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DISPUESTA CUBA A SALVAR 3.000 VIDAS DE NORTEAMERICANOS. MENSAJE DE FIDEL CASTRO A GEORGE  W.BUSH  Y AL PUEBLO DE EE.UU.

•DISPUESTA CUBA A SALVAR 3.000 VIDAS DE NORTEAMERICANOS. Una por cada víctima del atentado a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001

CUBA está dispuesta a salvar la vida a 3 000 ciudadanos norteamericanos pobres, en un breve período de cinco años, anunció el Presidente Fidel Castro al leer un mensaje dirigido al Presidente de Estados Unidos, George W. Bush.


Fotos de Ahmed Velázquez

Diario Granma Internacional Digital



Hizo la propuesta durante la concentración de más de 200 mil cubanos efectuada en la Tribuna Antimperialista José Martí, en repudio a las medidas aprobadas por el jefe del gobierno estadounidense contra la isla.

Agregó Fidel Castro, que esos 3 000 norteamericanos podrían viajar a Cuba con un familiar acompañante y recibir tratamiento de forma absolutamente gratuita.

A continuación, el líder de la Revolución cubana hizo la siguiente pregunta al mandatario estadounidense: “¿Estaría Ud. dispuesto a conceder a esos ciudadanos permiso para viajar a Cuba en un programa destinado a salvar una vida por cada uno de los que murieron en el atroz ataque a las Torres Gemelas?”

También preguntó que si ellos aceptaran esos servicios y decidieran venir ¿serían sancionados?

“Demuéstrese al mundo que hay alternativa a la arrogancia, la guerra, el genocidio, el odio, el egoismo, la hipocresía y la mentira”, exclamó Fidel Castro.

Luego de señalar los avances que ha logrado Cuba en salud pública, educación, cultura y otros frentes, el Presidente cubano manifestó que Bush debiera experimentar vergüenza al tratar de asfixiar al pueblo que bloqueado y sometido a más de cuatro décadas de guerra económica, agresiones armadas y acciones terroristas, ha sido capaz de realizar tales proezas.

“¿Usted trata de estrangular la economía y amenaza con la guerra al país que ha sido capaz de alcanzar ya la cifra de 20 mil médicos prestando actualmente servicios en 64 países del Tercer Mundo?”, agregó, para señalar a continuación, que la Administración estadounidense a pesar de disponer de los recursos de la potencia más rica de la tierra, no ha enviado uno solo a los más apartados rincones de esos países como lo hace Cuba.

Igualmente advirtió que sobre la conciencia del mandatario norteamericano y de los líderes de los estados más ricos, pesa el genocidio que significa la muerte cada año de más de 10 millones de niños, y de otras decenas de millones de personas que podrían salvarse, como consecuencia de las más variadas formas de saqueo y robo a que son sometidos los países del Tercer Mundo.


Refiriéndose a Cuba, enfatizó el líder de la Revolución cubana que Bush se deja llevar por la fanática creencia de que su reelección en noviembre depende del apoyo de una mafia conocidamente terrorista de viejos emigrados y sus descendientes, parte importante de los cuales proceden del grupo de los malversadores y criminales de guerra batistianos, que se refugiaron con su botín a cuestas y sus crímenes impunes en Estados Unidos.

Agregó, que otros se enriquecieron por los servicios que prestaron durante mucho tiempo en actos de terrorismo y agresiones que costaron mucha sangre al pueblo cubano.

En otra parte de su intervención, indicó que los errores que conducen al mandatario estadounidense por su compromiso con esta mafia, pueden ser decisivos a la inversa en las próximas elecciones. “El pueblo norteamericano está ya aburrido de la bochornosa influencia que esos grupos ejercen sobre la política exterior e interior de un país tan importante. La dependencia suya de esos grupos, terminará restándole muchos votos y no sólo en la Florida, sino en todo el país”, precisó.

El máximo dirigente cubano consideró que al prohibir a los norteamericanos viajar a la Isla con brutales amenazas de represión, Bush viola el principio constitucional y el derecho, de los cuales se sienten siempre orgullosos los ciudadanos de ese país.

Afirmó que los cubano-americanos están pensando ya en promover el voto de castigo.

Por otra parte, puntualizó Fidel que lo peor de la descabellada y torpe política contra Cuba es que Bush y sus asesores han declarado impúdicamente su propósito de imponer por la fuerza lo que califican de transición política en Cuba, si ostentando su actual cargo ocurre su muerte. “Transición que, no vacilan en confesar, tratarán de acelerar lo más posible”, indicó.

Dijo que tal vez la mayor desverguenza fue expresar que las primeras horas son decisivas, puesto que la idea es impedir después, a toda costa, que una nueva dirección política y administrativa se hiciera cargo de la conducción del país, “ignorando en absoluto la Constitución cubana, la facultad de la Asamblea Nacional y de la dirección de nuestro Partido y las funciones de la Ley Fundamental y demás instituciones del pueblo han concebido, como en todas partes del mundo”.

Hizo hincapié en que como eso sólo puede hacerse enviando tropas, a ocupar puntos claves del territorio, se está proclamando el propósito de intervenir militarmente en la Isla. Recordó que el 14 de mayo envió de antemano sus saludos al papel de César asumido por Bush, que tomó de los gladiadores obligados a combatir hasta la muerte en el círco romano. Hizo saber al mandatario estadounidense que su marcha contra cuba no será nada fácil. “Nuestro pueblo resistirá sus medidas económicas sean las que fueren”, ratificó, para decir a continuación: “el pueblo cubano cuenta hoy con la población de más cultura y conciencia política entre todos los países del mundo. No es un pueblo de fanáticos, es un pueblo de ideas. No es un pueblo de analfabetos ni semianalfabetos. Es un pueblo cuyos estudios de nivel superior se masifican y se universalizan junto a su valentía y su patriotismo. Somos millones de hombres y mujeres que contamos con las armas suficientes, más de 200 mil oficiales y jefes bien preparados que conocen cómo deben emplearlas en condiciones de guerra moderna, y una enorme masa de combatientes que conocen igualmente los puntos fuertes y los puntos débiles de quienes nos amenazan”.



Alertó que en las condiciones actuales de Cuba, ante una invasión al país su ausencia física por causas naturales o de otra índole, “no haría el menor daño a nuestra capacidad de lucha y resistencia”.

Aseguró que en cada jefe político y militar de cualquier nivel, en cada soldado invidual, hay un comandante en jefe potencial que sabe lo que debe hacer, y en determinada situación cada hombre puede llegar a ser su propio comandante en jefe.

“Ustedes no podrán disponer de un día, una hora, un minuto, ni un segundo, para impedir que la conducción política y militar del país sea asumida de inmediato. Las órdenes de lo que debe hacerse están dadas de antemano. Cada hombre y mujer estarían en sus puestos de combate sin perder un segundo.

Fidel reiteró lo que anunció en su primer mensaje a Bush sobre lo que haría en circunstancias como la señalada, y sugirió a Bush y sus asesores que no inventen venganzas viles contra el pueblo cubano, que no inventen aventuras locas como operaciones quirúrgicas o guerras de desgaste con el empleo de técnicas sofisticadas, porque los acontecimientos se les pueden escapar de las manos. Podrían ocurrir cosas indeseables que no son buenas para el pueblo de Cuba ni para el pueblo de Estados Unidos, podrían destrozar el acuerdo migratorio, podrían provocar éxodos masivos que no estaríamos en condiciones de impedir, podrían provocar una guerra total entre jóvenes soldados norteamericanos y el pueblo de Cuba. Algo que sería sumamente triste. Puedo asegurarle que usted jamás ganaría esa guerra. Aquí no encontrará un pueblo dividido, étnias opuestas por profundas diferencias religiosas, ni habrá generales traidores al mando de nuestras tropas.

Se encontrará con un pueblo sólidamente unido, con una cultura y sentimientos solidarios y una obra social y humana que no tienen precedentes en la historia. Finalmente ratificó el Presidente Fidel Castro que el pueblo de Cuba jamás renunciará a su independencia, ni renunciará jamás a sus ideales políticos, sociales y económicos.


Segunda Epístola

Durante la mañana de este lunes, ante más de 200 mil cubanos reunidos para rechazar las recientes medidas contra el pueblo de la Isla y sus familiares en Estados Unidos, el Comandante en Jefe Fidel Castro dirigió un segundo mensaje al Presidente de aquel país

Foto: Jorge Luis González

Queridos compatriotas:

Dos nuevas infamias del gobierno de Estados Unidos ―la inclusión de Cuba en otra de las prepotentes listas de quienes pretenden ser amos del mundo, introducida en un informe del Departamento de Estado publicado el 14 de junio en el que se acusa a nuestro país de participar en el tráfico de personas y se añade la vil calumnia de promover el turismo sexual, y la proclamación el día 16 de crueles medidas adicionales de bloqueo para asfixiar la economía que sustenta la vida de nuestro pueblo― me obligan a un segundo mensaje dirigido al Presidente de Estados Unidos.

Señor Bush:

Debo ser sereno pero muy sincero, aunque sin ánimo alguno de insultos u ofensas personales. Incluir a Cuba en una lista de países que practican el tráfico ilegal de personas es cínico. Algo aún más infame y repugnante, en ese prepotente informe que el Departamento de Estado se ve obligado a suscribir cada año, es afirmar que Cuba promueve el turismo sexual, incluso con niños.

Usted está en condiciones de informarse de que, en aras de la reunificación familiar, Cuba ha suscrito dos acuerdos migratorios con Estados Unidos. El primero, en el año 1984, no fue cumplido por las administraciones norteamericanas. Diez años después, en lugar de las 20 mil visas ofrecidas, se otorgaron solamente alrededor de mil cada año, un 5 por ciento. A raíz de la crisis migratoria desatada el año 1994, nuestro país suscribe un nuevo acuerdo con el gobierno de Estados Unidos, ampliado el año siguiente y actualmente vigente, a pesar de que, aunque se ha cumplido en lo esencial en cuanto al número de visas, no ha sido así en cuanto a la obligación ineludible y fundamental de evitar todo aliento a la emigración ilegal.

Foto: Juvenal Balán

La Ley asesina de Ajuste Cubano se mantuvo inconmovible sin justificación alguna, e incluso nuevos estímulos fueron añadidos a la misma.

Esa Ley absurda e inmoral ha costado un número incalculable de vidas, entre ellas las de muchos niños cubanos. A partir de la misma surgió después el odioso tráfico de migrantes a través de lanchas rápidas, que procedentes de la Florida arribaban a cualquier punto de nuestras costas. Cuba sanciona con severidad tales hechos, mientras las administraciones de Estados Unidos, por razones políticas asociadas con el estado de la Florida, harto conocidas, se cruzan de brazos.

Ningún país del mundo ha proporcionado tanta protección física y moral, salud y educación a sus niños como Cuba. Usted debiera saber que muere una proporción mayor de niños en Estados Unidos el primer año de vida que en Cuba. El ciento por ciento de los niños y adolescentes en nuestro país, incluidos los que sufren alguna forma de discapacidad mental o física, asisten a las escuelas correspondientes y estudian.

¿Cómo pretende ignorar que mientras en Estados Unidos hay en las aulas un promedio de más de 30 alumnos por maestro y aula, en Cuba hay menos de 20 y los resultados escolares superan ya los de cualquier país desarrollado?

Nuestros servicios de salud han elevado las perspectivas de vida de cada niño que nace, de 60 años o menos en 1959, según estimados, a 76,13 años en la actualidad.

A pesar del bloqueo de Estados Unidos y el derrumbe del campo socialista, el desempleo en Cuba alcanza solo el 2,3 por ciento, varias veces por debajo de su propio país, el más rico e industrializado del mundo.

Foto: Juvenal Balán

Usted debiera experimentar vergüenza por intentar asfixiar económicamente al pueblo que, bloqueado y sometido a más de cuatro décadas de guerra económica, agresiones armadas y acciones terroristas, ha sido capaz de realizar tales proezas. En su propio país usted no podría mostrar nada parecido.

Usted trata de estrangular la economía y amenaza con la guerra al país que ha sido capaz de alcanzar ya la cifra de 20 mil médicos prestando actualmente servicios en 64 países del Tercer Mundo. Su administración, a pesar de disponer de los recursos de la potencia más rica de la Tierra, no ha enviado uno solo a los más apartados rincones de esos países, como lo hace Cuba.

Sobre su conciencia, al igual que sobre la de los líderes de los estados más ricos, pesa el genocidio que significa la muerte, cada año, de más de diez millones de niños y otras decenas de millones de personas que podrían salvarse, como consecuencia de las más variadas formas de saqueo y robo a que son sometidos los países del Tercer Mundo a través del orden económico mundial injusto y ya insostenible que los países ricos han impuesto en detrimento del 80 por ciento de los habitantes del planeta.

Alguien debiera informarle a usted de estos problemas y estas verdades, en lugar de sembrar intrigas y mentiras todo el tiempo.

Con relación a Cuba, usted se deja llevar por la fanática creencia de que su reelección en noviembre depende del apoyo de una mafia conocidamente terrorista de viejos emigrados y sus descendientes, parte importante de los cuales proceden del grupo de malversadores y criminales de guerra batistianos que se refugiaron con su botín a cuestas y sus crímenes impunes en Estados Unidos. Otros se enriquecieron por los servicios prestados durante mucho tiempo en actos de terrorismo y agresiones que costaron mucha sangre a nuestro pueblo. Esos grupos están cada vez más desprestigiados y son cada vez menos influyentes. Todo el mundo recuerda lo ocurrido en la Florida, donde ellos cometieron numerosos fraudes electorales en los que son verdaderos expertos, y usted obtuvo la victoria por solo 518 votos. No quiero humillarlo hurgando sobre este sórdido y desagradable tema. Prefiero limitarme a expresarle con franqueza que los errores a que sus compromisos con esa mafia lo conducen, pueden ser decisivos a la inversa en las próximas elecciones.

El pueblo norteamericano está ya aburrido de la bochornosa influencia que esos grupos ejercen sobre la política exterior e interior de un país tan importante. La dependencia suya de esos grupos terminará restándole muchos votos, y no solo en la Florida sino en todo el país.

Al prohibir a los norteamericanos viajar a Cuba con brutales amenazas de represión, usted viola un principio constitucional y un derecho del cual se sintieron siempre orgullosos los ciudadanos de su país. Muestra, además, miedo político.

Cuando Cuba sin vacilación ni temor abrió sus puertas, con muy pocas excepciones, a la gran masa de emigrados para que visitaran su país de origen; cuando incluso en fecha reciente se autorizó a realizarlo con el simple trámite de la habilitación del pasaporte cada dos años, para viajar cuantas veces lo deseen, usted aplica medidas despiadadas e inhumanas contra las familias cubanas, que ultrajan su cultura y sus tradiciones ancestrales. Prohibir a los cubanos residentes, nacionalizados o no, visitar a sus familiares más allegados en un lapso no menor de tres años, aunque estos estén al borde de la muerte, es de una crueldad incalificable. No pocos cubano-americanos están pensando ya en promover un voto de castigo.

Usted, por razones estrictamente electorales, pasando por encima de las Resoluciones aprobadas por la casi totalidad de los miembros de las Naciones Unidas, acaba de adoptar nuevas y más duras medidas económicas contra el pueblo cubano, que repugnan a la opinión pública mundial y a la inmensa mayoría de la propia opinión pública de Estados Unidos.

Lo peor de su descabellada y torpe política contra Cuba es que usted y su grupo de cercanos asesores han declarado impúdicamente su propósito de imponer por la fuerza lo que califican de transición política en Cuba, si ostentando mi actual cargo se produce mi muerte; transición que por supuesto no vacilan en confesar tratarán de acelerar lo más posible. Usted sabe muy bien lo que en el lenguaje mafioso eso significa.

Sin embargo, tal vez la mayor desvergüenza fue anunciar que las primeras horas son decisivas, puesto que la idea es impedir después a toda costa, en cualquier circunstancia, que una nueva dirección política y administrativa se hiciera cargo de la conducción de nuestro país, ignorando en absoluto la Constitución cubana, las facultades de la Asamblea Nacional y de la Dirección de nuestro Partido, y las funciones que la Ley fundamental y las más altas instituciones del pueblo han concedido ―como en todas partes del mundo― a los que tienen las responsabilidades pertinentes para asumir de inmediato esa tarea.

Como esto solo puede hacerse enviando tropas a ocupar puntos claves del país, se está proclamando el propósito de intervenir militarmente en nuestra patria. Por ello el 14 de mayo le envié de antemano mis saludos al papel de César asumido por usted, que tomé de los gladiadores obligados a combatir hasta la muerte en el circo de la antigua Roma.

Hoy estimo conveniente añadirle unas cuantas cosas más.

Usted debe saber que su marcha contra Cuba no será nada fácil. Nuestro pueblo resistirá sus medidas económicas, sean las que fueren. Cuarenta y cinco años de lucha heroica frente al bloqueo y la guerra económica, amenazas, agresiones, planes de asesinato a sus líderes, sabotajes y terrorismo, no debilitaron sino fortalecieron a la Revolución.

Hace 43 años la invasión traicionera por Girón fue destrozada en menos de 66 horas de combate sin tregua, frente a todos los cálculos de brillantes expertos.

Algunos de los que dirigimos esta Revolución, vivimos aquella singular experiencia en la que un puñado de hombres, partiendo de siete fusiles, logró derrotar, con las armas ocupadas al enemigo en combate, a las fuerzas armadas de Batista, equipadas, entrenadas y asesoradas por Estados Unidos, que ascendían a 85 mil hombres.

Un año y seis meses después de Girón, en octubre de 1962, la amenaza real de un ataque nuclear no hizo pestañear a un solo combatiente cubano. Ninguna inspección se autorizó en nuestro territorio, pese a lo acordado por las dos superpotencias.

Decenas de años de guerra sucia, sabotajes y terrorismo, en el que tanto se destacaron muchos de sus actuales amigos de Miami, no pudieron doblegar a Cuba.

El derrumbe del campo socialista europeo y de la propia URSS, que nos privó de mercado, combustible, alimentos y materias primas, frente a un bloqueo reforzado con las Leyes Torricelli, Helms-Burton y otras medidas, no quebrantaron al pueblo cubano, y ocurrió lo que parecía imposible: ¡resistimos! Algo que está ya en la sangre y las tradiciones de los patriotas cubanos que, en la última guerra contra el colonialismo español, se enfrentaron, desgastaron y virtualmente derrotaron a 300 mil soldados de España, es ese espíritu de luchar contra lo imposible y vencer.

No es mi propósito, Señor Presidente de Estados Unidos, mortificarlo ni amargarle la vida con estos recuerdos. Cumplo simplemente el deseo de ilustrarlo sobre lo que es Cuba, lo que significa un proceso revolucionario verdadero y profundo, y cómo es el pueblo que usted pretende mirar con desprecio.

Hoy Cuba cuenta con la población de más cultura y conciencia política entre todos los países del mundo. No es un pueblo de fanáticos; es un pueblo de ideas. No es un pueblo de analfabetos o semianalfabetos; es un pueblo donde los estudios de nivel superior se masifican y universalizan, junto a su valentía y su patriotismo. A sus sueños de una sociedad verdaderamente justa y humana, se suma la experiencia y el conocimiento, algo que a usted con su fundamentalismo y sus hábitos mesiánicos de actuar le será muy difícil comprender.

Hoy no somos un puñado de hombres decididos a vencer o morir. Somos millones de hombres y mujeres que contamos con las armas suficientes, más de doscientos mil oficiales y jefes bien preparados, que conocen cómo deben emplearlas en condiciones de guerra moderna y sofisticada, y una enorme masa de combatientes que conocen igualmente bien los puntos fuertes y los puntos débiles de los que nos amenazan, a pesar de los enormes recursos bélicos y la superioridad tecnológica de sus armas.

En las condiciones actuales de Cuba, ante una invasión al país, mi ausencia física ―por causas naturales o de otra índole― no habrá el menor daño a nuestra capacidad de lucha y resistencia. En cada jefe político y militar de cualquier nivel, en cada soldado individual, hay un comandante en jefe potencial que sabe lo que debe hacer, y en determinada situación cada hombre puede llegar a ser su propio comandante en jefe.

Ustedes no podrán disponer de un día, una hora, un minuto ni un segundo para impedir que la conducción política y militar del país sea asumida de inmediato. Las órdenes de lo que debe hacerse están dadas de antemano. Cada hombre y mujer estarán en su puesto de combate sin perder un segundo.

Le dije a usted bien claro el 14 de mayo, ante más de un millón de cubanos que desfilaron frente a su Oficina de Intereses, lo que yo debía hacer y haría. Es lo que me corresponde. Hoy lo reitero, y les sugiero a usted y a sus asesores que no inventen venganzas viles contra nuestro pueblo. No intenten aventuras locas como operaciones quirúrgicas o guerras de desgaste con el empleo de técnicas sofisticadas, porque los acontecimientos se les pueden escapar de las manos. Podrían ocurrir cosas indeseables, que no son buenas para el pueblo de Cuba ni para el pueblo de Estados Unidos. Podrían destrozar el acuerdo migratorio, podrían provocar éxodos masivos que no estaríamos en condiciones de impedir, podrían provocar una guerra total entre jóvenes soldados norteamericanos y el pueblo de Cuba, algo que sería sumamente triste.

Puedo asegurarle que usted jamás ganaría esa guerra. Aquí no encontrará un pueblo dividido, etnias opuestas o profundas diferencias religiosas, ni habrá generales traidores al mando de nuestras tropas; se encontrará con un pueblo sólidamente unido por una cultura, un sentimiento solidario y una obra social y humana que no tiene precedente en la historia. Usted no se va a llenar de gloria con una acción militar contra Cuba.

Nuestro pueblo jamás renunciará a su independencia, ni renunciará jamás a sus ideales políticos, sociales y económicos.

Cuba fue totalmente solidaria con el pueblo de Estados Unidos a raíz del doloroso e injustificable ataque a las Torres Gemelas. Ese mismo día expusimos nuestros puntos de vista, que hoy se van confirmando con precisión casi matemática. La guerra no es el camino para poner fin al terrorismo y la violencia en el mundo. Aquel trágico episodio ha sido utilizado como pretexto para imponer al planeta una política de terror y fuerza.

Sus medidas contra el pueblo de Cuba constituyen una acción atroz e inhumana. Cuba puede demostrar que usted desea destruir un país que ha salvado con sus servicios médicos y continúa salvando cientos de miles de vidas en los países pobres del mundo, que podría incluso ser capaz de salvar tantos ciudadanos pobres de Estados Unidos como las tres mil personas que murieron en las Torres Gemelas.

Usted seguramente sabe que en Estados Unidos hay 44 millones de ciudadanos que no disfrutan de seguro médico, que en dos años 82 millones de norteamericanos carecieron en algún momento de ese seguro y no podían pagar el colosal precio que se cobra en su país por servicios de salud que son vitales. Un cálculo muy conservador indica que muchas decenas de miles de vidas se pierden cada año en Estados Unidos por esa causa, tal vez treinta o cuarenta veces los que murieron en las Torres Gemelas. Alguien debiera hacer los cálculos precisos.

En un breve período de cinco años, Cuba está dispuesta a salvar la vida a 3 mil ciudadanos norteamericanos pobres. Hoy es perfectamente posible prever y evitar un infarto que puede ser mortal, y resolver enfermedades que conducen inevitablemente a la muerte. Esos 3 mil norteamericanos podrían viajar a nuestro país con un familiar acompañante y recibir tratamiento de forma absolutamente gratuita.

Deseo hacerle una pregunta, señor Bush. Se trata de una cuestión ética y de principios. ¿Estaría usted dispuesto a conceder a esos ciudadanos permiso para viajar a Cuba en un programa destinado a salvar una vida por cada uno de los que murieron en el atroz ataque a las Torres Gemelas? Si ellos aceptaran esos servicios y deciden venir, ¿serían sancionados?

¡Demuéstrese al mundo que hay alternativa a la arrogancia, la guerra, el genocidio, el odio, el egoísmo, la hipocresía y la mentira!

En nombre del pueblo de Cuba,

Fidel Castro Ruz

Junio 21 del 2004

FUENTE: www.granma.co.cu


WDS-0110
 CASTRO ADVIERTE A BUSH QUE FRACASARÁ EN PLANES ANTICUBANOS
 POR FRANCISCO FORTEZA

 LA HABANA, 21 DE JUNIO (WORLD DATA SERVICE).-El presidente cubano, Fidel
 Castro, reiteró hoy ante más de 200 mil habaneros que el gobierno
 norteamericano tiene planes de lanzar agresiones militares contra Cuba,
 advirtió al respecto que esa aventura fracasará a partir de la
 preparación bélica e ideológica de la población de la Isla, y retó al
 presidente estadounidense, George W. Bush, a aceptar, en lugar del
 enfrentamiento bélico, una colaboración médica cubana que favorezca a
 tres mil estadounidenses pobres.
 En una segunda carta pública a Bush en menos de un mes -la primera
 fue el pasado 14 de mayo ante un millón de cubanos reunidos en esta
 capital-Castro, que vestía su tradicional uniforme de campaña,
 preguntó al inquilino de la Casa Blanca si estaría dispuesto a
 "salvar las vidas de tres mil ciudadanos pobres norteamericanos" al
 permitir sus viajes y estancias en Cuba donde recibirían tratamientos
 gratuitos para sus padecimientos. Una de las acciones anticubanas
 recientes de Bush es precisamente la de impedir que estadounidenses
 vengan a este país caribeño, no importa cuales sean sus objetivos.
 Esas personas "podrían viajar a nuestro país con un familiar
 acompañante y recibir atención médica gratuita", expresó el líder
 cubano. "¿Estaría usted dispuesto a permitir que viajaran a Cuba para
 salvar una vida por cada uno de los que murieron en las Torres
 Gemelas (el 11/9/2001). ¿Ellos serían sancionados?, dijo el
 mandatario cubano refiriéndose a las nuevas medidas anticubanas
 aprobadas por Bush que tendrán vigencia a partir del próximo día 30 y
 que motivaron la manifestación de este lunes en Ciudad de La Habana y
 el discurso de Castro. "Lo peor", precisó, "de su descabellada y
 torpe política contra Cuba es que usted y sus asesores han declarado
 impúdicamente su propósito de imponer (aquí) por la fuerza una
 llamada transición" que compulsaría Estados Unidos tras la muerte de
 Fidel Castro, de acuerdo con la propia Casa Blanca. "Tal vez la mayor
 desvergüenza fue anunciar que las primeras horas son decisivas puesto
 que la idea es de impedir después a toda costa que una nueva
 dirección política y administrativa se hiciera cargo de la conducción
 de nuestro país", ignorando las más altas instituciones nacionales
 del pueblo, dijo el presidente de Cuba. "Como eso solo puede hacerse
 enviando tropas a ocupar puntos claves del país se está proclamando
 (por Bush) el propósito de intervenir militarmente nuestra patria",
 denunció el dirigente. "Usted debe saber que su marcha contra Cuba no
 será nada fácil. Nuestro pueblo resistirá sus medidas fueren las que
 fueren", subrayó. "45 años de agresiones (desde Estados Unidos) no
 debilitaron sino que fortalecieron la Revolución Cubana", puntualizó
 el presidente de Cuba, y recordó los fracasos de Estados Unidos en
 Playa Girón (Bahía de Cochinos) en 1961, la Crisis de los Cohetes en
 octubre de 1962 y de las "decenas de años de guerra sucia, sabotajes
 y terrorismo en el que tanto se destacaron muchos de sus amigos de
 Miami, y que no pudieron destruir a Cuba". "No es mi propósito
 mortificarlo ni amargarle la vida con estos recuerdos. Cumplo
 simplemente con el deseo de ilustrarlo sobre lo que es Cuba", expresó
 Castro. Ahora, dijo el líder cubano, "millones de hombres y mujeres
 en Cuba contamos con las armas suficientes. También con más de 200
 mil oficiales y jefes bien preparados. Existe una enorme masa de
 combatientes que conocen igualmente bien los puntos fuertes y los
 puntos débiles de los que nos amenazan a pesar de los enormes
 recursos bélicos y la superioridad tecnológica de sus armas", expuso.
 Castro advirtió que su muerte "por causas naturales o de otra índole"
 no haría el menor daño "a la capacidad de lucha. En cada oficial y
 soldado hay un comandante en jefe potencial que sabe lo que debe
 hacer. En ciertas circunstancias cada hombre puede llegar a ser su
 propio comandante en jefe", agregó. Las ordenes de lo que debe
 hacerse están dadas de antemano. Cada hombre y mujer estará en sus
 puestos de combate sin perder un segundo, dijo. "Le sugiero a usted y
 a sus asesores que no inventen venganzas viles contra nuestro
 pueblo. No intenten aventuras locas con operaciones quirúrgicas o
 guerras de desgaste. Podrían ocurrir cosas indeseables que no son
 buenas para el pueblo de Cuba y para el pueblo de Estados Unidos",
 advirtió En ese contexto advirtió que esas acciones podrían provocar
 el fin de los convenios migratorios y un éxodo masivo de personas a
 través del Estrecho de la Florida -franja marítima de 180 kilómetros
 que separa los dos países- "que no estaríamos en condiciones de
 impedir". El presidente cubano subrayó que ello derivaría en una
 guerra entre soldados norteamericanos y los cubanos. En su mensaje a
 Bush, Fidel Castro repudió recientes acusaciones desde la Casa Blanca
 de que Cuba permite el tráfico de personas y el turismo sexual
 incluso con niños. Calificó un informe oficial norteamericano al
 respecto publicado la semana pasada en Washington como una vil
 infamia. También rechazó con vehemencia las nuevas acciones contra
 Cuba anunciadas por Bush en mayo pasado y que alcanzarán plena
 vigencia a partir del 30 próximo. Entre las medidas diseñadas para
 asfixiar económicamente al pueblo cubano están las de permitir a
 cubanos residentes en Estados Unidos visitas a Cuba solo cada tres
 años, incluso en medio de situaciones dramáticas como pueden ser la
 inminencia de la muerte o visitas a familiares en la Isla en trance
 de morir. Afirmó que esas medidas fueron diseñadas para contentar y
 alcanzar los votos de sectores cubanoamericanos anticastristas
 extremistas, a los que llamó de mafia de Miami, estructurada por
 terroristas. Advirtió a Bush que con sus acciones anticubanas podría
 obtener lo contrario a lo que busca, el voto cubanoamericano, y
 perder respaldo electoral del pueblo norteamericano al que juzgó como
 cansado de que esos sectores influyan en la escena política electoral
 norteamericana Castro recordó que, a diferencia de Estados Unidos,
 Cuba ha firmado todos los convenios internacionales de protección a
 la infancia. Acusó además al gobierno norteamericano de no desalentar
 los peligrosos viajes clandestinos marítimos de cubanos hacia las
 costas estadounidenses "entre cuyas víctimas hay miles de niños". El
 presidente de Cuba denunció la Ley norteamericana de Ajuste Cubano
 como una legislación asesina que compulsa ese éxodo. La ley está
 vigente desde 1966 y brinda a los ciudadanos cubanos el exclusivo
 derecho de recibir permisos de estancia en territorio norteamericano
 pese a que sean viajeros ilegales e indocumentados, si llegan a pisar
 tierra estadounidense al fin de sus travesías. "Ningún país del mundo
 ha ofrecido tantas seguridades físicas y morales a sus niños. En
 cambio, en Estados Unidos mueren más niños en su primer año de vida
 que en Cuba", dijo Castro. "Usted amenaza con estrangular e incluso
 con la guerra a un país cuyos médicos prestan servicios en 64 países
 del Tercer Mundo", recordó el dirigente a Bush. "Su administración no
 ha enviado ni un solo médico a los más apartados rincones de esos
 países, como lo hace Cuba", manifestó. "Cuba puede demostrar que
 usted desea destruir a un país que ha salvado con sus servicios
 médicos y continúa salvado cientos de vidas en los países pobres",
 acusó Castro. En ese contexto recordó que en Estados Unidos 44
 millones de ciudadanos no disfrutan de seguro médico. Por ello retó
 al presidente norteamericano a aceptar que Cuba atienda en sus
 hospitales, bajo términos gratuitos, a tantos pacientes
 norteamericanos pobres como el número de estadounidenses que
 perecieron en los ataques contra las Torres Gemelas de Nueva York el
 11 de septiembre de 2001. En el acto de hoy, bajo la estructura de
 Tribuna Abierta -ceremonias que unen exposiciones políticas con
 actuaciones culturales- el compositor y trovador cubano Silvio
 Rodríguez cantó ante la multitud su canción de los años 70 "Sueño con
 Serpientes". Acompañándose con su guitarra, interpretó esa pieza, que
 habla de una lucha continua e inacabable con serpientes que tratan de
 engullirlo.
 RL/FFM
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 WDS-111
 FIDEL CASTRO DENUNCIA A BUSH (TEXTO COMPLETO DE MENSAJE)
 POR FRANCISCO FORTEZA

 LA HABANA, 21 DE JUNIO (WORLD DATA SERVICE).- Por su interés, WDS
 transmite de manera textual el mensaje público del presidente cubano,
 Fidel Castro, al mandatario norteamericano George W. Bush, expuesto hoy
 en un acto en esta capital ante 200 mil personas.
 A continuación el mensaje:
 "SEGUNDA EPÍSTOLA
 Queridos compatriotas:
 Dos nuevas infamias del gobierno de Estados Unidos -la inclusión de Cuba
 en otra de las prepotentes listas de quienes pretenden ser amos del
 mundo, introducida en un informe del Departamento de Estado publicado el
 14 de junio en el que se acusa a nuestro país de participar en el
 tráfico de personas y se añade la vil calumnia de promover el turismo
 sexual, y la proclamación el día 16 de crueles medidas adicionales de
 bloqueo para asfixiar la economía que sustenta la vida de nuestro
 pueblo- me obligan a un segundo mensaje dirigido al Presidente de
 Estados Unidos. Señor Bush:
 Debo ser sereno pero muy sincero, aunque sin ánimo alguno de insultos u
 ofensas personales. Incluir a Cuba en una lista de países que practican
 el tráfico ilegal de personas es cínico. Algo aún más infame y
 repugnante, en ese prepotente informe que el Departamento de Estado se
 ve obligado a suscribir cada año, es afirmar que Cuba promueve el
 turismo sexual, incluso con niños. Usted está en condiciones de
 informarse de que, en aras de la reunificación familiar, Cuba ha
 suscrito dos acuerdos migratorios con Estados Unidos. El primero, en el
 año 1984, no fue cumplido por las administraciones norteamericanas.
 Diez años después, en lugar de las 20 mil visas ofrecidas, se otorgaron
 solamente alrededor de mil cada año, un 5 por ciento. A raíz de la
 crisis migratoria desatada el año 1994, nuestro país suscribe un nuevo
 acuerdo con el gobierno de Estados Unidos, ampliado el año siguiente y
 actualmente vigente, a pesar de que, aunque se ha cumplido en lo
 esencial en cuanto al número de visas, no ha sido así en cuanto a la
 obligación ineludible y fundamental de evitar todo aliento a la
 emigración ilegal. La Ley asesina de Ajuste Cubano se mantuvo
 inconmovible sin justificación alguna, e incluso nuevos estímulos fueron
 añadidos a la misma. Esa Ley absurda e inmoral ha costado un número
 incalculable de vidas, entre ellas las de muchos niños cubanos. A
 partir de la misma surgió después el odioso tráfico de migrantes a
 través de lanchas rápidas, que procedentes de la Florida arribaban a
 cualquier punto de nuestras costas. Cuba sanciona con severidad tales
 hechos, mientras las administraciones de Estados Unidos, por razones
 políticas asociadas con el estado de la Florida, harto conocidas, se
 cruzan de brazos. Ningún país del mundo ha proporcionado tanta
 protección física y moral, salud y educación a sus niños como Cuba.
 Usted debiera saber que muere una proporción mayor de niños en Estados
 Unidos el primer año de vida que en Cuba. El ciento por ciento de los
 niños y adolescentes en nuestro país, incluidos los que sufren alguna
 forma de discapacidad mental o física, asisten a las escuelas
 correspondientes y estudian. ¿Cómo pretende ignorar que mientras en
 Estados Unidos hay en las aulas un promedio de más de 30 alumnos por
 maestro y aula, en Cuba hay menos de 20 y los resultados escolares
 superan ya los de cualquier país desarrollado? Nuestros servicios de
 salud han elevado las perspectivas de vida de cada niño que nace, de 60
 años o menos en 1959, según estimados, a 76,13 años en la actualidad. A
 pesar del bloqueo de Estados Unidos y el derrumbe del campo socialista,
 el desempleo en Cuba alcanza solo el 2,3 por ciento, varias veces por
 debajo de su propio país, el más rico e industrializado del mundo.
 Usted debiera experimentar vergüenza por intentar asfixiar
 económicamente al pueblo que, bloqueado y sometido a más de cuatro
 décadas de guerra económica, agresiones armadas y acciones terroristas,
 ha sido capaz de realizar tales proezas. En su propio país usted no
 podría mostrar nada parecido. Usted trata de estrangular la economía y
 amenaza con la guerra al país que ha sido capaz de alcanzar ya la cifra
 de 20 mil médicos prestando actualmente servicios en 64 países del
 Tercer Mundo. Su administración, a pesar de disponer de los recursos de
 la potencia más rica de la Tierra, no ha enviado uno solo a los más
 apartados rincones de esos países, como lo hace Cuba. Sobre su
 conciencia, al igual que sobre la de los líderes de los estados más
 ricos, pesa el genocidio que significa la muerte, cada año, de más de
 diez millones de niños y otras decenas de millones de personas que
 podrían salvarse, como consecuencia de las más variadas formas de saqueo
 y robo a que son sometidos los países del Tercer Mundo a través del
 orden económico mundial injusto y ya insostenible que los países ricos
 han impuesto en detrimento del 80 por ciento de los habitantes del
 planeta. Alguien debiera informarle a usted de estos problemas y estas
 verdades, en lugar de sembrar intrigas y mentiras todo el tiempo. Con
 relación a Cuba, usted se deja llevar por la fanática creencia de que su
 reelección en noviembre depende del apoyo de una mafia conocidamente
 terrorista de viejos emigrados y sus descendientes, parte importante de
 los cuales proceden del grupo de malversadores y criminales de guerra
 batistianos que se refugiaron con su botín a cuestas y sus crímenes
 impunes en Estados Unidos. Otros se enriquecieron por los servicios
 prestados durante mucho tiempo en actos de terrorismo y agresiones que
 costaron mucha sangre a nuestro pueblo. Esos grupos están cada vez más
 desprestigiados y son cada vez menos influyentes. Todo el mundo
 recuerda lo ocurrido en la Florida, donde ellos cometieron numerosos
 fraudes electorales en los que son verdaderos expertos, y usted obtuvo
 la victoria por solo 518 votos. No quiero humillarlo hurgando sobre
 este sórdido y desagradable tema. Prefiero limitarme a expresarle con
 franqueza que los errores a que sus compromisos con esa mafia lo
 conducen, pueden ser decisivos a la inversa en las próximas elecciones.
 El pueblo norteamericano está ya aburrido de la bochornosa influencia
 que esos grupos ejercen sobre la política exterior e interior de un país
 tan importante. La dependencia suya de esos grupos terminará restándole
 muchos votos, y no solo en la Florida sino en todo el país. Al prohibir
 a los norteamericanos viajar a Cuba con brutales amenazas de represión,
 usted viola un principio constitucional y un derecho del cual se
 sintieron siempre orgullosos los ciudadanos de su país. Muestra,
 además, miedo político. Cuando Cuba sin vacilación ni temor abrió sus
 puertas, con muy pocas excepciones, a la gran masa de emigrados para que
 visitaran su país de origen; cuando incluso en fecha reciente se
 autorizó a realizarlo con el simple trámite de la habilitación del
 pasaporte cada dos años, para viajar cuantas veces lo deseen, usted
 aplica medidas despiadadas e inhumanas contra las familias cubanas, que
 ultrajan su cultura y sus tradiciones ancestrales. Prohibir a los
 cubanos residentes, nacionalizados o no, visitar a sus familiares más
 allegados en un lapso no menor de tres años, aunque estos estén al borde
 de la muerte, es de una crueldad incalificable. No pocos
 cubano-americanos están pensando ya en promover un voto de castigo.
 Usted, por razones estrictamente electorales, pasando por encima de las
 Resoluciones aprobadas por la casi totalidad de los miembros de las
 Naciones Unidas, acaba de adoptar nuevas y más duras medidas económicas
 contra el pueblo cubano, que repugnan a la opinión pública mundial y a
 la inmensa mayoría de la propia opinión pública de Estados Unidos. Lo
 peor de su descabellada y torpe política contra Cuba es que usted y su
 grupo de cercanos asesores han declarado impúdicamente su propósito de
 imponer por la fuerza lo que califican de transición política en Cuba,
 si ostentando mi actual cargo se produce mi muerte; transición que por
 supuesto no vacilan en confesar tratarán de acelerar lo más posible.
 Usted sabe muy bien lo que en el lenguaje mafioso eso significa. Sin
 embargo, tal vez la mayor desvergüenza fue anunciar que las primeras
 horas son decisivas, puesto que la idea es impedir después a toda costa,
 en cualquier circunstancia, que una nueva dirección política y
 administrativa se hiciera cargo de la conducción de nuestro país,
 ignorando en absoluto la Constitución cubana, las facultades de la
 Asamblea Nacional y de la Dirección de nuestro Partido, y las funciones
 que la Ley fundamental y las más altas instituciones del pueblo han
 concedido ?como en todas partes del mundo? a los que tienen las
 responsabilidades pertinentes para asumir de inmediato esa tarea. Como
 esto solo puede hacerse enviando tropas a ocupar puntos claves del país,
 se está proclamando el propósito de intervenir militarmente en nuestra
 patria. Por ello el 14 de mayo le envié de antemano mis saludos al
 papel de César asumido por usted, que tomé de los gladiadores obligados
 a combatir hasta la muerte en el circo de la antigua Roma. Hoy estimo
 conveniente añadirle unas cuantas cosas más.
 Usted debe saber que su marcha contra Cuba no será nada fácil. Nuestro
 pueblo resistirá sus medidas económicas, sean las que fueren. Cuarenta
 y cinco años de lucha heroica frente al bloqueo y la guerra económica,
 amenazas, agresiones, planes de asesinato a sus líderes, sabotajes y
 terrorismo, no debilitaron sino fortalecieron a la Revolución. Hace 43
 años la invasión traicionera por Girón fue destrozada en menos de 66
 horas de combate sin tregua, frente a todos los cálculos de brillantes
 expertos. Algunos de los que dirigimos esta Revolución, vivimos aquella
 singular experiencia en la que un puñado de hombres, partiendo de siete
 fusiles, logró derrotar, con las armas ocupadas al enemigo en combate, a
 las fuerzas armadas de Batista, equipadas, entrenadas y asesoradas por
 Estados Unidos, que ascendían a 85 mil hombres. Un año y seis meses
 después de Girón, en octubre de 1962, la amenaza real de un ataque
 nuclear no hizo pestañear a un solo combatiente cubano. Ninguna
 inspección se autorizó en nuestro territorio, pese a lo acordado por las
 dos superpotencias. Decenas de años de guerra sucia, sabotajes y
 terrorismo, en el que tanto se destacaron muchos de sus actuales amigos
 de Miami, no pudieron doblegar a Cuba. El derrumbe del campo socialista
 europeo y de la propia URSS, que nos privó de mercado, combustible,
 alimentos y materias primas, frente a un bloqueo reforzado con las Leyes
 Torricelli, Helms-Burton y otras medidas, no quebrantaron al pueblo
 cubano, y ocurrió lo que parecía imposible: ¡resistimos! Algo que está
 ya en la sangre y las tradiciones de los patriotas cubanos que, en la
 última guerra contra el colonialismo español, se enfrentaron,
 desgastaron y virtualmente derrotaron a 300 mil soldados de España, es
 ese espíritu de luchar contra lo imposible y vencer. No es mi
 propósito, Señor Presidente de Estados Unidos, mortificarlo ni amargarle
 la vida con estos recuerdos. Cumplo simplemente el deseo de ilustrarlo
 sobre lo que es Cuba, lo que significa un proceso revolucionario
 verdadero y profundo, y cómo es el pueblo que usted pretende mirar con
 desprecio. Hoy Cuba cuenta con la población de más cultura y conciencia
 política entre todos los países del mundo. No es un pueblo de
 fanáticos; es un pueblo de ideas. No es un pueblo de analfabetos o
 semianalfabetos; es un pueblo donde los estudios de nivel superior se
 masifican y universalizan, junto a su valentía y su patriotismo. A sus
 sueños de una sociedad verdaderamente justa y humana, se suma la
 experiencia y el conocimiento, algo que a usted con su fundamentalismo y
 sus hábitos mesiánicos de actuar le será muy difícil comprender. Hoy no
 somos un puñado de hombres decididos a vencer o morir. Somos millones
 de hombres y mujeres que contamos con las armas suficientes, más de
 doscientos mil oficiales y jefes bien preparados, que conocen cómo deben
 emplearlas en condiciones de guerra moderna y sofisticada, y una enorme
 masa de combatientes que conocen igualmente bien los puntos fuertes y
 los puntos débiles de los que nos amenazan, a pesar de los enormes
 recursos bélicos y la superioridad tecnológica de sus armas. En las
 condiciones actuales de Cuba, ante una invasión al país, mi ausencia
 física ?por causas naturales o de otra índole? no haría el menor daño a
 nuestra capacidad de lucha y resistencia. En cada jefe político y
 militar de cualquier nivel, en cada soldado individual, hay un
 comandante en jefe potencial que sabe lo que debe hacer, y en
 determinada situación cada hombre puede llegar a ser su propio
 comandante en jefe. Ustedes no podrán disponer de un día, una hora, un
 minuto ni un segundo para impedir que la conducción política y militar
 del país sea asumida de inmediato. Las órdenes de lo que debe hacerse
 están dadas de antemano. Cada hombre y mujer estarán en su puesto de
 combate sin perder un segundo. Le dije a usted bien claro el 14 de mayo,
 ante más de un millón de cubanos que desfilaron frente a su Oficina de
 Intereses, lo que yo debía hacer y haría. Es lo que me corresponde.
 Hoy lo reitero, y les sugiero a usted y a sus asesores que no inventen
 venganzas viles contra nuestro pueblo. No intenten aventuras locas como
 operaciones quirúrgicas o guerras de desgaste con el empleo de técnicas
 sofisticadas, porque los acontecimientos se les pueden escapar de las
 manos. Podrían ocurrir cosas indeseables, que no son buenas para el
 pueblo de Cuba ni para el pueblo de Estados Unidos. Podrían destrozar
 el acuerdo migratorio, podrían provocar éxodos masivos que no estaríamos
 en condiciones de impedir, podrían provocar una guerra total entre
 jóvenes soldados norteamericanos y el pueblo de Cuba, algo que sería
 sumamente triste. Puedo asegurarle que usted jamás ganaría esa guerra.
 Aquí no encontrará un pueblo dividido, etnias opuestas o profundas
 diferencias religiosas, ni habrá generales traidores al mando de
 nuestras tropas; se encontrará con un pueblo sólidamente unido por una
 cultura, un sentimiento solidario y una obra social y humana que no
 tiene precedente en la historia. Usted no se va a llenar de gloria con
 una acción militar contra Cuba. Nuestro pueblo jamás renunciará a su
 independencia, ni renunciará jamás a sus ideales políticos, sociales y
 económicos. Cuba fue totalmente solidaria con el pueblo de Estados
 Unidos a raíz del doloroso e injustificable ataque a las Torres Gemelas.
 Ese mismo día expusimos nuestros puntos de vista, que hoy se van
 confirmando con precisión casi matemática. La guerra no es el camino
 para poner fin al terrorismo y la violencia en el mundo. Aquel trágico
 episodio ha sido utilizado como pretexto para imponer al planeta una
 política de terror y fuerza. Sus medidas contra el pueblo de Cuba
 constituyen una acción atroz e inhumana. Cuba puede demostrar que usted
 desea destruir un país que ha salvado con sus servicios médicos y
 continúa salvando cientos de miles de vidas en los países pobres del
 mundo, que podría incluso ser capaz de salvar tantos ciudadanos pobres
 de Estados Unidos como las tres mil personas que murieron en las Torres
 Gemelas. Usted seguramente sabe que en Estados Unidos hay 44 millones de
 ciudadanos que no disfrutan de seguro médico, que en dos años 82
 millones de norteamericanos carecieron en algún momento de ese seguro y
 no podían pagar el colosal precio que se cobra en su país por servicios
 de salud que son vitales. Un cálculo muy conservador indica que muchas
 decenas de miles de vidas se pierden cada año en Estados Unidos por esa
 causa, tal vez treinta o cuarenta veces los que murieron en las Torres
 Gemelas. Alguien debiera hacer los cálculos precisos. En un breve
 período de cinco años, Cuba está dispuesta a salvar la vida a 3 mil
 ciudadanos norteamericanos pobres. Hoy es perfectamente posible prever
 y evitar un infarto que puede ser mortal, y resolver enfermedades que
 conducen inevitablemente a la muerte. Esos 3 mil norteamericanos
 podrían viajar a nuestro país con un familiar acompañante y recibir
 tratamiento de forma absolutamente gratuita. Deseo hacerle una
 pregunta, señor Bush. Se trata de una cuestión ética y de principios.
 ¿Estaría usted dispuesto a conceder a esos ciudadanos permiso para
 viajar a Cuba en un programa destinado a salvar una vida por cada uno de
 los que murieron en el atroz ataque a las Torres Gemelas? Si ellos
 aceptaran esos servicios y deciden venir, ¿serían sancionados?
 ¡Demuéstrese al mundo que hay alternativa a la arrogancia, la guerra, el
 genocidio, el odio, el egoísmo, la hipocresía y la mentira! En nombre
 del pueblo de Cuba,
 Fidel Castro Ruz
 Junio 21 del 2004"
 RL/FFM

http://www.wds.wdrc.info 

 http://www.wdrc.cubaresearch.info 


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DEMOCRATAS Y DIALECTICOS CONVENCIDOS, NOS PARECE IMPRESCINDIBLE EL DEBATE Y
LA CONFRONTACION DIALECTICA, Y APOSTAMOS POR ELLO, INTENTANDO DIALOGAR CON
TODOS LOS MOVIMIENTOS Y FUERZAS SOCIALES DEL PLANETA, QUE DE UN MODO U OTRO,
BUSCAN LA LIBERACION DEL HOMBRE DEL YUGO DEL CAPITAL

Gracias por no fumar en los lugares comunes -
ACLAREMOS LAS COSAS: EL HUMO AMBIENTAL DEL TABACO TAMBIÉN MATA, COMO LA CONTAMINACIÓN PERO EN EL INTERIOR http://tobacco.who.int
GRACIAS POR NO FUMAR EN LUGARES COMUNES