DOCUMENTOS DEL MILITANTE
INFORME
AL COMITÉ CENTRAL
26-IX-02
La Permanente
Federal del pasado lunes ha hecho un balance provisional de la Fiesta del
Partido que, en síntesis, arroja una afluencia ligeramente mayor que la del año
pasado; un déficit económico igual al del año anterior -antes de la liquidación
de bonos definitiva- una presencia de jóvenes que, año tras año, va
aumentando; un balance político muy positivo por la calidad y asistencia a los
debates y un muy buen nivel en los actos celebrados en el teatro; una menor
afluencia en el mitin central, probablemente derivada del menor tirón de las
actuaciones del sábado en relación a las programadas el viernes y el domingo
y, en parte también, a la retransmisión del mitin por la megafonía en todo el
ámbito de la Fiesta. En lo negativo, el Pabellón de Convenciones (ámbito político
e institucional) ha sido el "Talón de Aquiles" de la Fiesta, entre
otras cosas por la poca presencia institucional de IU.
Más allá de
la consideración económica, que nunca ha sido, ni debe serlo, el objetivo de
la Fiesta, este Comité Central agradece a tod@s 1@s camaradas madrileñ@s su
aportación a su éxito que, muy especialmente, en los dos últimos años y en
lo que se refiere a la organización de la Fiesta en su conjunto, no sólo de
nuestro pabellón regional, está siendo debido al esfuerzo sostenido durante
meses de camaradas muy concretos de esta organización.
El discurso de
nuestro Secretario General sitúa con precisión la política necesaria en este
tiempo de convulsión y lucha y debe ser el principal elemento para el debate y
la acción en todas las agrupaciones.
Mi breve
intervención en dicho acto ha pretendido enmarcar la política, desde el
contexto general, para las tareas más inmediatas e imprescindibles en nuestra
región. Con todo, este informe, a pesar de la importancia orgánica y política
del segundo punto del orden del día (la propuesta de composición del Comité
Ejecutivo y Permanente del PCM), requiere incluir una puesta al día de los
compromisos precongresuales y un repaso sintético de los acontecimientos políticos
de este verano. Es un informe abierto para recoger aportaciones de este Comité
y, sobre todo, para que sea debatido en el conjunto del Partido, por lo que no
pediré su votación hasta tanto no se produzca el debate en las agrupaciones
que todos los miembros del Comité debemos propiciar para que se produzca en un
plazo razonable.
Afirmamos que
las fechas de nuestro Congreso se situaban como oportunidad para tensionar la
organización hacia el reto de la Huelga General del 20-J y así quedó
demostrado en nuestra participación activa en ella y en las movilizaciones
posteriores. Ello ya lo hemos valorado. Resolvimos sobre la necesidad de, hasta
completar los órganos de dirección del PCM después de la Fiesta del Partido,
configurar una comisión provisional del Mundo del Trabajo como instrumento de
emergencia en previsión de acciones y convocatorias como continuidad del 20-J y
para que fuera el germen de la que debe ser una de nuestras principales
aportaciones al movimiento real que gira hoy en torno a la centralidad del
trabajo expresada en el rechazo ciudadano al "decretazo". El camarada
Juan Grajera dará después cuenta de lo hecho.
La situación
internacional se enmarca en la escalada abiertamente fascista del gobierno USA y
la complicidad de Aznar y su gobierno, de la mano de Blair y Berlusconi, aunque
no sólo de ellos, en el ámbito europeo, y que, tras el rechazo a la disciplina
al Tribunal Penal Internacional para los horrores bélicos del ejército del
Imperio, se muestra explícita e impúdicamente en su dimensión de guerra
imperialista para la dominación de los recursos energéticos a repartir con los
colaboradores y en la imposición del vasallaje permanente a todo el planeta a
través de la doctrina del "ataque preventivo" que tiene como primer
designio previsto el desmembramiento de Irak, la colonización definitiva de
Arabia Saudí y la deportación de un millón de palestinos a una Jordania
probablemente ampliada.
Por eso, como
dijimos en la Fiesta, nuestro anticapitalismo se reafirma hoy en nuestro
antinorteamericanismo, cada vez más patente en la mayoría social, que debemos
impulsar con inteligencia porque, junto al malestar por la agresión a los
derechos sociales, económicos y laborales, es el rechazo a la guerra y la
connivencia en ella del aznarismo, el binomio que debe conducir al desprestigio
del PP y sus políticas y a la recuperación de la confianza en IU, a pesar de
las sombras que arroja sobre su imagen el erratismo de una dirección que debe
recuperar el sentido de lo federal.
En lo interno,
la vesania de ETA y la calculada acción de Marruecos en el islote Perejil, han
proporcionado al PP, de un lado, la oportunidad de un gesto patéticamente
belicista coherente con la atmósfera guerrera que trata de imbuir de la
conciencia ciudadana al servicio de su abyecta puesta a disposición de los
designios del Imperio y, de otro, la posibilidad de seguir intentando desplazar
el malestar social hacia el terrorismo. Afortunadamente, ni lo uno ni lo otro
han logrado debilitar la tensión ciudadana en torno a su gran preocupación que
sigue siendo el trabajo y el paro. La convocatoria del próximo domingo contra
la guerra y la del 5 de octubre contra el decretazo y por un trabajo digno,
constituyen dos oportunidades de la acción unitaria que debemos seguir
impulsando. Debemos contribuir al máximo para garantizar su éxito.
Frente a la
ignominiosa situación internacional, para la que el aznarismo pretende la
complicidad del pueblo español, sólo cabe el rechazo a la guerra sin matices
parlamentaristas ni domeñadas coberturas de NN.UU. y la lucha unitaria aquí y
en el ámbito europeo para desplazar a la derecha de estados que deben ser de
izquierda, necesariamente fuertes, constituyentes y federados, más allá de lo
económico, que puedan devolver el equilibrio a un mundo barbarizado por la
hegemonía USA.
Los resultados
de las elecciones alemanas son, por una parte, positivos en cuanto suponen la
permanencia de una política exterior en el eje Alemania-Francia que, de
momento, es el único contrapeso a Bush en su cruzada, pero, en lo interno, la
ascensión de los verdes y la caída del Partido del Socialismo Democrático,
son elementos inquietantes que a todos nos deberían hacer reflexionar.
Esa Europa
contrapeso que propugnamos como necesaria, aunque no suficiente, más allá del
dudoso papel que en la futura geoestrategia mundial pueda jugar China, no será
posible sólo desde la movilización coordinada por la paz. En paralelo a ella,
y como premisa del equilibrio mundial, debemos colaborar a la construcción de
una Europa que tenga un Parlamento políticamente soberano y una Carta de
Derechos Sociales como elemento sustantivo de su constitución política, no sólo
negociada por unos sindicatos cada vez más fuertes, coordinados y próximos a
lo que hoy representan los movimientos antiglobalización, sino inspirada en los
viejos y nuevos valores de la izquierda desde el único método posible, la
lucha de clases.
Frente al
terrorismo de ETA, la coherencia. Después de la fugaz y frustrante experiencia
de Ezker Batúa en el Pacto de Lizarra, que apoyamos por lo que suponía de
apertura a una solución política del conflicto y abandonamos por su deriva
soberanista, el erratismo de la política federal de IU ha permitido el error
del gobierno de EB con el PNV, y ello, aunque coherentemente votamos no a la Ley
de Partidos, ha lastrado el mantenimiento de esa coherencia con la abstención a
la solicitud de que el Parlamento solicitara al Poder Judicial la ilegalización
de Batasuna frente a la que nuestro no debería haber sido también rotundo. El
desplazamiento de la centralidad de clase en la política de IU y la concepción
confederal del proyecto de la que es correlato, nos sitúa en una encrucijada en
la que lo que ganamos por efecto de la coyuntura en la que el conflicto social aumenta, lo perdemos por la
incoherencia de nuestra permanencia en el gobierno vasco que lastra nuestra
apuesta por la legitimidad de todas las ideas, menos el fascismo, y por la
solución política al conflicto vasco con el diálogo en paz entre todos los
legítimos representantes de su pueblo.
Ni España hoy
es la Rusia revolucionaria, ni es válida una lectura leninista de la cuestión
nacional para Euskadi. El empañarse en ello, para un proyecto de centralidad
social como IU, nos coloca en tan crucial tema en una ambigüedad, además sin
calcular, frente a la ciudadanía, en general, que no ayuda a nuestro
reconocimiento como formación inequívocamente frente al decretazo, contra el
PP y sus políticas y frente a la guerra. Además, la gente honestamente de
izquierdas no puede entender el tracto racional de nuestras posiciones.
Es verdad que
tras el 11-S, Euskadi es el Afganistán y el Irak de Aznar, pero también lo es
que la estrategia del PP, en general, pero especialmente en el País Vasco, para
la liquidación del nacionalismo democrático, es anterior a esa fecha y al
propio Bush. Lo trascendente es que nuestro modelo de estado republicano,
federal y solidario es el único políticamente consistente frente a la
brutalidad del PP y la ambigüedad del PSOE y que nuestra implicación en un
gobierno explícitamente independentista nos impide explicar y defender con
coherencia ese modelo.
Hoy, como
siempre, la única identidad posible a defender por los comunistas es la de la
clase trabajadora y seguir predicando del estado su transitoriedad. Y hoy ese tránsito
requiere aquí y en Europa un estado federado y fuerte para que pueda ser, a la
vez, solidario hacia dentro y hacia fuera.
La escalada
fascista en lo internacional cobra aquí sus más negros tintes con la sumisión
belicista a Bush, la parodia reconquistadora de Perejil como apariencia de una
política exterior soberana, la vuelta de tuerca a la violencia que supone la
ilegalización de Batasuna, la prepotencia en relación al decretazo corno si el
20-J no hubiera existido y la reforma de los procedimientos judiciales para las
más obscenas políticas de seguridad ciudadana e inmigración, en una atmósfera
de gran confrontación social -afortunadamente sostenida por los sindicatos de
clase y el tejido social crítico, más o menos organizado- de la que un último
testimonio ha sido el Manifiesto del Mundo de la Cultura contra la Ley de
Calidad y, al mismo tiempo, con una actitud del PP y sus agentes mediáticos de
desprecio a la democracia formal que puede ser preludio de un populismo
caudillista, más allá de quien lo encare sucesoriamente dentro del PP, contra
el que estamos llamados a jugar un papel relevante como Partido en IU y en la
sociedad.
Ese desprecio
a la democracia formal por parte de la derecha se expresa en la domesticación y
confusión de los poderes que la sustentan, de los que es cómplice, éste si
con toda la ambigüedad calculada, el PSOE que olvida que, si no gana las próximas
generales, está ayudando a sentar las bases de un fascismo implícito. Si los
pactos de estado, la posición sobre la Ley de Partidos y la ilegalización, la
huelga y las movilizaciones, la cuestión saharaui o la tibieza parlamentarista
frente a la guerra, sitúan hoy en lo estatal en nuestras antípodas al PSOE en
la posibilidad de una política de alianzas, la última doctrina Rodríguez
Ibarra, sólo cautamente desautorizada por Rodríguez Zapatero, en relación a
Euskadi -¡la suspensión de la autonomía vasca!- desautoriza cualquier
aproximación a su dirección.
En lo
regional, frente a las próximas municipales y autonómicas, y en relación a
las inefables declaraciones de Simancas en el sentido de que si la necesitan
llamarán a IU, sin aclarar que harán si no la necesitan, la oferta
incondicional al PSOE para el designio de desplazar al PP por parte de nuestro
coordinador regional ha sido imprudente en el contexto de una política federal
que permite a Gallardón y a los medios situarnos como batasunos, a la contra de
todo y, en Madrid, además, como peones de brega del PSOE, en contra de todo lo
demostrado en la calle y en las instituciones en las que el último debate del
estado de la región ha sido un hito demostrativo de cómo un grupo minoritario
y su portavoz pueden ganar un reto parlamentario de tanta importancia,
especialmente en un año electoral. Una fuerza política razonable sabría
aprovechar esa circunstancia. IU-CM, probablemente, no.
Por eso, más
allá del preacuerdo alcanzado en su Consejo Regional que saludamos como obra en
gran parte debida a la responsabilidad de la mayoría de nosotr@s, y
precisamente porque no puede haber responsabilidad sin autocrítica y crítica,
debemos emplazar el trabajo del Partido en las movilizaciones y en el reto
electoral del próximo mayo también a partir de esa crítica a lo que hoy es IU
y de la autocrítica que como comunistas nos corresponde en los procesos que han
configurado hoy esas IU federal y regional.
El primer reto
es la necesidad de completar los órganos del PCM para garantizar nuestra mayor
influencia en IU y en la sociedad. Para ello, presento una propuesta para el
Comité Ejecutivo y la Permanente en la que he tenido en cuenta los siguientes
criterios:
a) La aplicación
de la estricta proporcionalidad de los resultados obtenidos por cada
sensibilidad en el Congreso.
b) Que la
prudente y necesaria renovación llevada a cabo en el Comité Central facilita
la asignación de una tarea a cada persona, más allá de la incorporación
voluntaria de l@s camaradas del Comité al trabajo en comisiones. Si cada uno
asume su responsabilidad, será más fácil que todos seamos corresponsables.
c) El Comité
Ejecutivo debe trabajar especialmente al objeto de que la soberana del Comité
Central se exprese en el debate político y no en el conflicto.
d) La dirección
Permanente debe asumir la continuidad del trabajo político y la valoración de
los acontecimientos que deban ser llevados al resto de los órganos.
En nuestra
actual situación financiera no son posibles nuevas liberaciones para el trabajo
cotidiano.
Celebramos
nuestro Congreso en una atmósfera en buena medida propiciada por la solución,
colegiadamente decidida en una Permanente ampliada, de algunos conflictos
internos que pesaban sobre la política y asumimos el compromiso de, una vez
configurados todos los nuevos órganos de dirección, la solución de todos los
pendientes con aplicación estricta de los estatutos. La Permanente y Ejecutivo
que saldrán de este Comité Central quedan emplazadas al logro de que no haya
ni una sola futura reunión de este órgano que no sea para el necesario y legítimo
debate político para concretar nuestra imprescindible acción.
Si ello es así,
con nuestro ejemplo y dedicación, seguiremos sentando las bases para hacer
realidad el paradigma de que las agrupaciones sean el verdadero sistema nervioso
del Partido, el Partido influya en IU para que no pierda el norte de la
centralidad del conflicto social e IU recupere la confianza de la mayoría
social crítica. Además así, l@s comunistas recuperaremos la confianza en la
necesidad y utilidad de nuestro trabajo en un momento histórico del movimiento
real que requiere que nuestra praxis, más que nunca, se compagine con la plena
vigencia de nuestras ideas.
La III Fiesta
del PCM debe ser el trabajo de tod@s nosotr@s y acoger a tod@s nuestr@s arnig@s
y simpatizantes y un importante momento de nuestra imprescindible visibilización
social, y debemos emplazarla en el momento más oportuno para el avance de IU en
la Comunidad de Madrid.
Juan Ramón Sanz, Secretario General del PCM
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