Texto del artículo:
Las claves económicas de la coyuntura actual están rodeadas de un fuerte ruido de fondo que impiden que se perciban con claridad. Ruido que proviene de los errores de análisis que afectan tanto a tirios neoliberales como a troyanos keynesianos.
Las cuentas nacionales permiten percibir cambios en la coyuntura a los que se presta poca atención. Así, al analizar el deterioro de la actividad productiva en el último año (entre septiembre 2011 y septiembre 2012 se perdieron 836 mil empleos según la Encuesta de Población Activa) los troyanos hablan del fracaso de la reforma laboral, que habría facilitado los despidos ante la mala coyuntura económica, y los tirios dicen que la reforma aun no ha hecho efecto.
Pero las reformas laborales (la de septiembre de 2010 del PSOE y la de febrero de 2012 del PP) si que han dado resultado en su verdadero objetivo de corto plazo, que no es otro que consolidar la mejora de las ganancias a costa de los salarios, es decir, modificar estructuralmente el salario relativo (recordemos que hay tres formas de medir el salario: en términos nominales, como cantidad de unidades monetarias, que tiene gran importancia si hay compromisos de gasto, como puedan ser créditos, vinculados a una cantidad nominal; el salario real, que relacionan la cantidad de unidades monetarias con las unidades monetarias que cuestan los bienes de consumo obrero -esto es, la capacidad adquisitiva del salario- y el salario relativo, que vincula el importe monetario del salario con la ganancia que obtiene el capitalista del trabajo excedente del asalariado o del autónomo que contrata). Para verlo, basta acudir a la información que suministra la Contabilidad TRimestral de España.
Dado que la contabilidad nacional no presenta desagregados los datos de beneficios de los de rentas de autónomos, hay que hacer unos pequeños ajustes: sacamos del indicador de los beneficios (excedente bruto empresarial y rentas mixtas brutas) y trasladamos los empresarios sin trabajadores y los autónomos a las rentas salariales, asignándoles una remunearación equivalente a la del puesto de trabajo asalariado medio en equivalencia a tiempo completo. De este modo obtenemos la evolución que se refleja en el siguiente gráfico, donde se incluyen tambien los beneficios que obtiene el capital español en el extranjero (rentas de inversión).
A partir del 4º trimestre de 2007 y la masa de beneficios dejó de crecer en términos nominales, y entre el 4º trimestre de 2008 y el 1º trimestre de 2010 disminuyó. Ese sería el periodo álgido de la crisis. A partir de ese momento, los beneficios vuelven a crecer. Por el contrario, la masa de salarios comienza a reducirse en el 3º trimestre de 2008 y no ha dejado de descender hasta hoy. Por eso la mayoría de la población no percibe que la crisis haya remitido en modo alguno, cuando además la demanda de trabajadores sigue disminiyendo, aunque menos de lo que reflejan las estadísticas por la ampliación de la economía sumergida.
Que esta mejora de la masa de beneficios se hace exclusivamente a costa de la contracción de la masa de salarios se refleja en los dos gráficos siguientes.
En el momento en que el crrecimiento de la masa de los beneficios se estanca, se produce una profunda contracción de la acumulación de capital, de cuya medida da cuenta la evolución de la inversión productiva (la formación bruta de capital fijo).
Sin embargo, cuando se recuperan los beneficios a partir del 2º trimestre de 2010, la inversión sigue cayendo. Lo cual indica que el aumento de la masa nominal de beneficios no es resultado de un aumento de la intensidad de capital de la producción española, es decir, no se ha logrado mediante un uso tecnológicamente más intensivo del trabajo.
Con todo, esta caída de la inversión se matiza si desagregamos la FBCF entre los componentes vinculados a la construcción y transportes y los más directamente vinculados con la productividad y el cambio tecnológico, es decir la inversión en maquinaria y bienes de equipo (BdeE).
Esta última cae brutalmente en el periodo de crisis del capital, desde un nivel aproximado del 20% de los beneficios a un 13% de los mismos a partir del primer trimestre de 2009, pero se estabiliza en dicho nivel durante el periodo de la recuperación. Toda la mejora de la masa de beneficios deriva de la reducción del salario relativo, como se observa con claridad a partir del segundo trimestre de 2010: los beneficios en relación a los salarios mejoran rápidamente, en un contexto de caida de la inversión global y mantenimiento de la inversión en maquinaria en niveles inferiores.
A falta de un análisis más pormenorizado, que incluya las variaciones en términos relaes, o la evolución de la tasa´s más relevantes (de ganancia, presión fiscal relativa sobre el capital y el trabajo, etc.) se puede concluir con estos pocos datos que la crisis del capital, aparentemente, ha dejado de ser tal para traducirse en crisis del bienestar, crisis fiscal o crisis bancaria. Estamos entrando en la hora de las reformas estructurales, esto es, de la consolidación del nuevo modelo estructural de reparto de la renta y la riqueza. Con o sin rescate financiero.
Artículo de www.profesionalespcm.org insertado por: El administrador web - Fecha: 29/10/2012 - Modificar
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Actualizado a 24/03/24
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