APORTACIONES PARA DEBATE
II
(continúa el debate a 17.9.02)
¿ Se trasladan las contradicciones de un modo
de producción directamente a los actores y las clases ? II
(continuación del debate)
(Continuación del debate que comentó aquí: Contradicciones.html)
El problema teórico de fondo.
Mi
verdadero nombre es Pedro García, siendo desde hace años Petronivs Arbiter mi
pseudónimo chorra, pues el anterior, El Calcetín Siniestro, me parecía en
exceso realista. Es un placer discutir por escrito ciertos temas, de modo que
vamos a ello.
Es
cierto que la interpretación clásica que la Teoría Marxista de la Historia
hace de la caída del feudalismo no es la que, telegráficamente, utilicé como
argumentación, pues el labriego es anterior al señor, y el proletario
industrial es posterior al capitalista, pero bien se podría argumentar que el
labriego bajo el régimen de servidumbre es también consecuencia de la imposición
del modo de producción feudal, aunque eso no es del todo cierto, pues en el
mundo antiguo el campesino no esclavo estaba ligado por los lazos del
patronazgo, que guardaban notables semejanzas con las instituciones medievales.
Entiendo que el ejemplo utilizado es pertinente. De cualquier modo, eso es
centrarse en detalles de poca importancia. Creo que es mejor tomar un atajo para
ver por qué juzgo errónea la Teoría Marxista de la Historia.
El
fundamento de la misma es el Materialismo Dialéctico, que formulado en gran
medida por Engels en su Dialéctica de la Naturaleza, pretende construir un
sistema teórico completo y universal basado en los postulados de la dialéctica
hegeliana. Tales postulados rezan:
Ley
de Conversión de la Cantidad en Cualidad: La acumulación de cambios
cuantitativos produce cambios cualitativos.
Ley
de Unidad de Contrarios: La unidad de la realidad concreta es unidad de
contrarios o contradicciones.
Ley
de Negación de la Negación: En el encuentro entre contrarios, uno elimina
al otro.
Mi
opinión, convicta y confesa, es que el Materialismo Dialéctico es erróneo,
pues considero que la Dialéctica es un Movimiento de las Ideas, no de la
Materia. Amén de ello, planteo los siguientes puntos flacos incluso aceptando
que la naturaleza obedeciese a tal filosofía. En primer lugar, me parece difícilmente
admisible la primera ley, pues en todo caso, será condición necesaria, que no
suficiente, el cambio cuantitativo del cambio cualitativo. En segundo lugar,
dudo que la ley de unidad de contrarios sea correcta en la naturaleza, y como
refutación por contraejemplo basta cualquier sistema homeostático. Para
terminar, la tercera está en contradicción con la primera, pues si basta la
existencia de contradicción, no se justifica la necesidad de cambios
cuantitativos. Obsérvese que no entro siquiera a la utilidad. Por ejemplo, difícilmente
se puede medir un cambio cuantitativo a
priori, y de ningún modo un cambio cualitativo, de forma que la pretensión
que Engels tenía, fundar una ciencia, se me antoja como poco un rasgo de la época
en la que vive. El elemento revolucionario del marxismo en el plano teórico no
es la dialéctica, sino la idea de Producción, que proporcionó un nuevo empuje
al materialismo, superándose el viejo planteamiento mecánico de inspiración
newtoniana. Pero ni siquiera ese asunto, que yo encuentro de sumo interés
discutir, es el que se trataba, pues escapa, y con mucho, al marco de la carta
que me pidió José Luis. De lo que se trataba, en todo caso, es de ver si las
contradicciones en un sistema lógico formal encuentran materialización en la
realidad observable.
Vamos
a tratar esa cuestión razonando con la teoría clásica en la mano. Supongamos
que el Materialismo Dialéctico es válido para tratar problemas históricos.
Toda vez que entre los humanos el conflicto es algo fundamental, esa opinión no
es insensata. Para ser consecuente con lo anteriormente expuesto, argumentaré
usando solamente la Tercera Ley, de la que se deriva el famoso esquema Tesis –
Antítesis – Síntesis, pues es la base misma de cualquier razonamiento hecho
con el Materialismo Dialéctico en la mano.
La
contradicción central del capitalismo consiste en que siendo la producción de
carácter social, la propiedad de los medios es de carácter particular.
Siguiendo el planteamiento dialéctico clásico, se trata de ver cuales son las
condiciones de imposibilidad del carácter privado de la propiedad de los
medios, para definir la Antítesis del modo de producción capitalista,
encontrando que tales condiciones de imposibilidad son aquellas que impiden
realizar la plusvalía, razón de ser de la titularidad privada de los medios.
Históricamente, tales condiciones de imposibilidad han actuado bajo la forma de
crisis económicas, de ahí nuestra creencia habitual de que será una de ellas
la que pondrá al capitalismo en la picota.
Me
pregunto: ¿Forma parte de la antítesis la lucha obrera? Es decir ¿Es el
socialismo la síntesis, o negación de la negación?
Creo
que coincidiremos en que no vale cualquier caída del capitalismo para que el
socialismo sea una posibilidad práctica. Parece razonable que la lucha de
clases es condición necesaria, tal vez no suficiente, para que el socialismo
sea la síntesis. De no darse, un escenario posible de caída del capitalismo
sería la simple asunción por el Estado del control de la economía al
desaparecer la posibilidad de realizar la plusvalía, para mantener la capacidad
técnica de los estados. Eso es lo que yo defino tecnocracia. Si se acepta el
Materialismo Dialéctico, que el socialismo sea la síntesis depende de que la
lucha de clases sea un elemento inseparable de la antítesis, de modo que la
condición de imposibilidad de realizar la plusvalía esté vinculada a la lucha
de clases íntimamente. De ahí que, si la contradicción Capital – Trabajo no
se plasma en lucha entre Capitalistas y Trabajadores, la contradicción lógico
formal entre el carácter social de la producción y el carácter privado de la
propiedad de los medios de producción e intercambio puede desembocar en el fin
del capitalismo, en el fin de dicha propiedad privada, pero no en el socialismo.
Nuestro problema, si aceptamos la teoría clásica, consiste en responder a:
¿Desemboca
la contradicción Capital – Trabajo necesariamente en Lucha de Clases? ¿Se
convierte en duelo entre Capitalistas y Trabajadores?
El
límite de dicha contradicción está en el agotamiento de la capacidad de
realizar la plusvalía. El interés del capitalista en desembolsar el mínimo en
salarios entra en contradicción con la capacidad de consumo. Sin embargo, no
necesariamente desemboca en lucha de clases, como se comprueba históricamente.
La lucha de clases es un elemento de la historia que se explica fácilmente sin
recurrir a la Dialéctica.
Como
digresión, otro asunto muy vinculado a esa discusión es el concepto de clase
social. Veamos que el criterio de formación de categorías atendiendo a
actividad no arroja resultados satisfactorios. Peor aun si se hace por rentas.
Eso ayuda a explicar muchos comportamientos, como el electoral, pero no nos
sirve para definir clases. A su vez, si pretendiésemos utilizar algo tan elástico
y poco mensurable como el interés, a la fuerza habría que reconocer la
existencia de la clase técnica.
Personalmente,
soy partidario de definir las clases a posteriori, atendiendo al comportamiento
regular de los sujetos, y agregando por rentas en cuantía, procedencia y status
jurídico, así como por actividad. Es el comportamiento de los sujetos en el
escenario social lo que nos da el criterio para clasificar, de modo que la
observación empírica de los comportamientos es previa a la definición misma
de clase, y por ende, a la clasificación. Admito que esto tiene un punto débil,
pues en última instancia acabo cerca de ese elástico concepto de interés, con
fuerte riesgo de relativismo, pero pese a los inconvenientes creo que trabajando
con cuidado ganamos en fiabilidad. Me parece un serio error tratar de encorsetar
la realidad observable en categorías predefinidas. Véase que ese empeño es la
base de la incapacidad de muchos marxistas para interpretar, y todavía menos
predecir, las transformaciones de las sociedades modernas. Amén del desprecio
que desgraciadamente el marxismo ha mostrado por el problema filosófico de la
Teoría del Conocimiento. Difícilmente podemos conectar a la realidad en
transformación con el sujeto transformador si no tenemos claro como conocemos.
Lanzo una pregunta: ¿Es materia un teorema matemático? ¿Y una ley de la física?
Aprovecho
para aclarar que no estoy de acuerdo en que Marx no es determinista. Lo es y por
eso tiene valor. Marx hizo grandes esfuerzos en hallar vínculos causales a los
fenómenos históricos de su tiempo. El 18 de Brumario es, entre otras obras,
una pepita de oro, que solo puede ser obra de un determinista. Considero
imposible concebir una obra de carácter u orientación científica que no sea
determinista.
Uno
de los objetivos que me planteo es suscitar un fuerte debate respecto a estos
asuntos para introducir posteriormente otro de mayor calado. Mi amigo Felipe Muñoz
y yo estamos embarcados en una discusión que tiene por objeto la crítica y
reconstrucción del Materialismo Histórico y, por que no del Materialismo Dialéctico
si mis posiciones se revelan erróneas, una vez que consideremos agotados los
razonamientos dentro de la teoría clásica. Por supuesto, hay que abordar
primero los aspectos filosóficos, y después los científicos, como pueda ser
la actualización de la Teoría del Valor. El programa sigue pues muy de cerca
el camino de construcción del marxismo por nuestros clásicos. El asunto
resulta bastante ambicioso, pero nos parece un tema apetitoso. Nuestro deseo es
que tal programa de discusión sea muy abierto y participativo, para que
contribuya, independientemente de sus conclusiones, a una formación crítica y
sólida de los camaradas involucrados. Conozco poca gente con espíritu creativo
en el plano teórico marxista, y sí conozco a demasiados eruditos cuyas
argumentaciones se reducen a citas.
Espero
que consideres esta respuesta como adecuada para tu escrito, Julián. En cuanto
al de Gonzalo, versa sobre temas muy variados, sin duda de interés, pero temo
que me extendería demasiado. Espero que a los dos os guste entrar en esta
discusión. Por cierto, no me manejo en Internet.
Mi
dirección postal es: C/ Algorta, 9. 1º Izda. 28019 Madrid. Tfno: 647 53 89 98.
El debate comenzó en esta hoja: Contradicciones.html
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