CORREO RECIBIDO

IU y el efecto bumerán - Juanjo Llorente

Las elecciones del 25 de mayo pueden valorarse desde dos perspectivas. Bajo
el punto de vista de los principales partidos concurrentes y los avances o
no conseguidos en las instituciones, o bien desde el punto de vista del
comportamiento del electorado, todo él, no sólo de los que votan a partidos
no ilegalizados, ni de los que votan a partidos que sacan representación
institucional por superar la barrera legal del 5%. Desde esta segunda
perspectiva, con datos todavía provisionales y considerando que estas
elecciones no podían dejar de incorporar factores particulares de cada
territorio, encontramos al menos una tendencia general a destacar, que
llamaremos efecto bumerán.
Como se ha señalado en multitud de análisis, estas elecciones se han
planteado en un contexto político general marcado por el creciente rechazo
de gran parte de la población hacia las políticas belicistas, antisociales y
de confrontación civil del gobierno del PP en el estado. Unas políticas y
una movilización social que los principales partidos y sindicatos de la
oposición han tratado de minimizar, siguiendo la estrategia de preservar el
régimen y de reconducir la crisis hacia una salida electoral a corto y medio
plazo (estas elecciones de mayo y las generales para dentro de un año). Esta
renuncia a dar una salida política actual a los problemas planteados en el
presente, ha convertido el 25 M en una elecciones plebiscitarias, pero tanto
del gobierno Aznar y del PP como de la oposición institucional.
La gente que salió a la calle para manifestar su rechazo a la participación
española en la masacre de Irak, por ejemplo, volvió a salir a la calle para
ejercer el derecho y deber ciudadanos a votar, incluso bajo las condiciones
antidemocráticas impuestas con el consenso y acatamiento del PSOE e IU,
respectivamente, en el País Vasco. Ha salido a votar, consciente de su
responsabilidad y del grave momento en que vivimos, pero en general sin
alterar el sentido de su voto anterior ante la falta de una alternativa
creíble, desconfiando de una oposición institucional que ha mostrado mayor
preocupación por guardar las formas que por abrir una alternativa real de
cambio político.
Así, los primeros datos de las elecciones municipales señalan que ha habido
unos 1.675.000 votos a partidos más que en las del 99, en torno a 961.000
nuevos votantes y unos 713.000 electores que no se abstuvieron como en el
99. De estos incrementos con respecto a las pasadas municipales, el PP ha
sacado 438.000 votos más (lo que supone un aumento del 0,66% sobre el
electorado total), el PSOE 676.000 votos más (un 1,35% más del electorado
total), IU ha sumado 2.696 electores más (pero perdiendo un 0,11% del
electorado total, pasando de representar al 4,02% del electorado total
frente al 4,13% en 1999, y perdiendo más de 100 concejales), mientras que el
resto de partidos (gran variabilidad, tratándose de unas municipales) han
sumado 557.000 electores más que en el 99 (lo que supone un aumento del
1,21% del electorado total). La tendencia al bipartidismo sigue, por tanto,
manteniéndose y mejorando, dado que el PSOE y el PP sumaron un millón y pico
de votos más que en el 99. E igualmente, el incremento del PSOE, ligero en
comparación con el PP, así como el aumento “vegetativo” de IU muestran la
débil capacidad de liderazgo social y como referentes políticos de las
movilizaciones realizadas contra el gobierno de Aznar por parte de ambos
partidos.
En el caso de IU, los resultados muestran un franco estancamiento porque,
como ya se vio en las generales del 2000 y vuelve a suceder ahora, la
estrategia mantenida por las direcciones de acercarse al PSOE y/o a fuerzas
más moderadas mediante pactos cupulares y sopas de siglas no supone una
salida real, ni para el electorado que ha vuelto a mostrar un bajo respaldo,
ni para la propia organización de IU, cuya afiliación presenta cada vez
menor grado de participación y de implicación (se ha visto también en la
campaña electoral), directamente relacionadas con el “déficit” democrático
interno y con los manejos de las cúpulas para mantenerse en puestos
institucionales.
En definitiva, los resultados de IU en estas municipales evidencian que, más
allá de las coaliciones que puedan establecerse para desalojar al PP del
poder en algunos sitios, continua haciéndose más débil el arraigo social y
la propia organización de base de esta fuerza política, tal como evidencian
la pérdida obtenida de concejales, y de la correspondiente presencia en las
instituciones más cercanas a la ciudadanía. Una tendencia que también se ha
dado en las elecciones autonómicas. En Aragón, Baleares, Castilla-La Mancha,
Castilla y León, Murcia, Navarra y La Rioja, IU pierde electorado y en
algunos casos sillones. IU se mantiene con un bajo aumento de votantes y los
mismos escaños que en el 99 en el País Valencia y Extremadura. Finalmente,
sólo en Madrid y Asturias se experimentan crecimientos sustantivos de
electorado y escaños.
Estos datos hablan por sí mismos. Para desalojar del poder a la derecha hace
falta un proyecto político alternativo y una base social que los respalde.
Optar (emulando al PSOE) por la moderación “responsable” y por la
respetabilidad institucional, en un contexto caracterizado por la
conculcación de derechos democráticos y por la crisis más o menos larvada
del régimen de monarquía partitocrática, para IU ha vuelto a suponer perder
o no ganar en extensión territorial e influencia social, así como un nuevo
alejamiento de quienes luchan por un cambio social real, por una alternativa
de izquierdas a estas instituciones. De otro modo, ¿cómo explicar que una
fuerza de izquierdas no crezca pese al incremento extraordinario de la
movilización social?. E igualmente hay que preguntarse: ¿tiene algo que ver
este “estancamiento” electoral de IU con el giro al centro y al
institucionalismo impuestos por las actuales direcciones?.
La teoría de las dos orillas enunciada por el anterior coordinador general
de IU, Julio Anguita, desde el mismo día de su sustitución ha dejado paso a
la teoría de una sola orilla y al interés de las direcciones por reconvertir
IU de proyecto de alternativo a un proyecto institucional reformista. Esto,
que en su día provocó la pérdida sin retorno de cerca de la mitad de la base
social y electoral (y afiliativa), continua sin compensarse actualmente
mediante el logro de apoyos sustantivos del espectro electoral y social en
el que se mueve fundamentalmente el PSOE. Además de que este giro de IU
continua ignorando una cuestión esencial. A diferencia de los partidos de
masas o electoralistas, como puede ser en este caso el socialista, la
izquierda alternativa necesita una fuerte organización militante, de base,
para influir decisivamente en la población y en los resultados electorales.
Sin embargo, la gestión de la dirección de IU de su propia organización de
base sigue presidida por una crónica desconsideración hacia la militancia en
aras de la veleidad institucionalista.

LA SITUACIÓN EN EL PAÍS VALENCIA
La radiografía electoral el País Valencia muestra en líneas generales las
pautas ya comentadas. Las elecciones a Cortes valencianas han supuesto la
incorporación de unos 154.000 votantes a partidos más que en el 99, casi
58.000 nuevos electores y 150.000 votantes recuperados de la abstención.
Estos incrementos se han distribuido así: el PP obtiene unos 60.000 votos
más que en el 99, el PSOE 102.000 más, IU (Entesa) casi 17.000 más, y el
resto de partidos pierden unos 23.000 electores.
En cambio, en las elecciones municipales, el PP saca unos 68.000 votantes
más que en el 99, el PSOE 71.000 más (30.000 votantes menos que en las
autonómicas), IU (Entesa) unos casi 12.000 más, y el resto de partidos unos
132.000 electores más (lo que supone un incremento de dos puntos
porcentuales sobre la media estatal).
Los resultados obtenidos por la Entesa, con respecto a la media estatal de
IU son pues muy similares. También en el País Valencià se alcanza al 4% del
electorado total en ambas convocatorias y las variaciones de aumento con
respecto al 99 son del orden de las décimas de punto. Es más preocupante,
sin embargo, que tratándose de unas siglas nuevas y se supone que de un
nuevo proyecto político que cuenta con la incorporación de otras dos
formaciones minoritarias o pequeñas, sólo se hayan conseguido dos concejales
más que los que en el 99 sacó Esquerra Unida (El Bloc, sin embargo, ha
logrado 60 concejales más que en el 99). E igualmente, un cómputo
provisional de los avances y retrocesos de EU, ahora Entesa, en los cerca de
100 Ayuntamientos donde se mantiene presencia, indica que se ha mejorado en
numero de concejales en 31 localidades, se ha mantenido igual número en 46 y
se han conseguido aumentos en 33 municipios.
Otros datos contrastables a resaltar son que con estos resultados la Entesa
alcanza una cobertura de menos de una cuarta parte de los Ayuntamientos del
País Valencià, así como el fracaso de casi un tercio de las candidaturas
presentadas a las elecciones bajo el paraguas de la Entesa, lo que
contraviene el entusiasmo expresado por la actual dirección con respecto al
valor ilusionante social general de las nuevas siglas.
En conclusión, se trata de unos resultados “mediocres”, o de estancamiento
si se prefiere, que revelan igual que a nivel estatal el precario arraigo
social y extensión territorial de esta fuerza política en el País Valencià.
La desazón ante los resultados del 25 M que compartimos buena parte del
electorado de EU-La Entesa y la militancia deberían ser argumento suficiente
para un cambio de rumbo político, y de lealtades. Un cambio, incluso, de
perspectiva: mirar hacia las personas y los problemas realmente existentes,
construir organización social y de base para defender los intereses
mayoritarios de los trabajadores y de la ciudadanía, restablecer la
democracia interna verdadera en coherencia con la batalla por la defensa de
la democracia y las libertades en curso desde hace tiempo en nuestro país,
principalmente a lo largo y ancho de sus calles y no por casualidad.
En cambio, limitarse a los encajes de bolillos para el reparto de sillones
consistoriales, y perseverar en el modelo institucional de Entesa a la
balear, tan querido para la actual dirigencia de EU, acabamos de ver en
estas elecciones adonde conduce.

Juanjo - AREABS@ono.com  - JUANJOLL@mail.ono.es


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