Bitacoras.com * Reddit * * RSS * Technorati * Tuenti
Accedido o leido aproximadamente 859 veces desde 07/09/2009
Sitio Web del Núcleo de Profesionales y Técnicos del Partido Comunista de Madrid PCM/PCE- http://www.profesionalespcm.org
Actualizado a 14/04/24
Los comentarios y colaboraciones son bienvenidos (comunistas_ARROBA_profesionalespcm_PUNTO_org):
Envíanos
tu colaboración, o comentarios vía formulario.
¡¡AFÍLIATE
EL PARTIDO COMUNISTA DE MADRID - PCE!
BÚSQUEDAS
en este sitio web
Agregador RSS de noticias y contenidos - Aquí OTRA VERSIÓN DEL AGREGADOR RSS XML
IMPRIMIR ESTA PAGINA (sólo si es imprescindible)
Secciones:
[11-M Terror y Manipulación] [15M, SUMAR, mareas, unidad popular, PAH] [Acta Moderna] [África] [Anarquismo] [Antiglobalización] [Antivirus, Seguridad Informática] [Archivo Sonoro, música y vídeo] [Argentina] [Bibliografía/Citas] [Brasil] [CC.OO.] [CGT] [Chile] [China, R.P.] [Ciencia] [Cine] [Colombia] [Congresos] [Contactos] [Convenios Colectivos] [Convocatorias] [Convocatorias defensa FERROCARRIL] [Correo recibido] [CORRUPCIÓN, puertas giratorias,impuestos, transparencia] [Cuba Socialista] [Documentos militante IU/ PCE] [Documentos, opinión, debate] [Ecologismo, Movilidad y Soberanía Alimentaria] [Economía] [El Problema Español] [Empleo (ofertas)] [Enlaces] [Esperanto] [Estados Unidos de América] [Europa] [FIRMAS DE APOYO A MANIFIESTOS] [Formación / Educación] [Foro/Lista de Correo] [Fotografías] [Huelga General] [Humor] [Infancia / Juventud] [Legislación] [Literatura y otras Artes] [Marxismo] [Memoria Histórica] [México] [Movimiento Obrero/Mundo del Trabajo] [Mujer / Feminismo] [Mundo Insurgente] [No Fumar /Derecho Fumadores Pasivos] [Organigrama] [Palestina] [Plan de Trabajo] [Prensa / Medios comunicación] [Profesionales y Comunistas] [República Española, La Tercera y Socialista] [Resoluciones] [Rusia, URSS, Centenario Revolución Soviética] [Sáhara Occidental] [Salud] [Sexualidad y mundo gay] [SIDA] [Software y Conocimiento Libre] [Venezuela Bolivariana] [Yugoslavia y la autogestión socialista]
Volver a la página principal de www.profesionalespcm.org
Código QR para dispositivos móviles:
Novedades
¡
PINCHA AQUÍ PARA LISTADO COMPLETO Y CRONOLÓGICO DE LAS
NOVEDADES
MANIFIESTO DEL PROYECTO SUMAR:
Recomendado reproducir material citando su procedencia.
Esta publicación es copyleft. Puede ser copiada sin ninguna restricción siempre que se mantenga esta nota. Apostamos por una Internet para todos y por el Software Libre
EL NÚCLEO DE PROFESIONALES Y TÉCNICOS DEL PCM SE IDENTIFICA Y HACE RESPONSABLE EXCLUSIVAMENTE DE LOS TEXTOS INCLUIDOS EN ESTE SITIO WEB, QUE FIRME COMO RESOLUCIONES O COMUNICADOS DE LA MISMA.
Todos los datos públicos de este sitio web están tomados de la Red o enviados por sus creadores, su único fin es divulgar la noticia, nunca apropiarse de textos y fotos,
Siempre publicamos la fuente cuando es conocida.
Blog de debate NEURONASROJAS.profesionalespcm.org
Muro en Facebook NEURONASROJAS de profesionalespcm.org
Canal en YouTube de profesionalespcm.org
Sitio desnuclearizado, campaña de Ecologistas en Acción
NO PAGUES LA CRISIS
NO A LA GUERRA: El Partido Comunista de España condena el ataque de la Federación Rusa a Ucrania-
NO A LA GUERRA