Ford, el segundo fabricante mundial de automóviles,
renuncia a la fabricación del coche eléctrico en vista
de la falta de demanda por el producto. Sigue así la
iniciativa tomada hace unos años por General Motors.
Ford va a centrar sus esfuerzos sobre tecnologías
alternativas de automoción en coches híbridos, que
funcionan parcialmente con gasolina, y en motores
impulsados en parte por hidrógeno.
Lo que empezó eufóricamente hace tres años con la
compra de la compañía noruega Pivco por 23 millones de
dólares concluye ahora, tras otros 100 millones
adicionales de inversión. Ford cambió el nombre de
Pivco a Think y creó dos modelos en City, con capacidad
para dos personas, y el más ambicioso Neighbor, muy
parecido a los vehículos que se emplean en los campos
de golf.
La planta noruega tenía capacidad para producir
5.000 unidades anuales, mientras que la de Detroit, que
fabricaba el Neighbor, podía sacar el doble. Pero el
mercado no quería el producto. De la cadena de montaje
cercana a Oslo apenas salieron 1.050 aparatos. Del
Neighbor, que alcanza 40 kilómetros por hora, se han
vendido menos de 1.700 unidades este año.
'Son números muy decepcionantes', señala un
portavoz de la compañía. Ford deja de importar el
modelo con carácter inmediato y este mismo mes decidirá
qué hace con la planta nórdica y sus 150 empleados.
Suspenderá la fabricación del Neighbor a final de año.
La tecnología de los coches eléctricos no termina
de levantar vuelo, al ser capaz de producir sólo vehículos
pequeños, con poca autonomía y muy caros debido al
elevado precio de la batería, que se sustituye cada
pocos años.
El Sierra Club, el mayor grupo ecologista de EE UU,
se mostró comprensivo con la decisión de Ford. 'Nunca
hemos sido optimistas con respecto al coche eléctrico',
declara un portavoz en The New York Times.
original
tomado de:
http://www.elpais.es/articulo.html?d_date=20020901&xref=20020901elpepieco_5&type=Tes&anchor=elpepieco