Quiero agradecer a la dirección de este evento. Se que
no es fácil. Se del sacrificio que ustedes están realizando para hacer
esta organización. Se del cuidado que ustedes tienen con la seguridad. Y
ahora mismo, Hadad, estoy hablando en portugués y debe haber compañeros
ahí, franceses, ingleses, debe haber gente de China, de India, que no están
entendiendo nada de lo que estoy hablando.
Mientras tanto aquellos que no entiendan mis palabras, y son personas que
creen en el Foro Social Mundial, miren mis ojos que van a entender cada
palabra que diga.
Quiero agradecer aquí a los compañeros dirigentes del Foro, a los
ministros, pero sobre todo quiero agradecer al pueblo del mundo entero que
sin medir sacrificio viene aquí, a veces sin tener el derecho de hablar,
a veces sin tener oportunidad de hablar, pero vienen aquí sólo para
decir: yo existo como ser humano y quiero ser respetado como tal.
Siempre dije que el mayor deseo que yo tenía para ser electo presidente
de la República, era para ver si conseguía atender a mis propias
reivindicaciones. Soy un hombre que hice muchas reivindicaciones en
Brasil, exigí mucho a cada gobierno que pasó aquí antes de mi, como
muchos de ustedes exigen en sus países.
Y mi deseo de ser presidente de la República era, el de saber, si electo
presidente de la República, seré capaz de atender a mis propias
reivindicaciones. Por lo tanto, tengo que preocuparme con aquello que
posibles adversarios dirán.
Tengo que saber que a lo largo de la historia el movimiento social
brasilero, el movimiento sindical brasilero, los partidos políticos de
Brasil, las Iglesias de Brasil, las ONG’s en Brasil, acumularon mucha
experiencia y junto con esa experiencia acumulada tienen propuestas,
tienen reivindicaciones, tienen cosas extraordinarias presentadas.
Y ahora tengo cuatro años para que muchas... y con mucha tranquilidad
podamos atender, sino todas, aquellas que tuviéremos capacidad y
condiciones de atender. Continúo con mi sueño de hacer la reforma
agraria en este país. Continúo con mi sueño de garantizar una escuela pública
de calidad para mi pueblo.
Y que la universidad no sea un privilegio de apenas un 8% de la sociedad,
sino que la universidad sea un derecho al alcance de todos. Continúo soñando
en la posibilidad de realizar una política de salud donde ningún pobre más,
muera en la puerta del hospital por falta de atención médica o por falta
de asistencia.
Continúo soñando en construir una sociedad justa, solidaria, fraterna,
donde el resultado de la riqueza producida en el país sea distribuida de
forma más ecuánime para todos los hijos de este país.
Mientras tanto también aprendí a lo largo de mi trayectoria política, y
aprendí con ustedes, de que un técnico importante para un equipo no es
aquel que comienza ganando, sino aquel que termina ganando el juego que
nos propusimos jugar. Y tengo cuatro años, cuatro años para, de manera
tranquila, cautelosa...
Tengo cuatro años de gobierno para, de forma tranquila e serena ir
haciendo las cosas que tienen que ser hechas en este país, quiero hacer
tal vez el gobierno más honesto de toda la historia de este país. Un
gobierno que tenga la más perfecta relación con la sociedad.
Quiero tratar a cada uno de ustedes como trato a mi hijo menor de 17 años.
En el momento en que lo pueda hacer, lo haremos, pero en el momento que no
dé para hacer, con la misma serenidad y con el mismo cariño, les diré:
compañeros, no da para hacer. Y tengo la certeza que esa relación de
honestidad y de compañerismo será la razón del éxito de nuestro
gobierno aquí en el país.
¿Y por qué es que voy a actuar así? Voy actuar así porque tengo
conciencia de la responsabilidad que está en las espaldas de las personas
que me eligieron, y que está en las espaldas de mis ministros, y que está
sobre todo en mis espaldas. Aunque he sido elegido presidente de Brasil
tengo una nítida noción de lo que nuestra victoria representa de
esperanza, no solamente aquí dentro, sino para la izquierda en todo el
mundo y sobre todo para la izquierda en América Latina.
Me levanto todos los días por la mañana...
Si Marisa continúa con esa popularidad va a ser candidata a alguna cosa
en la próxima elección.
Me levanto todos los días de mañana y hablo con Marisa que nosotros
tenemos que hacer las cosas muy bien pensadas, porque cualquier gobierno
en cualquier país del mundo puede equivocarse que no sucederá nada,
porque es muy normal que los gobernantes se equivoquen.
Pero yo no me puedo equivocar. Y no me puedo equivocar porque no fui
electo por el apoyo de un canal de televisión, no fui elegido por el
apoyo del sistema financiero, no fui elegido por los intereses de los
grandes grupos económicos y no fui elegido por obra de mi capacidad o de
mi inteligencia.
Fui elegido por el alto grado de conciencia política de la sociedad
brasilera el día 27 de octubre del 2002.
Se de la expectativa que estoy generando en las mujeres, en los hombres y
en los niños. Nunca vi en la historia de Brasil tanta expectativa, tanta
esperanza y tanta gente pidiendo a Dios para que nosotros acertemos, y
tanta gente pidiendo no un empleo, sino diciéndome: Lula, como hago para
ayudar a nuestro gobierno para que acierte.
Es esa la fuerza de la sociedad y es exactamente ese capital político que
hace que nosotros pudiésemos terminar la elección y gritar bien alto: la
esperanza finalmente venció al miedo.
Ya estuve en Argentina, ya estuve en Chile, ya estuve en Ecuador y se de
la expectativa que América del Sur tiene en el gobierno brasilero. Se de
la esperanza que los socialistas del mundo entero tienen en el éxito de
nuestro gobierno. Es por eso que aumenta nuestra responsabilidad.
Y vuelvo a afirmar, nosotros esperamos tanto para ganar, perdimos tanto,
sufrimos tanto, tanta gente murió antes que nosotros intentando llegar
allá, que por ese cúmulo de compromisos, quiero mirar en la cara de cada
uno de ustedes y decir: no me voy a equivocar y voy a hacer un gobierno
orientado hacia los pobres de este país.
Siempre dije a los compañeros que organizan el Foro Social Mundial que
era preciso transformar el Foro en un instrumento... primero que no fuese
dependiente de ningún partido político, segundo que no fuese utilizado
por nadie.
Cuando fui invitado para venir aquí dije a los compañeros: es preciso
que ustedes piensen si debo ir al Foro Social Mundial porque seré el
primer presidente. Y me dijeron: Lula, puedes ir porque eres un anfitrión
del Tercer Foro Social Mundial.
Pero hoy ya me comprometí públicamente porque un compañero de India,
adonde va a realizarse el próximo Foro Social Mundial, me preguntó en
una reunión que hice con la dirección mundial del Foro si yo iría el año
que viene a India, y yo le dije, yo voy a la India, si fuera necesario voy
a China, y si fuese necesario voy adonde me inviten porque soy obra y
resultado del trabajo que ustedes hicieron a lo largo de todos estos años
y por lo tanto pienso que no sólo yo, pienso que otros gobernantes deberían
ir a Foro Social para ver lo que piensa el pueblo, lo que desea el pueblo
y cómo el pueblo quiere que las cosas sucedan.
¿Cuál es la novedad? ¿Cual es la novedad este año? Este año por causa
de ustedes y por causa del Foro Social Mundial fui invitado para ir a
Davos. Si no fuesen ustedes yo no sería invitado.
Y ahí recordé una cosa, cuando comencé mi vida sindical, mis amigos más
inteligentes y más expertos me decían así: Lula, no entres en el
movimiento sindical porque la estructura sindical brasilera es la copia
fiel de la carta del "lavoro" de Mussolini y si tú entras en el
sindicato, serás un agente de la patronal, no vas a conseguir hacer nada.
Entré en el sindicato y en tres años cambiamos la historia del
movimiento sindical brasilero que hoy es uno de los más importantes del
mundo. En 1979 estábamos luchando en este país por la reconquista de las
libertades políticas y se me ocurrió crear un partido, ahí aquellos que
querían libertades políticas comenzaron a oponerse porque en la libertad
política de ellos no presuponía la creación de un partido político.
Y hubo quien me dijese: mira, en Brasil no cabe un partido como el PT, ese
asunto de decir que partido de trabajadores puede ser creado, que metalúrgico
va a dirigir partido, eso es cosa del pasado, no hay en la sociología
brasilera ejemplos de eso o a nivel mundial. Fuimos insistentes y creamos
un partido que hoy es el partido más importante de la izquierda en toda
América Latina.
Ahora me acuerdo de una cosa que voy a contarles. En 1978 entramos en
huelga ABC y el presidente de la Federación de las Industrias corrió al
Segundo Ejército para decir al general Guilhermando que era preciso
acabar con una huelga que los metalúrgicos estaban realizando.
Posiblemente si perteneciese a una organización política más
tradicional habría hecho los valijas y habría ido para otro lugar, para
quedarme una semana hasta que la polvadera bajara.
Como yo era más inocente políticamente, agarré el teléfono, llamé al
comandante del Segundo Ejército y hablé: general Guilhermando, estoy
viendo en los diarios que usted invitó al presidente de la Fiesp para
atender al presidente de la Fiesp, yo soy el presidente de los
trabajadores y quiero ir a hablar con usted, y él me atendió durante
tres horas.
Ahora cuando surgió la invitación para Davos, al principio me dije, ¿qué
es lo que voy a hacer en Davos? Y ahí tomé la siguiente decisión, soy
el presidente de un país que es la octava economía mundial, soy el
presidente de un país que tiene 45 millones de personas que no comen las
calorías y las proteínas necesarias, soy el presidente de un país que
tiene historia y que tiene un pueblo, y no es cualquier día y cualquier
mes y cualquier siglo que un tornero mecánico gana la Presidencia de la
República de este país.
Por lo tanto tomé la decisión, mucha gente que está en Davos quiere
conocerme.
Quiero insistir en ir a Davos y decir en Davos exactamente lo que diría a
un compañero cualquiera que está aquí en este palenque, decir en Davos
que no es posible continuar un orden económico donde pocos pueden comer
cinco veces al día y muchos pasan cinco días sin comer en el planeta
tierra, decirles que es preciso un nuevo orden económico mundial y que el
resultado de la riqueza sea distribuido de forma más justa para que los
países pobres tengan la oportunidad de ser menos pobres.
Decirles que los niños negros de África tienen tanto derecho de comer
como los niños de ojos azules que nacen en los países nórdicos.
Decirles que los niños pobres de América Latina tienen tanto derecho de
comer como cualquier otro niño que nazca en cualquier parte del mundo.
Decirles que el mundo no está precisando de la guerra, el mundo está
precisando de paz, el mundo está precisando de comprensión.
Creo que nosotros tenemos que hacer el mundo. Lo que la gente no puede
hacer es quedar preso dentro de nuestro mundo creyendo que todo el mal que
nos rodea es por causa de quien está fuera.
Decía hoy eso, es más o menos como en una familia, que de repente
aparece un hijo metido en drogas, y al contrario de que el padre y la
madre discutan y saber donde es que está el defecto, comienzan a culpar a
la escuela, comienzan a culpar al vecino, comienzan a culpar al novio, al
contrario de sentarse y mirar para dentro del padre y de la madre y
preguntarse a sí mismos que es lo que dejamos de hacer para que nuestro
hijo fuese drogado.
Nosotros somos pobres, una parte puede ser culpa de los países ricos,
pero una parte puede ser culpa de una parte de la élite del continente
sudamericano que gobernó de forma servil, que gobernó de forma
subalterna este país practicando los casos más absurdos de corrupción.
Sólo en América Latina en los últimos cuatro años, cuatro gobernantes,
Collor, en Brasil, Fujimori, en Perú, Menem, en Argentina, Salinas, en México,
salieron por haber practicado verdadero robo escandaloso en sus países. Y
eso no puede continuar sucediendo. No pueden los países ricos querer
ayudar a los países pobres aceptando depósitos o lavado de dinero de
quien roba de los países pobres.
Recuerdo que una vez había un presidente de Zaire, llamado Mobutu, y
recuerdo que en esa época la denuncia era que él tenía U$S 8.000
millones depositados en un país de Europa, y su pueblo estaba pasando
hambre.
Si los países ricos quieren contribuir que no acepten dinero del narcotráfico,
del crimen organizado, y que no acepten dinero de los países en que los
gobernantes platicaron verdaderos robos. Que devuelva ese dinero para
ayudar a su pueblo. Yo quiero, mi querido Hadad, terminar esto aquí
diciendo para ustedes...
Terminar esto aquí diciendo a ustedes una cosa, deja que diga una cosa
para ustedes, quiero decir a ustedes que el único y más importante
compromiso que tengo con ustedes es que pueden tener la certeza, como la
certeza y la fe que tienen en Dios para quien es cristiano, y es que yo
puedo cometer algún error, pero que jamás negaré una coma de los
ideales que me hicieron llegar a la Presidencia de la República de
nuestro país.
Quiero poder cada mes, cada año, mirar en la cara de cada niño, de cada
mujer, de cada hombre, y decir nosotros estamos construyendo una nueva
nación, nosotros estamos construyendo un nuevo país.
Insisto en decir todo el santo día: he de realizar un sueño que no es mío,
sino un sueño que es de todos ustedes, que habrá un día que en este país
ningún niño irá a dormir sin un plato de comida y ningún niño
despertará sin un desayuno, habrá un día en que en este país las
personas podrán morir, porque nacemos para morir, pero nadie morirá de
desnutrición como mueren hoy en este país.
Habrá un día en que tendremos conciencia de que este país que yo sueño
y que ustedes sueñan puede ser construido, depende de nuestra disposición
hacerlo, depende de nuestro coraje, depende de nuestra disposición.
Y estoy aquí para decir a ustedes, mis compañeros y mis compañeras del
Tercer Foro Social Mundial, haya lo que hubiera, suceda lo que sucediera,
intentaré cumplir cada palabra que está contenida en el programa de
gobierno que me eligió para presidente de la República de este país.
Gobernar es como una maratón, uno no puede comenzar a 80 por hora porque
tu aliento puede acabarse en la primera esquina, uno tiene que dar unos
pasos sólidos, concretos, para que uno pueda terminar el gobierno con la
certeza del deber cumplido.
Y quiero poder decir al mundo, que bueno sería, que maravilloso sería si
en vez de que los países ricos produzcan y gasten dinero en tantas armas,
gastásemos dinero en pan, en porotos, en arroz para que matemos el hambre
del pueblo. Me quedo imaginando cuantos miles y miles y miles de millones
de dólares se gastan en una guerra, soldado matando soldado, soldado
matando inocente, y prójimo nuestro, niños levantando los ojos y
mendigando un plato de comida que muchas veces se tira fuera y no se da a
ese niño.
Mis compañeros y compañeras del Foro Social Mundial, quiero que ustedes
que son brasileros y ustedes que no son brasileros, pero que están aquí,
quiero que ustedes tengan la certeza más absoluta de la vida, no les
fallaré, no dejaré de hacer las cosas que tenemos que hacer y espero dar
mi contribución para que otros compañeros ganen las elecciones en otros
países del mundo, para que podamos de una vez por todas comenzar a elegir
personas que tengan más sensibilidad, personas que tengan más
compromiso, personas que crean que es posible cambiar la historia de la
humanidad.
Nuestro país durante 500 años se quedó mirando hacia Europa, es la hora
de mirar hacia África y hacia América del Sur, es la hora de establecer
nuevas asociaciones para que podamos ser más independientes, fortalecer
el Mercosur y establecer una fuerza política para negociar.
No podemos aceptar lo que está aconteciendo durante 40 años, el bloqueo
a Cuba, no podemos aceptar que países sean marginados durante siglos y
siglos, y no podemos aceptar que Brasil del tamaño que es, continúe cada
año que pasa siendo un país que presente el mayor índice de pobreza y
miseria.
Por eso yo no podría dejar de venir aquí, no podría dejar de venir aquí
y decir a ustedes: valió la pena gente, y va a valer mucho más la pena
cuando tengamos el último día de gobierno y podamos probar con dato
sobre dato lo que nosotros hicimos en cuatro años, y lo que los otros no
hicieron en algunas decenas de años en este país.
Gente, quiero despedirme de ustedes diciendo...
Quiero terminar diciendo a los compañeros coordinadores y coordinadoras
del Foro Social Mundial, por el amor de Dios no desistan porque ustedes
consiguieron en tres años construir una de las cosas más extraordinarias
que la sociedad civil mundial conoció. Aunque estemos a tantos miles de
kilómetros de Davos, la verdad es que después del Foro de Porto Alegre,
Davos ya no tiene más la fuerza que tenía antes de existir el Foro
Social Mundial.
La verdad es que los problemas sociales del mundo nunca habían sido
discutidos en Davos y ahora todos van a saber que tienen que discutir los
problemas sociales.
Ustedes consiguieron un espacio en la historia, la prensa que comenzó en
el primer foro a decir que era un encuentro de izquierdistas, a decir que
era un encuentro de los locos del mundo, hoy reconocen en todas las
primeras páginas de los diarios, que el Foro Social Mundial es el mayor
evento político realizado en la historia contemporánea, y yo no tengo
ninguna duda que va a contribuir de forma decisiva para que cambiemos la
historia de la humanidad.
Muchas gracias, y hasta la victoria, si Dios quiere, compañeros".
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