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Texto del artículo:
Utilizando la criminalización de la convocatoria, el Gobierno del PP había pretendido impedir la concentración del 25 S, lanzada inicialmente bajo el lema “Ocupa el Congreso” y, posteriormente, como “Rodea el Congreso”… Y, al final, le salió el tiro por la culata. No quería una concentración en las inmediaciones del palacio de la Carrera de San Jerónimo y tuvo dos. La primera, la del 25S, constituyó un rotundo éxito en cuanto al número de personas concentradas en las inmediaciones del Congreso de los Diputados, reunido en sesión plenaria. Más de 10.000; 6.000, según la Delegación del Gobierno. La segunda, en protesta por las 35 detenciones que habían tenido lugar ese día, no fue menos importante por su intensidad, aunque el número de personas concentradas fuera menor al del día anterior. Otras concentraciones de jóvenes indignados tuvieron lugar también en un total de 20 ciudades españolas.
Las descalificaciones de las convocatoria y las amenazas del Gobierno con la aplicación del Código Penal, que considera delito la alteración del normal funcionamiento del Parlamento, no impidieron que miles de madrileños de muy pocos años se concentraran pacíficamente, el 25S, en la plaza de Neptuno,a la que habían accedido desde las 17:00 horas desde la Plaza de España y el Paseo del Prado.
Nadie puede decir ya que entre los jóvenes españoles exista el miedo a la libertad. Ya nadie podrá argüir que las nuevas generaciones se han quedado al margen de la lucha contra el capitalismo. El 15M supuso el pistoletazo de salida de su protesta masiva y, tal como ha quedado reflejado con el 25S y 26S, nada les detendrá en su larga marcha contra el desempleo que el capitalismo y los partidos que les representan les crea y contra las políticas de recortes en los servicios públicos, aplicados primero por el PSOE y luego por el PP, y en defensa de los derechos de la inmensa mayoría, con cuyas luchas se están fundiendo de manera imparable y con las que se sienten cada vez más involucrados…
Desde el mismo momento en que, en pleno ferragosto, comenzaron a circular por las redes sociales, de Madrid sobre todo, las convocatorias con el lema “Ocupa el Congreso”, el Gobierno del PP intentó sembrar el miedo para impedir la asistencia a la concentración. Contra la confusión creada por algunas informaciones amañadas desde los servicios policiales, las asambleas de las plataformas convocantes fueron aclarando objetivos, sacando a la luz los nombres de las organizaciones convocantes y de aquellas otras que prestaron su apoyo a la acción y pusieron énfasis en remarcar el carácter puramente simbólico y pacífico de la concentración. Un serio trabajo político que quedó reflejado con claridad en las crónicas de Paula Guerra publicadas en “Crónica Popular”. Sin embargo, y como no hay mayor osadía que la de la ignorancia, la soberbia secretaria general del partido del Gobierno, Dolores de Cospedal, calificaba de “golpe de Estado como el del 23 F” la concentración. Y en parecidos términos se expresó el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón al decir que “rodear el Congreso agrede a la democracia”. El 25 y 26S los jóvenes concentrados en la plaza de Neptuno les respondieron con pancartas tajantes: “Golpe de Estado el del PP”, “Golpe de Estado el de los bancos”.
Periódicos y televisiones de muchos países, desde “The New York Times” al canal ruso de televisión RT, dejaron constancia de los hechos principales de las jornadas. De un lado, la gran concentración de jóvenes en la plaza de Neptuno y otras de menor número congregadas en calles próximas al Congreso de los Diputados, por las cuales discurrían cadenas humanas en dirección a dicha plaza. De otro, las inmediaciones del palacio que alberga la cámara baja fuertemente protegidas por un fuerte despliegue de policías antidisturbios que habían cerrado con vallas y numerosas furgonetas el acceso a un amplio perímetro.
Cristina Cifuentes, Delegada del Gobierno de Madrid, había lanzado a la calle a 1.400 agentes pertenecientes a las llamadas Unidades de Intervención Policial, fuertemente pertrechados con material antidisturbios, cascos, escudos y pistolas con pelotas de goma. Todo un dispositivo dirigido a intimidar a los jóvenes. Pero tal despliegue, no surtió efecto alguno. De pie o sentados en el suelo, los jóvenes concentrados alzaron una y otra vez sus manos al grito de “Estas son nuestras armas”, Menos policía y más educación”, “Si se puede”, “Los delincuentes están al otro lado”, “Mariano dimisión”.
Sin embargo, todo parece indicar que el Gobierno de la derecha estaba resuelto a que la concentración perdiera su carácter pacífico. El despliegue policial no se había limitado a los 1.400 uniformados. Otros número indeterminado de agentes, vestidos “de paisano”, con la misma vestimenta informal de muchos jóvenes concentrados, pero encapuchados para ocultar su identificación, prendieron la mecha de la provocación. No es una mera interpretación. Su acción quedó grabada en un video que no ha cesado de circular por las redes sociales y que fue publicado en un periódico de alcance nacional. En él se ve con claridad a varios encapuchados primero blandiendo palos contra los antidisturbios y después procediendo a la detención de algunos jóvenes.
Como era presumible, el Gobierno se apresuró a negar la realidad de estos hechos. Sin embargo, el secretario general del principal sindicato de la policía, el SUP, reconoció a los medios de comunicación la infiltración entre los concentrados de agentes de la policía. Como siempre ocurre, una imagen vale más que mil palabras. Y ahí está fijada para permanecer en la memoria colectiva de la España de estos años sombríos que tanto recuerdan a los de la dictadura franquista. Tal como puso de relieve el coordinador federal de IU, Cayo Lara “Es una estrategia muy vieja”, que se utilizaba en tiempos de la dictadura de Franco, pero que no debería ser parte de la vida democrática”. A su vez, el diputado Gaspar Llamazares exigió el cese inmediato de la delegada del Gobierno en Madrid, por aplicar medidas antiinsurgencia propias de las dictaduras latinoamericanas. Para el líder de Izquierda Abierta, “el ministro del Interior y especialmente la delegada del Gobierno son expertos catedráticos en convertir malestar social en un conflicto violento”.
También han quedado en la memoria colectiva otras imágenes del 25y 26S. Entre ellas, la presencia en la concentración de los diputados del grupo parlamentario de la Izquierda Plural. Todos ellos, menos la diputada Caridad García que, por acuerdo de sus compañeros, permaneció en el hemiciclo para seguir las intervenciones que se sucedían en el Pleno, abandonaron sus escaños en el Congreso de los Diputados para unirse durante unos momentos a la manifestación. De esta forma, con su presencia en la protesta, quedaba así fijada una importante línea de demarcación entre unos parlamentarios y otros, entre los intereses que defienden unos, que no son sino los de la banca y el gran capital, y los que representan otros, los intereses de las gentes que están siendo víctimas de la crisis creada por los poderes financieros. Dejaba claro también que, frente a quienes postulan el rechazo a los políticos en su conjunto, “no todos los políticos son iguales y que, frente a las consideraciones sin rigor alguno de muchos tertulianos, “no hay clase política sino “varias clases de políticos”.
Fotografías y videos dan cuenta también de la defensa de algunos manifestantes hecha por el encargado de una cafetería del Paseo del Prado, que impidió la entrada a su establecimiento de agentes antidisturbios que los perseguían. Y, junto a ese rasgo de solidaridad, periódicos, televisiones y redes sociales reproducen imágenes en las que queda patente la brutalidad de la represión ejercida por las fuerzas antidisturbios contra muchos manifestantes, desde que comenzó la primera carga policial a las 19:00 horas del 25S; justo unos momentos después de que una delegación de los concentrados intentara acercarse al Congreso para hacer entrega de un escrito y después de que un joven portando una bandera del SAT intentara saltar una valla.
Como consecuencia de esa primera carga, una ambulancia tuvo que trasladar a un hospital a una persona herida en la cabeza por la policía. Más tarde, hacia las 21:00 horas, se produjo la carga de más peso, que incluyó la persecución por parte de la policía a numerosos manifestantes que entraron en la estación de Atocha y, para evitar ser detenidos, tuvieron que cruzar las vías férreas. La jornada se saldó con un balance de 35 detenidos y 64 heridos, de los cuales 28 tuvieron que ser hospitalizados, uno de ellos un manifestante que sufrió una grave lesión medular. Contra todo ello, tuvo lugar el 26S la segunda concentración en la plaza de Neptuno, en la que los congregados pidieron libertad para los detenidos, con nuevas y desproporcionadas cargas policiales contra los jóvenes manifestantes, algunas de ellas realizadas por los efectivos policiales en la plaza de Cibeles. Y contra cargas y detenciones se pronunciaron diversas organizaciones, entre ellas el PCE, el sindicato CGT y la Federación de Asociaciones de Vecinos.
Para el secretario general del PCE y diputado de IU por Sevilla José Luis Centella la represión supuso “un exceso policial brutal que no atendía a ninguna lógica más que a la criminalización de la protesta. No hay otro objetivo que vender como peligrosa y antidemocrática una manifestación pacífica y democrática. Según Centella, que criticó el comportamiento de los que llamó “hooligans del PP, que compararon el 23-F con el 25S, porque ello “provoca más crispación y calienta el ambiente”. El dirigente comunista añadió que los diputados no se vieron “afectados por los manifestantes pero, en cambio, la movilidad de los parlamentarios sí se vió afectada por la Policía”. Porque, el fondo del asunto es que, tal como afirmó el también diputado de IU, Joan Coscubiela, el país ha decidido “no resignarse, no callarse y hacer frente a las políticas de los gobiernos del PP” y que, en palabras de Cayo Lara, esta convocatoria demuestra que “cada vez es mayor el divorcio existente entre una parte importante de la ciudadanía y las instituciones”.
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Actualizado a 12/09/25
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